Fito, fetén, fetén

Canciones que no se meten en ningún charco, letras aderezadas con sonoras frases y expresiones hechas, lugares comunes y una música enriquecida con diferentes instrumentos para salirse del rock básico pero que muy a menudo recuerdan a las guitarras de Mark Knofler, Chuck Berry, Rory Gallagher... Riesgo cero y una música técnicamente perfecta en la que, eso sí, más de la mitad de la banda es el guitarrista Carlos Raya y buena parte de la otra son Jorge Arribas y Diego Galaz, virtuosos miembros del dúo Fetén Fetén que se han incorporado a la banda. Tan poderoso es Fito & Fitipaldis que, junto él, imantados, han participado en Actual Fetén Fetén y Morgan. También cabe preguntarse por qué un multitudinario concierto como este se constriñe en Riojafórum , aunque sea decisión del propio artista -como asegura la organización del festival-, cuando podría haber llenado el Palacio de los Deportes, si bien es cierto que el escenario y el repertorio propiciaron otro tipo de directo, más calmado, diferente, que agradó igualmente a los espectadores.

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El concierto comenzó con la canción 'Me acordé de ti' sobre una escenografía impropia de un grupo de rock, con seis grandes alfombras que marcaban a los músicos cómo situarse. Todo el directo fue una coreografía perfecta de los seis músicos de acompañamiento y Fito Cabrales, no solo en lo musical, también en los movimientos. Hubo, eso sí, variaciones como una irreconocible 'A la luna se le ve el ombligo', interpretada con mandolina, acordeón, contrabajo y saxofón. Tras una hora con una selección de canciones lentas y regulares, aún se profundizó más en esta línea, por otra parte bien escogida para un público sentado, reuniendo a toda la banda en un corro sobre el centro del escenario para tocar 'Me quedo aquí' de Fetén Fetén y la propia 'Yo no soy Bo Didley' a ritmo de fanfarria.

Tras una hora y media de directo, la ovación final, con el público de pie, mereció un obligado bis en el que el concierto adquirió más ritmo con canciones como 'La casa por el tejado', 'Entre la espada y la pared' y 'Soldadito marinero'. Pero la verdadera generosidad llegó en el segundo bis, con una ovación todavía más rotunda en la que sonaron los éxitos 'Por la boca vive el pez' y 'Antes de que cuente diez', entonces ya con todo el auditorio de pie. No se puede negar de que fue un concierto fetén, fetén.