La aventura de pasear entre vecinos

Una calle sin adoquines, un cruce apenas visible, un parque infantil desvencijado... y mil demandas más por satisfacer. Es parte de lo que a lo largo de 27 semanas, con sus respectivas entregas, la sección 'Patio de vecinos' ha recopilado en su recorrido por la ciudad de la mano de los representantes vecinales de todos los rincones de Logroño (y uno del próximo Lardero) y ha mostrado, desde las mismas aceras, cuáles son las preocupaciones más apremiantes de los residentes de cada uno de los vecindarios de la capital.

Sin lugar para el respiro, todas las asociaciones de vecinos de Logroño, sin excepción, enumeran una extensa lista de cuitas y reivindicaciones, desde las más modestas, como un paso elevado que otorgue más seguridad a los peatones, hasta las más onerosas, como la construcción de un centro de salud.

Lo que sí trasciende a todas las peticiones vecinales son algunas reclamaciones colectivas que jalonan las súplicas de las asociaciones, algunas desde hace décadas. Principalmente, tres son los asuntos que denodadamente reiteran los presidentes vecinales. El primero, que recorre como una herida abierta los barrios de la ciudad, alude al soterramiento como ese proyecto gigantesco en el que los logroñeses confiaban en ver culminado y que cada vez se aleja más de la realidad urbana. Todas las barriadas que se sienten afectadas por las vías ferroviarias en su cotidianidad, sea de una forma nuclear o tangencial, reiteran lo que esta infraestructura supone para la tranquilidad, la accesibilidad o la conectividad de los vecinos.

La segunda pata de esta tríada es la apertura de la avenida de la Sierra, una promesa que ha recalado en todos los programas electorales municipales, sin que, por el momento, haya marcado la casilla del 'hecho'. Esa necesidad de mejorar las conexiones de la parte sur de Logroño encuentra su complemento parejo en las carencias en materia de enlaces que padece todo el cinturón norte de la capital, donde el río Ebro se refuerza como muro fronterizo entre vecinos.

La última pretensión compartida es la urgencia de dotar a los barrios de determinados servicios específicos: gana por aplastante mayoría la petición de un centro cívico que cobije y ofrezca una alternativa de ocio y reunión tanto a jóvenes como a mayores. Pero también figura un clásico: un nuevo centro de salud que dé servicio al área oeste de la capital. Y, casi como un mantra de todos los vecindarios, una mejor ejecución de las labores de limpieza.

Abandonados. Los vecinos reclaman un centro multifuncional para todas las edades, fomentar la iniciativa privada para instalar un supermercadoy más planificación en materia de accesos.

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Bien dotados de servicios. Satisfechos con las dotaciones disponibles, echan de menos un centro cívico, que haya más control de la doble fila, y más frecuencias en la línea 4 de autobuses.

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Un pueblo sin denominación propia. Además de cartelería que refleje el histórico nombre del barrio, la asociación vecinal solicita más atención sanitaria, que se amplíen los servicios bancarios y una mejora considerable de la limpieza y mantenimiento de aceras, calzadas y áreas infantiles.

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Concurrido. Las quejas de los residentes apuntan al ruido y al denso tráfico que circula por la zona, insisten en la renovación del parque Rosalía de Castro y solicitan un centro cívico.

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Aislados. Además de reactivar el soterramiento, los vecinos claman por una segunda línea de autobús, un centro de salud compartido con vecindarios cercanos y el arreglo de las carreteras.

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Más conectados. Un autobús que enlace con el hospital, abrir la calle Lope Toledo y un paso elevado en Marqués de la Ensenada centran las principales pretensiones de los vecinos.

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Céntricos con algunas necesidades. Los vecinos echan en falta más esfuerzo en la limpieza y el mantenimiento y que se habiliten más plazas de aparcamiento para residentes.

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Desatendidos. La reforma integral del parque del barrio se suma a las escasas conexiones con el resto de la ciudad. La pasarela con Madre de Dios sigue siendo una prioridad.

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Sin servicios. Un centro de salud (o al menos, abrir el consultorio), un colegio y los accesos, principales cuitas de los vecinos de un barrio que suspira por el soterramiento inacabado.

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Deterioro. Los vecinos instan a realizar una limpieza a fondo de toda la zona, más mantenimiento en el parque del Carmen y La Alhóndiga y que se instalen baños públicos y más bancos.

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Sin urbanizar. Aceras en buena parte del barrio y más pasos de peatones y un centro cívico intergeneracional centran las reivindicaciones de los logroñeses que residen en esta zona.

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Gran extensión. La necesidad de una limpieza profunda de calles y aceras, ubicar más bancos y arreglar los desconchones en muchos pasos de peatones lideran los encargos vecinales, con el ruego de que aumente la presencia policial en la zona de ocio nocturno de la calle Vitoria y aledañas.

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Cuatro décadas de espera. La apertura de avenida de la Sierra centra la más urgente reclamación del barrio, con un creciente tráfico y molestias de ruido, además de suciedad y abandono.

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Planificación. Los residentes suplican un plan de barrio que estructure las mejoras, con intervenciones en Beatos Mena y Navarrete y Maestro Lope, o la creación de huertos comunitarios.

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Alejados. La necesidad de un espacio deportivo y cubierto y ampliar las frecuencias del autobús urbano, entre los principales requerimientos de los vecinos de este barrio a 7 kilómetros del centro.

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Ocio molesto. El botellón y la proliferación de apartamentos turísticos motivan las demandas de más limpieza e iluminación, además de la eliminación del PERI Barriocepo 31.

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Comodidad. Un centro joven, la conclusión del parque Juan Gispert y mejoras en los accesos peatonales y en las conexiones de autobús urbano, las necesidades de los vecinos de esta zona.

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Reivindicación. Las molestias del ocio nocturno protagonizan las quejas principales de los vecinos del Casco Antiguo, que abogan por el control y el cumplimiento de las ordenanzas.

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Más aceras. Los vecinos insisten en la completa urbanización de avenida de Burgos y la construcción de un centro joven; también un ambulatorio y una pasarela hacia Toyo Ito.

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Más atención. La reactivación del soterramiento, una entrada trasera a Las Norias y una rotonda al final de Carmen Medrano, algunas de las peticiones de los residentes.

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Por una accesibilidad universal. Los vecinos inciden en mejorar el transporte público, avanzar en accesibilidad hacia las viviendas y que se respeten las ordenanzas de ruido y de terrazas para paliar los problemas de convivencia que genera el ocio nocturno y el turismo masificado de la zona.

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Inundable. Arreglar las filtraciones del Horcajo, una cubierta para el frontón y la urbanización de la avenida de Burgos nutren las principales reclamaciones de los vecinos.

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En el campo. Más paradas de autobús, la colocación de más contenedores de basura y una remodelación completa de las luminarias centran las peticiones de los residentes.

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Futuro. Los vecinos ansían un plan que articule las actuaciones municipales. También replantear la Zona de Bajas Emisiones y reactivar el corredor entre la universidad y el Ayuntamiento.

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El río como calle. Los residentes ruegan mejores accesos, construir el quinto puente y avanzar en el soterramiento, además de reubicar el recinto para macroconciertos de El Campillo.

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Brecha. Las obras del soterramiento y progresar en el PERI Paula Montal eliminando naves vacías, además de más parques infantiles, engrosan los requerimientos de los vecinos.

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Municipio vecino. Las principales reclamaciones apuntan a la apertura de avenida de la Sierra y ampliar las conexiones del transporte público y privado, amén de un mejor mantenimiento.

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