La tensión política agita la deuda francesa, que cotiza con la mayor prima de riesgo de la zona euro
Los inversores venden bonos del país ante el caos por la caída del primer ministro François Bayrou
Se acabó la calma. La resistencia que había mostrado la deuda francesa en los últimos días frente al caos político en el país se ha ... visto esta mañana resentida por la caída del Gobierno de François Bayrou. Los inversores deshacen posiciones en deuda gala, provocando que, por primera vez en muchos años, los bonos franceses coticen con la mayor prima de riesgo de toda la zona euro, superando por momentos incluso a la italiana, que siempre ha sido el 'patito feo' de la región por su grave indisciplina fiscal.
En concreto, el bono francés a 10 años cotiza con una rentabilidad (que se mueve de manera inversa al precio, que baja presionado por las ventas) del 3,479%, frente al 3,475% italiano. Pero la prima de riesgo francesa ha llegado a superar los 81,5 puntos a primera hora. Este indicador mide lo que un inversor exige por comprar deuda de un país en comparación con la deuda alemana -que es la referencia en la zona euro-, así que cuanto más alta, peor.
Aunque el país está lejos de una crisis de deuda, la tensión política vuelve a estar en el foco de los inversores, incluso a pesar de que la Bolsa francesa logra mantener el pulso con moderadas subidas. «El escenario ya había sido anticipado por algunos inversores, con lo que los próximos días serán determinantes para evaluar la capacidad del país de estabilizar su panorama político y tranquilizar a los mercados respecto a su trayectoria presupuestaria», apuntan los expertos de Tikehau Capital.
Un emisor creíble
Aline Goupil-Raguénès, de Ostrum AM (Natixis IM), coincide en que Francia es percibida como un emisor creíble que no incurrirá en impago de su deuda y en que los mercados «ya han puesto en precio una posible rebaja de la calificación del país, que las agencias Fitch y S&P podrían rebajar rápidamente a A+, con perspectiva negativa».
Sin embargo, consideran que el nombramiento de un nuevo primer ministro no cambiará la realidad ante una Asamblea Nacional fragmentada y una capacidad limitada del Gobierno para adoptar medidas por su falta de mayoría, lo que impedirá adopotar medidas que reduzcan significativamente el déficit.
Solo si se produce un escenario extremo, como la dimisión de Emmanuel Macron, los inversores se volverían más cautelosos. «El temor a un desvío presupuestario aumentaría con la probabilidad de un gobierno potencialmente más inclinado a aumentar el gasto público. El diferencial francés podría alcanzar niveles muy superiores a los 100 puntos básicos», añaden los expertos.
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