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La actividad en los polígonos industriales quedó paralizada por completo este lunes hacia las 12.30 horas, cuando un apagón sorprendió a los trabajadores de producción de muchas empresas. Fue el caso de Grafometal, compañía ubicada en El Sequero, en Agoncillo, y dedicada al corte, barnizado, preimpresión y litografía sobre hojalata. «Los sistemas informáticos sí están funcionando, gracias a los equipos de emergencia que tenemos, pero la maquinaria se ha paralizado desde el primer momento», explicaba la responsable de la firma, María Eugenia Marín.
Y en ese momento del parón productivo, «teníamos los hornos encendidos con material dentro, a 180 y 200 grados de temperatura», con lo que no podían abrirlos para retirar el material. «No sabemos si se podrá recuperar algo o se perderá todo. Aún es pronto, porque no sabemos cuánto va a durar esto», apuntaba Marín al filo de las 13.30 horas.
En Palacios Alimentación, una de las empresas más grandes de la comunidad autónoma, la actividad productiva no se paralizó «porque tenemos aquí unos generadores propios», en lo que llaman 'isla' dentro de la instalación de la compañía de Albelda de Iregua, «y gracias a ello se puede seguir sacando la producción, pero no sabemos cuánto durarán los generadores», señalaban algunos trabajadores poco antes de las dos de la tarde. En el caso de Palacios, sin embargo, «hoy es un día semifestivo porque en Albelda celebran San Prudencio, mucha gente no trabaja y no todas las plantas productivas están operativas».
También hubo empresas que informaron a sus trabajadores de que el turno de tarde se cancelaba. Fue el caso de Foncasal, en el polígono Cantabria. «Ha habido un apagón, no se puede hacer el trabajo y nos mandan para casa», relataba una empleada de esta firma del sector de la alimentación. Y a dos minutos de esas instalaciones, en la misma zona industrial, otro numeroso grupo de operarios esperaba a la entrada de su fábrica, CMP Automotive, proveedor para el sector de la automoción. «La maquinaria se ha paralizado y la producción se ha suspendido», decían los trabajadores.
Y la preocupación en el empresariado riojano es «máxima», reconocían portavoces de la patronal FER. «Las industrias con las que ya vamos hablando nos trasladan su incertidumbre, por lo que van a dejar de producir, por lo que van a perder el material que se ha quedado atrapado en las máquinas y que quizá haya que desechar», añadían las mismas fuentes a Diario LA RIOJA.
Dos empresas de referencia en el sector tecnológico como Arsys o la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), en cambio, pudieron desarrollar su actividad con aparente normalidad. «Somos proveedores 'cloud', pero el apagón no ha tenido repercusión en nuestros clientes», informaron desde la empresa que facilita soluciones de internet. «Los tres generadores que tenemos en nuestro centro de datos han funcionado a la perfección», aseguraban.
En UNIR, los mentores de las diferentes titulaciones 'on line' contactaron con los estudiantes «con normalidad» y respecto a las clases, señalaron que «aquellos profesores que están teniendo cualquier incidencia en su conexión se les han reagendado».
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