Juicio por el atropello en Haro
El fiscal insiste en el internamiento psiquiátrico del acusado y la defensa pide la absoluciónVarias de las acusaciones modifican la calificación de homicidio por asesinato e introducen las atenuantes y eximentes incompletas de alteración psíquica
El juicio por el atropello de seis personas –una de ellas falleció– en el centro de salud de Haro el 4 de septiembre de 2023 ... ha llegado este viernes a su fin. En la vista oral, cuyo nudo gordiano es dirimir entre la inimputabilidad o no del procesado, diagnosticado de esquizofrenia paranoide, algunas de las acusaciones personadas en la causa (incluida la aseguradora) han modificado su calificación inicial de homicidio por asesinato y han introducido atenuantes y eximentes de alteración psíquica, pero en ningún caso completa.
El fiscal, por su parte, ha mantenido su petición de absolución para el acusado, un vecino de Basauri (Vizcaya) de 34 años, al considerar que concurre la eximente completa de anomalía o alteración psíquica, aunque sí defiende que se imponga una medida de internamiento para su tratamiento médico en un establecimiento adecuado con un plazo máximo de 25 años.
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Fiscalía Pide la absolución al considerar la eximente completa de anomalía psíquica. Internamiento psiquiátrico de hasta 25 años
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Defensa Sentencia absolutoria al concurrir la eximente completa de alteración psíquica. Subsidiariamente, medida de seguridad de libertad vigilada
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Acusación familia fallecido (Manuel Montoya) Un delito de asesinato consumado y cinco intentados. Petición principal 25 años de cárcel
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Acusación novia fallecido Delito homicidio. 12 años de prisión y 5 libertad vigilada
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Acusación enfermera 061 Concurre atenuante de responsabilidad criminal. Delito de asesinato en grado de tentativa, atentado y daños. Pide 17 años y medio
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Acusación médico UVI Asesinato y cinco de asesinato en grado de tentativa, conducción temeraria y atentado. Petición principal 19 años de cárcel.
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Acusación técnico emergencias Asesinato consumado en concurso con cinco en grado de tentativa. Concurre un atenuante incompleta. 25 años de prisión
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Acusación matrimonio herido Asesinato en concurso ideal con otros cinco en tentativa. Eximente incompleta por anomalía psíquica. 3 años en tratamiento terapeutico y 17 de prisión
El abogado del encausado, al igual que el fiscal, ha insistido en reclamar la absolución al concurrir la eximente completa de alteración psíquica. Pero a diferencia del Ministerio público, entiende que no procede una medida de seguridad de libertad vigilada. Sólo la pide de manera subsidiaria.
Por su parte, la acusación particular que representa a la madre y a los hermanos de la víctima mortal, un joven de Santurde de Rioja, ha modificado su calificación al considerar al acusado autor de un delito de asesinato consumado y de cinco en grado de tentativa por los que reclama la pena principal de 25 años de cárcel.
El fiscal, dirigiéndose a los miembros del jurado, ha subrayado que el procesado, como así lo certificaron los forenses que le evaluaron siete semanas después del suceso, tenía anuladas sus capacidades cognitivas y volitivas en el momento de los hechos. Una tesis similar a la que ha defendido el abogado del encausado, que ha sido el último en intervenir. A su juicio, ha quedado probado que sufría un brote psicótico y por tanto la justicia «no puede castigar a quien no tenía la capacidad de comprender sus actos».
En respuesta a las acusaciones, que subrayaron el hecho de que los forenses que entrevistaron al acusado no eran psiquiatras, la defensa lamentó que dudasen de las palabras de los expertos -director del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses y directora del Instituto de Medicina Legal de La Rioja- como si hubieran tenido un trato de favor hacia el acusado. «La evidencia científica nos ofrece con absoluta certeza su estado mental en el momento de los hechos», ha señalado.
La abogada que representa a la familia del fallecido Manuel Montoya, al igual que la mayoría del resto de letrados de los cinco heridos, ha puesto de manifiesto que el acusado pudo elegir marcharse y decidió ir al aparcamiento y arremeter contra las personas que estaban ahí. Mientras que el abogado de la novia del sanitario fallecido afirmó que el encausado «era responsable de sus actos, era conocedor de lo que hacía y debe ser condenado por ello».
El resto de acusaciones que representan a los cinco heridos: al médico de emergencias de la UVI móvil, a la enfermera del 061, al técnico sanitario y al matrimonio que paseaba por la zona, han abundado en la tesis de que el procesado, pese a sufrir un brote, éste «no afectó de tal manera sus facultades como para anularlas», porque «tomó la decisión de arremeter contra esas personas y, pese a su delirio, pudo escoger entre atacar para defenderse o huir, en vez de entrar al aparcamiento».
A lo largo de las cinco jornadas de vista oral se ha escuchado el testimonio de las víctimas, de familiares del fallecido y del acusado y de los médicos forenses que han declarado en calidad de peritos sobre el estado mental del procesado. El médico de urgencias de la uvi móvil que resultó herido detalló lo vivido aquel 4 de septiembre de 2023. Ese día, dijo, se encontraba hablando con unos compañeros en el parking del centro de salud y de repente sintió un impacto tan violento que tanto él como varios de los heridos salieron despedidos. Todos los intentos de levantarse fueron infructuosos porque tenía una pierna rota y varias lesiones en las manos. Veía salir a gente del centro de salud que acudía corriendo a asistir a los heridos y a Manuel Montoya, la víctima mortal, a la que intentaron reanimar sin éxito.
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Un día después de que declararan los heridos, lo hicieron los hermanos del fallecido en el siniestro. En concreto, la hermana, en una desgarradora comparecencia, dijo: «El mismo que mató a mi hermano mató a mi padre». No había pasado ni un mes de la muerte de Manuel Montoya y su padre se cayó por las escaleras. Cuando le preguntaban qué le había pasado, él contestaba: «Me he acordado de mi hijo y he perdido el equilibrio». «De ahí ya no salió».
La madre del acusado, un vecino de Basauri de 34 años, pidió «mil perdones a la familia de Montoya en nombre de mi familia y de mi hijo, y a los lesionados también». «Eso no lo hizo mi hijo, lo hizo su enfermedad, maldita su enfermedad, no él, él no haría daño a nadie en este mundo», dijo.
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