La reforma de Lardero ampliará aceras y suprimirá aparcamientos, pero no será de plataforma única
El anteproyecto de obras de la calle, entre Vitoria y Pérez Galdós, prevé un carril junto a la banda de servicios, y aceras con bordillos rebajados hasta los 7-8 y 3-4 centímetros
No será República Argentina, no será Fundición... ni siquiera podría decirse que vaya a ser una mezcla entre ambas. Lardero será Lardero, al menos en su tramo comprendido entre Vitoria y Pérez Galdós, sin plataforma única al uso, pero con bordillos rebajados y pacificada, es decir, con aceras más anchas, una sola banda de servicio, para contenedores, carga y descarga y aparcamiento (regulado, además), y un carril de circulación que, en principio, nace con la pretensión de que no sea rebasable y, por tanto, disuada la posible doble fila. Y con trazado rectilíneo dejando los zigzagueos de las citadas como cosa del pasado mandato.
Al menos así consta en el anteproyecto presentado por el Ayuntamiento de Logroño a los vecinos de dicha vía, a los que se les ha prometido una reforma integral y completa tras la sucesión de reventones de tuberías que han dejado a la zona pendiente de unas obras que llegados a este punto hay que acometer sí o sí.
Una reforma a la que, finalmente y atendiendo siempre a un borrador susceptible de cambios y modificaciones, podrían añadirse sendas intervenciones en el tramo de Lardero entre Gran Vía y Vitoria, incluso en un tramo de esta segunda, concretamente el que iría hasta su cruce con Fundición, aunque siempre dependiendo de la disponibilidad presupuestaria, según fuentes oficiales.
El modelo por el que se apuesta, de entrada, no es ni el de Fundición ni el de República Argentina, pero parece gustar al barrio
Un tramo principal junto a dos complementarios y todos ellos, al menos de entrada, con un distinto tratamiento. El prioritario, en cualquier caso, sería del que se ha venido hablando hasta la fecha: desde la calle Vitoria a Pérez Galdós, y ahí es donde se piensa en una redistribución con aceras de más de cuatro metros y calzada de 4,5 a distinto nivel y con el arbolado (magnolios concretamente) solo a uno de los dos lados, en el margen este sobre el papel (en el oeste irían jardineras).
La novedad sería que no se piensa en el bordillo tradicional como medida, sino medio bordillo en la acera de los pares, 7-8 centímetros para separar el tránsito peatonal de la banda de servicio que se contempla, para aparcamiento, carga y descarga y contenedores, de hasta 2,20 metros, y un pequeño resalto de 3-4 centímetros en la acera de los impares, distinguiéndola de la calzada.
Así pues, no se trata de una plataforma única pura (sin diferencia alguna de nivel entre las distintas zonas), pero, en palabras del concejal de Movilidad, Ángel Andrés, «será plataforma única en la práctica pues el desnivel será muy ligero». Algo suave, pero lo suficientemente marcado sobre el terreno en pro, explica, de la seguridad, dado que segrega claramente a vehículos y peatones pues serán superficies diferenciadas –incluso más allá del color–.
Lardero, entre Vitoria y Pérez Galdós.
Un tramo con aceras de más de cuatro metros, banda de servicios de 2,20 y calzada de 4,5. Irene Jadraque / Sadé Visual
Lardero, entre Gran Vía y Vitoria.
Acceso a la calle desde el norte, retringido para residentes, con una acera de hasta ocho metros. Irene Jadraque / Sadé Visual
Vitoria, desde Fundición a Lardero.
Acceso para el resto donde se dará continuidad a la plataforma del cruce manteniendo la tipología. Irene Jadraque / Sadé Visual1 /
Por lo demás, se plantea una calle ciclable, de velocidad 30, con la que el vecindario salió satisfecho de la reunión mantenida la pasada semana y convocada con motivo del «rediseño y reforma integral». Y es que si bien algunos se habían mostrado partidarios de la peatonalización como tal, aunque se debatían entre el modelo Fundición y República Argentina, esta tercera vía, al menos de inicio, parece convencerles al ver que operativamente es casi lo mismo (a la espera de los detalles y mayor concreción en la redacción del proyecto de cara a su licitación).
Su tramitación se mantiene para la segunda mitad del ejercicio a fin de adjudicar con vistas a iniciar las obras a finales de este año o principios del que viene, y que se prolongarían no menos de seis-siete meses pudiendo llegar a San Mateo de 2025.
Así, desde el gobierno municipal se apuesta por un primer tramo de Lardero, entre Gran Vía y Vitoria, de acceso restringido por la primera a residentes y demás vehículos autorizados, eliminando la zona de aparcamientos y dejando una acera de 2,84 metros, una calzada de cuatro y una segunda acera, la de los pares, de hasta más de ocho metros a la que se podría dar algún carácter estancial llegado el caso (dando continuidad a la puerta de entrada existente actualmente, manteniendo los contenedores soterrados pero eliminando los estacionamientos en batería de la segunda mitad de ese tramo, hasta el 'stop' del cruce con Vitoria).
De la misma manera se aprovecharía la plataforma creada en el cruce entre Fundición y Vitoria para continuar con ésta hasta Lardero, manteniendo ese tramo con la doble banda de aparcamiento y el carril central actual, pero con una urbanización más amable afianzando el carácter de tráfico calmado.
Tal carácter, además, se vería reforzado con hasta tres pasos de peatones elevados (con la elevación mínima para igualar con ambas aceras) del tramo principal de Lardero: donde está el actual paso en el cruce con Vitoria, hacia la mitad de la calle, a la altura del número 10, y ya en la confluencia con Pérez Galdós.
La reurbanización, además, no solo será en superficie, sino también en el subsuelo pues precisamente se trata de una reforma «por completo» dado el estado de las redes internas, que serán renovadas en su totalidad, desde el agua potable a la iluminación pasando por los diferentes suministros y comunicaciones.