«Las renovables no hemos sido culpables del apagón sino que hemos sido víctimas»
«No hubo cero absoluto, un 40% de la producción continuó y la mayor parte era fotovoltaica», asegura el ingeniero técnico
Javier Zurbano, ingeniero técnico industrial por la Universidad de Zaragoza y gerente de Aresol, es el delegado de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) en La ... Rioja y defiende que las energías renovables, como la solar, no solo no fueron culpables del apagón sino que han sido víctimas de la desinformación.
– ¿Alguna idea de por qué se produjo el apagón del 28 de abril?
– A día de hoy, no. El sentimiento que tenemos en el sector fotovoltaico es que todavía no lo sabe nadie, aunque se va a saber, por supuesto. Continuamente recibimos procedimientos para entregar los registros de las plantas productoras y se está entregando la información, pero son millones de datos que hay que analizar y contrastar con lupa.
– ¿Es normal que se tarde tanto en saber lo que sucedió? Ya han pasado dos semanas...
– Red Eléctrica opera el sistema en tiempo real y tiene muchísimas información pero cuando hablamos de un incidente de la gravedad del que ocurrió, para buscar unos responsables, si los ha habido, y aplicar unas medidas correctoras, si hay que aplicarlas, hay que estudiarlo con detalle. Yo no me atrevo a dar un plazo de resolución pero cuando ha habido incidentes menores en nuestras islas se ha tardado meses en averiguar las causas. Y en otros, como en Australia, años.
– ¿Qué le parece que se haya señalado a las energías renovables como posibles causantes?
– Creemos que eso forma parte de otro tipo de debates y se aprovechan las circunstancias, se señaló de forma precipitada. Si realmente no se sabe lo que pasó, ¿cómo se puede señalar a nadie? No solo no hemos sido culpables sino que hemos sido víctimas. Nuestras centrales fuimos desconectadas de la red. Los mecanismos son automáticos y reglados, no somos responsables ni causantes de nada, hemos respondido, como el resto, como se nos ordenó. No es la primera vez que nos cuelgan este sambenito. Es más, se ha hablado de un apagón total y no hubo un cero absoluto, de los 25 gigavatios que se estaban consumiendo en ese momento desaparecieron 15, España no estaba completamente a oscuras, permanecieron 10. Desapareció un 60% de la producción y el consumo pero un 40% continuó ahí y la parte mayoritaria de esos 10 gigavatios era fotovoltaica. Somos víctimas de esa campaña de desinformación, no responsables. Hay que tener calma y prudencia. Yo no me atrevo a hablar de un causante porque conozco mi parte pero no las demás, aunque esto se va a acabar sabiendo.
– ¿Ese 40% de energía que se mantuvo se llegó a suministrar?
– La información es pública en la página de Red Eléctrica, y en el consumo doméstico e industrial se desglosa las generaciones y exportaciones de energía, en las que la curva no bajó a cero sino que quedó en 10 gigavatios y, a partir de ahí, empezó a crecer. Desaparecieron las redes porque saltaron las protecciones, minutos antes la red se volvió inestable y hay que analizar por qué se produjo y por qué no fue corregida y absorbida esa inestabilidad, cuando otras veces lo hace.
– No hablamos de comunidades energéticas ni placas solares de particulares, ¿no?
– Las instalaciones aisladas no computan en la red, son minoritarias todavía. En ese momento funcionaba un mix de energías que se tasa desde el día anterior y se regula cada cuarto de hora. Es más, si no produzco lo comprometido, por más o por menos, a mí me castigan como productor. El sistema es robusto y funciona muy bien, hay detrás mucha tecnología en Red Eléctrica.
– ¿A qué se debió que en el momento del apagón la mayor parte de la energía que 'subsistió' fuera fotovoltaica?
– Red Eléctrica, como operador que debe garantizar la energía, y con la previsión meteorológica de que la irradiación solar iba a ser súper estable, sin irregularidades, así lo decidió, aunque insisto en que se regula cada cuarto de hora. La programación de energía siempre es superior al consumo porque si hay excedentes hay intercambio con otros países. Algo absolutamente extraordinario sucedió que impidió regular las oscilaciones y perturbó el sistema. Llevamos muchos años integrando las renovables en el sistema y eso no ha sido motivo de apagones. Algo tuvo que suceder pero en principio no tiene nada que ver con las renovables ni con las centrales nucleares porque el operador del sistema lo controla con el objetivo de que sea lo más económicamente rentable. Se habló de la caída de una central que originó una cascada... pero hoy en día, en este país, se pueden caer dos y no suponer problema para el sistema.

¿Error humano o ataque?
– Pues parece que quedan como posibilidades el ataque o el error humano y no se sabe bien cuál es peor de las dos opciones...
– El sistema cada vez funciona con menos intervención humana, no nos hacemos a la idea de lo complejo que es esto. No hay un timonel a los mandos, funciona de manera automática con muchísima inteligencia artificial que se regula cada milisegundo. Aunque un sistema absolutamente robusto no es infalible. Hasta los mejores tienen vulnerabilidades, y eso se tiene que determinar. Ha sido un incidente significativo pero es que nos parece natural encender un interruptor y que se haga la luz. Gracias a Dios estamos acostumbrados a esto pero no es lo normal. Parece natural el milagro de que esto funcione de manera fiable y estable pero apagones hay y todos los países lo sufren.
– ¿Qué le parece el cambio de visión que están experimentado las renovables, que han pasado de ser las 'salvadoras' a parecer estar 'denostadas'?
– La visión cambia según a quién le preguntes. Cuando una tecnología desplaza a otras es lógico que las anteriores se sientan agraviadas. Y si es residual y apenas está comenzando, se ve con c ariño y curiosidad, pero cuando empieza a formar parte del sistema todo el que se siente afectado y desplazado cambia su visión. Estamos muy acostumbrados, hemos pasado del discurso de los 80 en que nos llamaban 'hippies' a ser cruciales ante el reto del cambio climático. Los cambios de visión son en los dos sentidos. Hay que entender a todo el mundo, pero el camino emprendido no debe tener retorno, no debemos retrasar más la lucha contra el cambio climático. ¿Cuántas bofetadas del mundo necesitamos para darnos cuenta?
– ¿Y qué opinión le merece el impuesto anunciado por Gonzalo Capellán para grandes infraestructuras eólicas y fotovoltaicas?
– Entendemos que es la línea equivocada, que va en contra de Europa, que impulsa el desarrollo de las renovables. Encima se va a aplicar con carácter retroactivo. No tiene ningún sentido. Es un impuesto por el impacto paisajístico muy dirigido a unas energías con un impacto mucho menor que otras, como las de ciclo combinado, que no se penalizan, ¿por qué?
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