Iggy Pop hace historia también en Santo Domingo

Y no era para menos, ya que con nueve grupazos en el cartel y el preámbulo del exitoso del viernes de apertura, los asistentes comenzaron a llegar también desde primera hora. En ediciones anteriores la mayoría del público entraba en el recinto a media tarde, o incluso antes de los tres últimos conciertos, lo que en alguna ocasión generó largas colas. Algo que este año no ha sucedido, porque desde su apertura la corriente de entrada es constante.

Otro de los motivos es que este sábado abría el escenario principal el grupo Tobogán, los únicos riojanos del festival. Una querida formación con experiencia en festivales, cuyos temas ya son conocidos y aclamados por su público, que apareció puntual a la cita para deleitarse con su punk rock.

La música se trasladó al segundo escenario a las 18.30, donde Kokein, saltaban al cartel de forma improvisada tras la caída de Deadletter.

Luego llegaron Flying Rebollos, una banda formada en Portugalete que ha sufrido variaciones entre sus componentes a lo largo de su historia. En Santo Domingo sonaron compactos, con un fiestero rock and roll clásico con influencias de blues, alegre y pegadizo. Tampoco ajenos a las actuaciones de multitudes. Con un repertorio que se movió entre el rock clásico setentero y el grunge alternativo, consiguieron hacer bailar al público, ya entregado totalmente al espíritu RockLand de buen rollo y dándolo todo en cada acorde.

El inicio de Delirium Tremens volvió a llamar a la marea de festivaleros, que este año van de un escenario a otro pasando por las barras rápidamente, ya que la puntualidad de los grupos no deja mucho tiempo para completar los cincuenta metros que entre ambos.

De nuevo, un soplo de rock vasco, para alegría del muy abundante público llegado desde la comunidad vecina al festival de Santo Domingo. También veteranos, pero con una ilusión y una fuerza intacta, regresaron en 2022 a los escenarios.

Al caer la tarde, The K's llegó al escenario principal. Para entonces ya estaba prácticamente todo el público que se esperaba en la noche del sábado, muchos de ellos repartidos por el cálido césped artificial a modo de picnic gigante.

Y entonces llegó Morgan. La voz angelical de Nina rompió la crudeza del rock de la noche para introducir un sensual pero reivindicativo pop-rock melódico que calmó las aguas antes de la tormenta.

Según lo previsto, Iggy Pop saltó al escenario a las 22.40 marcando el punto y aparte a una noche variada del mejor rock.