La vendimia suma ya 43 millones de kilos y confirma su escasez pero también su calidad
La perfecta meteorología y las buenas previsiones levantan el ánimo en un inicio tranquilo y sin presión sanitaria
Con el 80% en la «cazuela», Gorka Etxebarría (Bodegas Burgo Viejo, en Alfaro) tiene prácticamente la labor hecha:«Nos quedan las garnachas, a ... las que hemos decidido esperar un poquito más y para la semana que viene dejaremos seguramente el viñedo singular y alguna parcelita pero ya lo tenemos...». El enólogo, como todos, empieza a estar parcialmente satisfecho:«No hay uva, y estoy hablando de rendimientos de 2.500 kilos por hectárea de media, pero sí es buena». Etxebarría destaca el año para el graciano, ya en bodega, como «espectacular» y cree que también lo será para las garnachas: «Las amplitudes térmicas entre día y noche de estas dos semanas han venido muy bien y, como siempre, la variedad que más sufre en nuestra zona es el tempranillo por el equilibrio entre frescura, pH y acidez». «La sanidad está siendo excepcional –continúa– y creo que vamos a tener vinos muy buenos pero apenas un 'par de cántaras'», concluye entre risas.
La cosecha avanza y ya son 43 millones de kilos los que están dentro de las bodegas. En La Rioja Media, Viña Ijalba vendimiaba ayer parcelas tocadas por la piedra: «Hemos metido el tempranillo y la maturana blanca y tinta, y ahora estamos con tempranillos en la zona de Villamediana», explica el enólogo de la casa, Pedro Salguero, quien confirma la escasez de uva: «Tenemos parcelas con 2.500 kilos por hectárea y otras con 3.500 como máximo». Ijalba es pionera en la viticultura ecológica, lo que le ha obligado a trabajar por delante contra el mildiu: «El resultado ha sido desigual, pero más por las zonas, con unas más afectadas que otras, que por ecológico o convencional, porque hemos actuado prácticamente igual en todos los viñedos».
Salguero destaca la «buena climatología» desde las olas de calor: «El año pasado venía perfecto y se fastidió el 30 de agosto, pero ahora estamos trabajando con mucha más tranquilidad». «En San Vicente –continúa– incluso ha bajado un poco el grado esta última semana, lo que nos está permitiendo aprovechar estos días fantásticos, con amplitudes térmicas y las previsiones siguen siendo buenas, así que, en cuanto a calidad, soy muy optimista».
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Najerilla y Obarenes
En el Alto Najerilla, Pilar Torrecilla (Bodegas Martínez Alesanco, en Badarán) todavía no ha comenzado a cortar racimos y, aunque lo tiene todo preparado, mantiene la calma: «Creo que al martes empezaremos con el tempranillo blanco, pero, salvo que cambien las cosas o los muestreos nos aconsejen lo contrario, la idea es parar unos días antes de comenzar con los tintos». El Alto Najerilla es una zona fresca y tardía, aunque la maduración también acelera:«La cosecha más temprana, ya cortando tintos me refiero, fue el 17 de septiembre y el año pasado el día 23, así que nos vamos a mover ahora en fechas similares».
En cualquier caso, Pilar Torrecilla cree que «va a haber dos vendimias:una para la zona o zonas más castigadas por el mildiu y por la piedra, y otra en la zona menos tocada que, si todo sigue bien, va a ir con más tranquilidad». En este sentido, más allá de los lamentos por la escasa cantidad de uva, la enóloga es optimista con la calidad: «La sanidad ahora mismo es espectacular, la maduración está yendo muy bien, con contrastes de temperatura entre día y noche, así que por el momento no tengo prisa».
Torrecilla señala que en Badarán «hemos tenido mildiu, también algo de piedra, pero la situación está mejor que por ejemplo en la zona hacia Baños, pero igualmente tenemos una cosecha muy corta por la baja fertilidad que ha sido generalizada».
La enóloga de Martínez Alesanco insiste en el equilibrio:«desde el peso de la baya, al grado, al ph, al color potencial... Yo veo las cosas muy bien y, de momento, creo no hay por qué echar a correr, ya que no tenemos la presión las lluvias, así que vamos a ir de forma muy escalonada».
En la zona noroccidental, en las Obarenes, la comarca tradicionalmente más tardía de Rioja, Jesús Bermejo (Señorío de Libano, en Sajazarra) está todavía tranquilo:«La campaña ha sido todo un reto, muy difícil y, de hecho cuando hablamos a comienzos de ciclo ya veíamos claro que iba a haber un grave problema con los hongos y fíjate la que hemos tenido con el mildiu». Bermejo explica que «quizás se ha comido el 20% de la uva en nuestro caso y, como es habitual, también hemos tenido granizo». «En ecológico –continúa– ha sido muy complejo trabajar y, si normalmente recogemos unos 4.000 kilos por hectárea, este año nos tendremos que conformar con la mitad». Sí es optimista el enólogo con la calidad que queda en las cepas: «Hay buen color, creo que vamos a poder sacar buena fruta y la madurez de la pepita es buena». «Es decir, la uva está mucho más equilibrada que en las campañas del 2023 y 2024 y a ver si conseguimos también una graduación moderada».
El enólogo de Señorío de Líbano aventura que «quizás para San Mateo empecemos con las garnachas, que vienen con muy poquita uva, pero en los viñedos del monte seguramente no cortaremos hasta bien entrado ya octubre». «Finalmente –concluye–, terminaremos con los gracianos, que han regulado muy bien la producción y vienen con un poquito de adelanto».
Los parámetros de calidad son «prometedores» para el Consejo
El Consejo Regulador publicó ayer su cuarto boletín de maduración, en el que la directora de los Servicios Técnicos, Alejandra Rubio Gil, confirma que «tenemos una cosecha prometedora por delante en cuanto a calidad y lo más importante ahora es seguir su evolución». En este sentido, la jefa técnica del Consejo recuerda que las previsiones meteorológicas para la próxima semana siguen siendo positivas, por lo que recomienda «no tener prisa para vendimiar». «Hay que seguir controlando los parámetros cualitativos de la uva y estudiar y determinar la fecha en función de los mismos». Después de dos cosechas muy complicadas 2023 y especialmente 2024 –en la que las complicaciones por la sanidad precipitaron la recogida– por el momento, y al margen de la escasa cantidad de uva, la vendimia está siendo tranquila. De los 43 millones de kilos que ya están en las bodegas, diez de ellos son de uva blanca y 30 de variedades tintas. En cuanto a los parámetros técnicos, el cuarto Boletín de Maduración del Consejo Regulador muestra una evolución normal en el peso de la baya, aunque de manera más lenta, y manteniendo como la semana pasada la diferencia por zonas: ligeramente por encima de la media en Rioja Alta y Rioja Alavesa, y ligeramente por debajo en Rioja Oriental. De acuerdo con el boletín, el aumento de grado alcohólico probable confirma, junto con la evolución del resto de parámetros, una semana de adelanto con respecto a la campaña pasada. Desde los servicios técnicos del Consejo confirman que la bajada de acidez está dentro de la normalidad, pero ven necesario su seguimiento y detallan que los valores de ácido málico son, en general, superiores a los registrados en las mismas fechas del año pasado. Hay buenos indicadores de maduración fenólica (IPT, antocianos e intensidad colorante), según se especifica en el boletín, con una muy adecuada evolución general y apuntando a una gran calidad final si se mantienen las condiciones actuales de temperaturas máximas moderadas.
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