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Cruz Roja en La Rioja atesora a casi nueve de cada diez voluntarios que hay en la comunidad. Sonia Tercero
Labor social

Un músculo férreo que busca savia joven

Con casi 7.000 voluntarios en La Rioja, las entidades urgen al relevo generacional con perfiles más fieles y constantes en la tarea

Domingo, 15 de junio 2025, 08:22

Han tejido durante décadas una tupida red de apoyo con la que llegan hasta lo que no son capaces de cubrir ni los poderes públicos. Las asociaciones del tercer sector, las entidades sociales, arropan al desfavorecido, asisten al enfermo, atienden a los niños, acompañan a los mayores... Lo hacen a diario, sin desmayo, con la fortaleza de un músculo férreo, el del voluntariado, que pese a todo urge oxigenar con nuevas fibras y otra capa de tejido, a ser posible joven.

Ese es el objetivo prioritario de la Federación Riojana de Voluntariado Social, que acoge en su seno a 43 entidades de la región y que contabiliza en sus registros a casi 7.000 personas solidarias y altruistas. «La cifra en la que estamos oscilando es de entre 6.500 y 6.700 repartidos entre todas las entidades de desarrollan voluntariado en La Rioja. Es verdad que el número es importante, pero también es cierto que hemos notado, sobre todo a raíz de la pandemia, que ha habido un descenso en la participación de un voluntariado más continuada y que está prevaleciendo un poco más esa nueva forma de hacer voluntariado que es de manera puntual, que es un poco lo que ha pasado con la dana, etc...», asegura Jorge Ruiz Chicote, presidente de la federación, que avanza nuevas estrategias «para volver a recuperar esa continuidad del voluntariado porque entendemos que al final es donde la persona más se desarrolla y más puede llegar a ayudar, sin quitar valor a esa acción puntual de acudir a una acción concreta. Las entidades de voluntariado principalmente en la Rioja ponen en marcha programas de desarrollo, de continuidad, que requieren que su personal voluntario tenga esa fidelización».

Optimista ante el exigente reto de recuperar las cifras de antaño, cuando La Rioja, rozó los 9.000 voluntarios sociales, –«Somos pequeños, pero dada la potencialidad que tenemos y cómo somos los riojanos, yo creo que podemos conseguirlo»– Ruiz Chicote desgrana el panorama actual: «Ahora mismo tenemos como dos grupos de edad, los jóvenes de 18 a 22 o 23 años aproximadamente, luego hay un descenso bastante importante y volvemos a dar el salto a partir de los 45 años. Es decir, tendríamos un volumen de voluntariado que son del sector juvenil y otro gran volumen que son del colectivo adulto y senior, porque sí que es verdad que también hay mucho perfil de voluntariado que ya está prejubilado o jubilada, que yo cifraría en más del 60%».

Con una hoja de ruta diseñada para que el voluntariado sea atractivo para el público joven y que le haga «participar de manera más continua y se fidelice más», el presidente de la federación es consciente de que «la situación socioeconómica ha cambiado y, a la vez, ha habido un antes y un después de la pandemia, antes del covid la cifra de voluntarios era mayor y también había una mayor continuidad». Sin prisa pero sin pausa, Ruiz Chicote, pese a admitir que «ahora mismo estamos en una situación que no es preocupante, pero ante la que tampoco nos podemos relajar las entidades de voluntariado», prefiere pensar en positivo, con ilusión: «La Rioja es una comunidad que siempre ha sido muy participativa, generosa y solidaria».

Las entidades de la Federación Riojana de Voluntariado Social

En el mismo diagnóstico y tratamiento se coincide desde algunas de las entidades consultadas por Diario LA RIOJA, eso que son las que mayores censos de voluntariado manejan. «El banco, yo diría que todas las entidades del tercer sector, tiene un problema intergeneracional importantísimo, no estamos logrando captar gente joven. Sí en las operaciones especiales, pero no en el día a día. No hay recambio generacional», explica Juan Carlos Fernández Ferraces, presidente del Banco de Alimentos de La Rioja, quien cifra en una treintena los voluntarios fijos de la entidad, con el perfil de «una persona muy cercana a los 60 o más años y hombre, un 65% frente a un 35% de mujeres.

Tenemos un perfil de personas muy mayores, de personas ya jubiladas o en edades muy cercanas a la jubilación que no ha cambiado con los años, pero del que nos sentimos muy orgullosos porque son personas que tienen tiempo, dedicación y que la intensidad que han dedicado durante décadas a su actividad laboral la destinan ahora a ayudar».

En la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en La Rioja tampoco se pueden quejar. «Tenemos en torno a 400 voluntarios, sobre todo gente de mediana edad o mayor, con una media de unos 60 años, y más mujeres que hombres, muchas más, el 80% frente a solo el 20% de varones», detalla Amada Pérez, coordinadora de voluntariado de la entidad.

«Estamos en una situación que no es preocupante, pero ante la que tampoco nos podemos relajar»

Jorge Ruiz Chicote

Presidente de la Federación Riojana de Voluntariado Social

Con antiguos usuarios y familiares como cantera excepcional, desde luego, también llegan muchas personas sensibilizadas con la enfermedad. «A nosotros desde hace unos años la cifra de voluntarios nos ha ido siempre al alza, con medio centenar de personas nuevas en cada ejercicio, sobre todo desde la pandemia, En lo que llevamos de 2025 tendremos una veintena de nuevos voluntarios», se enorgullece Amada Pérez, que califica al colectivo de «muy fiel con el mantra que tenemos, que dice que hay épocas para que te ayuden y otras para ayudar».

En Cruz Roja de La Rioja cualquier propuesta de colaboración se recibe con los brazos abiertos eso que la entidad puede presumir de un ejército de más de 5.000 voluntarios en la región. «Tenemos la suerte de que constantemente vienen personas y casi no necesitamos hacer campañas de captación. Ahora, por ejemplo, los meses de verano siempre tenemos más personas jóvenes que se acercan al voluntariado, aunque la media de edad rondaría los 42 años, con un 60% de mujeres y el 40% de hombres en un voluntariado superdiverso», resume Miriam Villoslada, responsable de Voluntariado y Educación en Cruz Roja en La Rioja, quien resalta que «el año pasado calculamos que unas 1.200 personas hicieron actividad».

En Cáritas La Rioja, su censo de voluntariado se cifra en 600 personas, según explica Roberto Fernández, responsable del área en la entidad, quien se felicita porque «siguen llegando» y admite que el impulso tiene que ver en parte con «la ola de prejubilaciones que ha habido, aunque yo situaría la media de edad en unos 66 años, hay más gente mayor, a los jóvenes cuesta más atraerles».

Una situación similar se vive en el corazón del Casco Antiguo logroñés, cuna de la Cocina Económica en 1894. «A lo mejor me quedo corta, pero 100 voluntarios tenemos, eso seguro, con más mujeres que hombres, y una media de edad de, yo diría, unos 60 años, porque viene gente prejubilada o recién jubilada, que suelen ser los más fieles y comprometidos, aunque también, afortunadamente, nos llegan jóvenes, han estado con su profesor alumnos de Maristas, también están empezado ahora del Sagasta y confiamos que lo hagan de otros centros», señala Sor Encarnación Baños.

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