Un año después: el crimen de Pedro José Sáez aún busca asesino
La investigación de la violenta muerte del profesor jubilado del D'Elhuyar sigue sin ofrecer resultados un año más tarde del hallazgo de su cadáver en su vivienda
Hace un año, la Policía Nacional confiaba en resolver con cierta diligencia el asesinato de Pedro José Sáez Alfaro, un profesor jubilado de 75 años de edad, al que uno de sus hijos encontró muerto en la cocina de su vivienda del número 9 de la calle Pepe Blanco, frente al reloj de sol de Duques de Nájera. Las señales de violencia eran más que evidentes (lo que auguraba la presencia más o menos intensa de huellas del agresor o agresores), no había indicios de que la puerta de la vivienda hubiera sido forzada (lo que reducía el abanico de posibles autores a su círculo más o menos estrecho) y el teléfono móvil de la víctima se erigía en un gran aliado para orientar la investigación por la senda adecuada, lo mismo que la red de cámaras de los comercios de las inmediaciones del portal. 365 días (y una pandemia) después, el caso continúa bajo el más estricto secreto de sumario que decretó el Juzgado de Instrucción número 1 horas después del crimen. Así, desde la Jefatura Superior de Policía se limitan a apuntar que durante todo este tiempo no se ha dejado de trabajar y confirman lo evidente: no se ha registrado detención alguna.
Este trabajo de fondo realizado durante estos meses es ratificado por otras fuentes próximas al caso, que sí se muestran esperanzadas en que las líneas de investigación que en este momento están sobre la mesa fructifiquen en los próximos meses. No concretan plazo, pero dejan entrever que la resolución del último crimen registrado en la capital riojana está ya encauzada.
¿Qué pasó aquel 18 de febrero en la vivienda de la segunda planta en la que residía Pedro José Sáez? La voz de alarma la dio uno de sus hijos pasadas las 15 horas y el gran despliegue policial hizo que algunos de los vecinos del gran chaflán que une Duques de Nájera y Pepe Blanco recordaran que horas antes, cerca del mediodía, habían escuchado golpes y, quizá, algunos gritos en el inmueble. Entonces sí, conectaron ambos hechos y vincularon los segundos al macabro hallazgo.
Quienes accedieron al interior de la vivienda -el juez de guardia para ordenar el levantamiento de cadáver, los servicios sanitarios que recibieron la alerta y agentes del Cuerpo Nacional de Policía- se encontraron con un escenario dantesco dada la gran violencia y el ensañamiento del atacante o atacantes con el profesor jubilado.
El cuerpo sin vida de Pedro José Sáez se localizó en la cocina de la vivienda (que da al patio interior de gran edificio), presentaba numerosos golpes -uno muy contundente en la cabeza, según develaron en su momento fuentes de la investigación- además de graves heridas -que podrían haber sido provocadas por un cuchillo de cocina- en la cara y en otras zonas del cuerpo.
Con restos evidentes en la vivienda de que la víctima plantó cara a su asesino o asesinos, agentes de la Brigada Provincial de la Policía Científica y Judicial, de forma conjunta, inspeccionaron la vivienda en busca de los posibles restos biológicos que podrían haber quedado en la escena durante el forcejeo con el profesor jubilado.
Desde el principio los investigadores descartaron la alternativa del robo -la escasa información que trascendió en las horas posteriores al crimen no contemplaban, al menos en ese momento, esa posibilidad- y se centraron las indagaciones en las personas de su entorno social, principalmente por el hecho de que la víctima franqueó el paso al interior de la vivienda al homicida. Un círculo social que se ampliaba por el hecho de que, trascendió, «puntualmente» recibiría en su domicilio a clientes de su antigua clínica de masaje terapéutico y reflexología podal.
Un año después, todas las preguntas siguen en el aire. Sobre todo, lamentan quienes compartieron años con él, la principal: ¿quién podría hacerle algo así a un hombre bueno? Eso es lo único que está claro. Pedro José Sáez -'el oso' para sus alumnos- era lo contrario a lo que auguraba su corpulencia. Afable, justo, campechano y dispuesto a todo.
Así se sucedieron los hechos
- La Policía investiga como «homicidio o asesinato» la muerte del exprofesor en Logroño
- Exalumnos y conocidos de Pedro José Saéz lamentan en redes sociales su pérdida
- La despedida de «un hombre bueno»
- Los golpes en la cabeza de Pedro José Sáez conducen la investigación al homicidio
- En memoria de Pedro José
- El ensañamiento contra el que fuera profesor del D'Elhuyar centra la investigación entre amigos y conocidos
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