Las 'gominolas' de Cascos y Porto en Logroño, entre los negocios opacos del exministro
UTE Gran Vía, Imperial Montesol, Eulen y Agua y Jardín, adjudicatarias de las reformas de Gran Vía, sufragaron los 116.000 euros que costaron los ositos de la exposición celebrada durante el mandato de Julio Revuelta
LA RIOJA
Martes, 17 de enero 2023
Marzo de 2007. Logroño lucía una nueva imagen. La ciudad estrenaba la renovada Gran Vía y, bajo el mandato de Julio Revuelta, se preparaba una exposición de arte contemporáneo urbano para dar lustre a la céntrica calle. Durante varios meses, cuarenta 'ositos' de dos metros de altura y una veintena de esculturas colgadas de la cornisa del Ayuntamiento, obras del artista Eladio de Mora (dEmo) llenaron esas zonas grises de color.
Desde entonces, la polémica siempre ha acompañado a esa exposición conocida popularmente como 'los ositos' o 'las gominolas' que ahora vuelve a salir a la luz dentro de la serie de informaciones que ABC ha titulado 'Los negocios opacos de Álvarez-Cascos'. Porque esa exposición fue ideada, gestionada y realizada por la empresa Aqualium, dirigida por María Porto y su entonces marido Francisco Álvarez-Cascos, exministro de Presidencia, Fomento y vicepresidente del Gobierno de España dentro de los gobiernos de José María Aznar y, posteriormente, presidente de Asturias con Foro Asturias.
Según ABC, Cascos, a través de Aqualium y Cinqualium, facturó más de 4,7 millones de euros a empresas relacionadas con las grandes obras públicas nacionales y a través de cajas de ahorro desde que abandonó la política nacional en 2004 hasta 2018.
El 7 de febrero de 2007, Cascos y Porto paseaban por Gran Vía en su visita a Logroño para buscar la mejor ubicación para las 'gominolas' de dEmo. «Es la iniciativa privada la que nos contratado y ahora estamos trabajando y esperando lo que nos digan estos privados, así que oajalá salga adelante [la exposición]», indicaba entonces María Porto a Diario LA RIOJA.
La muestra claro que salió adelante y los 'privados', las empresas UTE Gran Vía, Imperial Montesol, Eulen y Agua y Jardín abonaron los 116.000 euros que costó la hibernación de los ositos de gominola en Gran Vía. El entonces alcalde Julio Revuelta, participó en la inauguración acompañado de los responsables de las empresas organizadoras, Porto y Cascos y declaró: «[La exposición] es un acierto para la ciudad». Además, el Ayuntamiento, ya de sus arcas, pagó otros 20.000 euros solo en la fiesta de inaguración de la Gran Vía.
No compartían esa opinión la entonces oposición. PSOE y Partido Riojano criticaron la organización y desvelaron, cuando ya eran gobierno municipal, que esos 116.000 salieron del contrato que el Ayuntamiento de Logroño mantenían entonces en Eulen y Agua y Jardín para la conservación de zonas verdes y mobiliario urbano. Fue entonces Cuca Gamarra, portavoz del PP, la que justificó que ese dinero entraba dentro de un porcentaje que las empresas deben destinar a prestaciones culturales en un contrato público. «No se pagó de forma oculta», señaló.
Tampoco gustó la muestra a artistas y galeristas riojanos. «Chuminada», «chorrada» o «estatuas de chiste» fueron algunos de los epítetos que entonces se lanzaron contra los ositos y las esculturas colgantes del Ayuntamiento.
Y, en el aire, siempre la sospecha de que la cercanía de Álvarez-Cascos a los gobiernos municipales del Partido Popular y a las grandes empresas que realizaban las obras públicas en España estaba detrás de todos los eventos que organizaba Aqualium. En octubre de 2007, Interviú informaba bajo el título 'Cascos se forra con mucho arte' que Aqualium había facturado casi cinco millones de euros en apenas tres años, incluyendo la muestra de las 'gominolas' de Logroño.
Ahora, ABC repasa las contrataciones con distintos pagos de firmas de la construcción y cajas de ahorro durante esos años posteriores a la salida de Cascos de la política nacional y que arroja cifras similares.