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Miércoles, 9 de abril 2025, 07:31
Pilar Calvo, decana del Colegio de Psicología de La Rioja, analiza la aportación de esta ciencia a la salud y cómo debe estar presente en la sociedad para tener un carácter preventivo.
– Durnate el Día de la Salud, ¿de qué forma se cuida la salud desde la psicología?
– Considerando que sin salud mental no hay salud.
De forma específica, aplicando estrategias psicológicas de Salud Comportamental para fortalecer la salud y prevenir la aparición de enfermedades, como por ejemplo, la utilización regular de la relajación para reducir la activación general del organismo y prevenir los trastornos asociados al estrés. Controlando situaciones de alto riesgo antes de que el problema se agrave, por ejemplo, la aplicación de un tratamiento para dejar de fumar. Modificando alteraciones ya consolidadas. Reduciendo la probabilidad de recaídas en alteraciones ya superadas o aliviando los efectos perjudiciales que se derivan de los trastornos crónicos.
Teniendo en cuenta los objetivos mencionados, las intervenciones psicológicas en materia de salud, suelen ir dirigidas al control del estrés y de respuestas de afrontamiento habituales, al aprendizaje o eliminación de hábitos que perjudican la salud y a la modificación de respuestas concretas y/o condiciones ambientales relevantes de cada trastorno. Intervenciones en el dolor crónico, alteraciones cardiovasculares, trastornos gastrointestinales, asma bronquial, insomnio, rehabilitación neuromuscular, lesiones deportivas, diabetes, cáncer. La aplicación de estrategias psicológicas cognitivo-comportamentales pueden favorecer el bienestar y la calidad de vida de las personas en situaciones de enfermedad o en riesgo de experimentar diferentes trastornos.
– ¿Es nuestra sociedad, una sociedad enferma desde el punto de vista de la psicología?
– Desde la psicología consideramos que vivimos en una sociedad cuya organización genera unas condiciones de vida que provocan incertidumbre y una percepción de falta de oportunidades de futuro para las personas jóvenes, ritmos de vida muy estresantes, con poca dedicación a la comunicación entre las familias y amigos, conductas individualistas frente a lo que supone la cooperación y el apoyo mutuo, experiencias de soledad no deseadas, cosificación de las personas por intereses económicos...estas vivencias no contribuyen al bienestar personal de las personas, no contribuyen al desarrollo integral de salud. Las personas, impelidas por presión a adaptarse en este entorno aversivo experimentan situaciones de ansiedad que cuando se intensifica, se cronifica, derivan en depresión y otros trastornos.
– En los últimos años ha cobrado mucha vigencia la salud mental. ¿Es éste un problema que ahora atenta gravemente contra el bienestar saludable de las personas o simplemente es un problema del que ahora ya somos conscientes?
– Es una realidad a la que se está prestando más atención. Se tiene más conciencia de la importancia de la salud mental y hay expectativas más elevadas de bienestar personal. Se está considerando la información objetiva, el impacto que tiene en la vida de las personas y se tiene el conocimiento científico del comportamiento humano para aportar soluciones. Los datos nos indican de un elevado consumo de psicofármacos, un indicador de que subyace un malestar que supera a la persona. Pero, actualmente, hay información suficiente para que cada vez más ciudadanos soliciten una atención psicológica y huir de una dependencia farmacológica.
– Recientemente se ha puesto en marcha el programa 'Saludablemente' que ha llevado la psicología a Atención Primaria, reclamación histórica de su colectivo, y a los colegios. ¿Cuándo y cómo hay que abordar el problema de la salud mental?
– La salud mental, considerada en su dimensión positiva tal y como expresa la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay que estimularla siempre, en todas las etapas de la vida y en todos los ámbitos en los que las personas nos desarrollamos. Uno de los escenarios más importantes de nuestro desarrollo psicológico y social es el ámbito educativo y se ha comprobado que no es suficiente con la educación en destrezas competenciales instrumentales, sino que también es importante incluir la competencia social y la emocional.
– ¿Se pueden prevenir los problemas de salud mental? ¿Cómo?
– Se pueden prevenir creando condiciones de vida dignas para el desarrollo de las personas en el ámbito familiar, educativo, laboral social y organizacional.
– Hace no mucho, los problemas más graves que se conocían de los jóvenes (a nivel general) eran los desórdenes alimenticios. ¿Hemos dado un paso y ya los hemos dejado atrás o es que ahora hay otros más graves?
– Datos recientes de la OMS (2024) indican que los trastornos alimentarios afectan a un 0,1% de los y las adolescentes de 10 a 14 años y a un 0,4% de los/as de 15 a 19 años. A pesar de su carga y prevalencia, continúan siendo muchos los casos que no llegan a detectarse ni a consultar por ellos. Los trastornos de la conducta alimentaria, según diferentes estudios, a menudo se asocian con la depresión, la ansiedad, el consumo y/o abuso de sustancias y con trastornos de la personalidad, así como con enfermedades físicas importantes (p.e, la anorexia se relaciona significativamente con la fibromialgia, el cáncer, la anemia y la osteoporosis, y el trastorno por atracón con la diabetes, la hipertensión, el colesterol alto y los triglicéridos) y, en casos extremos, puede conllevar la muerte, siendo las causas más frecuentes el suicidio o la desnutrición.
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