El ensañamiento contra el que fuera profesor del D'Elhuyar centra la investigación entre amigos y conocidos
La víctima presentaba numerosas heridas por arma blanca y quienes accedieron a la vivienda describen que se trata de un ataque «con saña»
En la mañana de ayer, por tercer día consecutivo, los miembros de la unidad de Policía Científica de la Jefatura Superior de La Rioja regresaron ... a la segunda planta del número 9 de la calle Pepe Blanco. El trabajo en el interior de la vivienda, pese a las dos jornadas previas de pesquisas, es aún amplio dada la gran cantidad de vestigios del crimen presente en el interior del domicilio en el que residía Pedro José Sáez Alfaro.
Desde el primer momento en que accedieron al inmueble, los agentes tuvieron claro que estaban ante un homicidio, si bien inicialmente no descartaron –al menos oficialmente– la opción del suicidio. Y lo tuvieron claro por la violencia –«saña», apuntan quienes accedieron al interior de la vivienda del finado– del ataque, del que quedaron pruebas en diferentes espacios de la vivienda. Esas mismas fuentes aseguran que, más allá de golpes, el cuerpo presentaba diferentes heridas por arma blanca y que el escenario al que se enfrentaron los sanitarios que llegaron al inmueble tras recibir la llamada de auxilio de uno familiar fue «muy duro».
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El crimen El cuerpo fue localizado por un familiar a primera hora de la tarde del pasado martes en su domicilio.
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Las heridas Junto a diversos golpes en el cuerpo, la víctima presentaba numerosas heridas por arma blanca.
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Investigación Se centra en este momento en el entorno más próximo (amigos y conocidos) de la víctima.
Junto a la toma de muestras realizada en la mañana de ayer, la investigación se centra en un primer momento en su entorno más próximo, en su círculo de amigos y conocidos, toda vez que la Policía trabaja con la hipótesis de que la persona que acabó con la vida de Pedro José Sáez accedió al interior del piso con su aquiescencia (la puerta no presentaba marcas de haber sido forzada y, a priori, se descartaría también el robo). Más complicado será determinar, al menos en esta primera fase, las motivaciones que llevaron al atacante a acabar con el profesor.
Junto a esos interrogatorios a su entorno, los agentes también trabajan en el análisis del teléfono móvil de la víctima para analizar cuáles fueron las últimas llamadas que recibió antes de ser asesinado. A partir de ahí, los agentes tratarán de ubicar la posición de los diferentes dispositivos en la franja de horas en la que se estima que se pudo cometer el crimen.
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