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Cambiar los cosméticos tradicionales por alternativas orgánicas

La Rioja

Jueves, 11 de septiembre 2025, 07:38

Actualmente, muchas personas reconsideran los productos de belleza al valorar salud cutánea y sostenibilidad. El enfoque hacia fórmulas con ingredientes de origen vegetal, procesos menos industriales y empaques reciclables genera expectativas sobre menor carga química y menor impacto ambiental.

Seguidamente, la transición puede ser gradual: seleccionar limpiadores y desodorantes con listas cortas de componentes, comprobar sellos orgánicos reconocidos y observar cómo reacciona la piel ante cambios. La meta es un ritual de cuidado más claro y responsable. Valorar ingredientes, origen y procesos ayuda a elegir alternativas con menor carga sintética y más transparencia en la cadena de suministro y durabilidad.

Riesgos de la cosmética convencional

En primer lugar, conviene tener en cuenta que numerosos cosméticos tradicionales contienen compuestos sintéticos vinculados con alteraciones hormonales. Los parabenos y los ftalatos son dos de los más señalados por entidades como Environmental Working Group, debido a que la exposición prolongada se ha relacionado con problemas reproductivos, metabólicos y del desarrollo temprano.

Esta evidencia ha impulsado a los consumidores a mirar con lupa las etiquetas antes de adquirir champús, cremas o maquillajes. Por otra parte, también hay preocupación por contaminantes derivados del petróleo, fragancias sintéticas o siliconas que, al acumularse en el ambiente, pueden afectar tanto a ecosistemas acuáticos como a la calidad del suelo.

En consecuencia, la crítica hacia el modelo industrializado de cosmética ha abierto paso a movimientos que buscan fórmulas más respetuosas con el cuerpo y el entorno.

Certificaciones que respaldan la transparencia

En segundo lugar, conviene hablar de las certificaciones, gracias a que representan una garantía clara para diferenciar productos genuinamente orgánicos de simples estrategias de marketing. Sellos como COSMOS Organic, gestionado por Ecocert, establecen criterios estrictos, donde al menos el 95 % de las plantas usadas deben ser de cultivo orgánico y un mínimo del 20 % de los ingredientes totales deben proceder de agricultura certificada.

De igual manera, otros sellos como USDA Organic o Cosmébio verifican que la producción respete límites en pesticidas, organismos modificados genéticamente y procesos altamente contaminantes. Gracias a estas normativas, los consumidores cuentan con un marco confiable para elegir productos de cuidado personal más alineados con valores de sostenibilidad y salud.

Ejemplos de marcas comprometidas

Ahora bien, para comprender mejor cómo se materializa esta filosofía en el mercado, resulta ilustrativo mencionar el caso de Comme Avant. Esta empresa con sede en Marsella fabrica jabones, desodorantes sólidos y productos para el hogar utilizando fórmulas cortas, ingredientes simples y certificaciones orgánicas como COSMOS.

Su propuesta busca reducir envases plásticos y apostar por presentaciones biodegradables, un enfoque valorado en la transición hacia un consumo más consciente. En esa misma línea, existen pequeñas compañías locales en distintos países que siguen el ejemplo de apostar por producciones artesanales, con métodos tradicionales y materias primas de comercio justo.

De esta manera, los consumidores apoyan su propia salud cutánea y contribuyen al fortalecimiento de economías sostenibles.

Beneficios ambientales de la cosmética orgánica

Por otro lado, la cosmética orgánica busca mejorar la relación con la piel y reducir impactos ecológicos a gran escala. Investigaciones académicas han señalado que productos con ingredientes naturales tienden a ser menos persistentes en aguas residuales y se biodegradan con mayor facilidad, lo que disminuye la contaminación de ríos y mares.

Asimismo, la producción agrícola orgánica empleada para elaborar estos cosméticos suele evitar fertilizantes sintéticos y pesticidas tóxicos, reduciendo riesgos para agricultores y biodiversidad. En otras palabras, optar por alternativas orgánicas repercute positivamente tanto en quienes los usan como en los territorios donde se cultivan las materias primas.

Tendencias de consumo consciente

En tercer lugar, resulta interesante observar que el crecimiento de la cosmética orgánica no responde solo a una moda, sino a un cambio cultural más amplio. Los consumidores jóvenes valoran marcas que comunican procesos transparentes, usan envases reutilizables y fomentan el comercio justo.

La digitalización también ha tenido un papel clave: las redes sociales y reseñas han visibilizado tanto los beneficios como las contradicciones de la industria convencional, acelerando la demanda de alternativas sostenibles.

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