La Iglesia se abre a cambiar las fechas de la Semana Santa para hacerlas coincidir con las confesiones ortodoxas
La propuesta busca estrechar lazos con las iglesias ortodoxas, que se guían por un calendario distinto, de manera que todos los cristianos celebren la Pascua en días comunes
La Iglesia católica ve con buenos ojos un acercamiento a las iglesias ortodoxas para unificar las fechas de celebración de la Semana Santa, un gesto ... que se ha vuelto a poner sobre la mesa estos días en que se recuerda el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea, considerado el primer concilio ecuménico del cristianismo. En principio no se trataría tanto de buscar una fecha fija para la Pascua todos los años (lo que tampoco se descarta), sino de una fecha que vaya cambiando cada año, aunque siempre se celebre conjuntamente con las confesiones ortodoxas, lo que plantea el problema de que éstas manejan un calendario distinto, el juliano, frente a nuestro calendario gregoriano. Por ejemplo, hoy 20 de noviembre es para ellos 7 de noviembre, trece días menos.
Para un acercamiento sobre esta y otras posturas entre todas las iglesias cristianas, este jueves a las 20 horas la catedral de la Almudena acoge una oración ecuménica con el resto de las confesiones cristianas (católicas, ortodoxas, anglicanas y evangélicas) con motivo de los 1.700 años del Concilio de Nicea. Esta efeméride tiene lugar en el marco de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que se viene desarrollando desde el pasado martes en Madrid.
La Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso de la CEE, que preside Ramón Valdivia, obispo auxiliar de Sevilla, ha sido la encargada de organizar este acto ecuménico y de redactar y consensuar un texto en el que se reitera la disposición de la Iglesia católica a modificar la fecha de la Semana Santa, siempre y cuando las distintas iglesias ortodoxas se pongan de acuerdo en una fecha común, para lo cual, según fuentes de la CEE, tendrían que convocar su propio concilio.
Estas mismas fuentes señalan que la idea de unificar la pasión, muerte y resurrección de Cristo en una fecha común a todas las confesiones cristianas fue una propuesta que en su momento lanzó la Comisión Teológica Internacional y que el papa Francisco mencionó en al menos dos ocasiones. «Es una propuesta de la Iglesia católica en general, no de la Iglesia en España en particular», precisan.
De concretarse, el cambio podría afectar a las celebraciones de la Semana Santa en España, donde estas fechas no sólo modifican el calendario de vacaciones escolares, sino que tienen relevancia por su impacto económico y turístico por el flujo de visitantes que concentran estos ritos. Además, en capitales como Sevilla, cualquier modificación en las fechas de Pascua tiene un efecto dominó ya que desplazaría automáticamente un calendario que abarca desde su famosa Feria de Abril al Rocío y también el Corpus, que igualmente es una celebración festiva en ciudades como Toledo o Granada.
Una cuestión que no es teológica
El pasado miércoles en un encuentro con periodistas para presentar el acto ecuménico por el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea, el obispo Valdivia aseguró, en declaraciones recogidas por Europa Press, que la Iglesia católica está abierta a cambiar la fecha de celebración de la Pascua y aceptar la que propongan los ortodoxos. «Nosotros seguimos manteniendo de alguna manera las diferencias, pero no son tanto teológicas como cuestiones de calendario. Mientras que la ortodoxa está celebrando con un calendario juliano, de los emperadores, la católica sigue con el calendario gregoriano, de manera que hay esas diferencias pero no son tanto cuestiones teológicas», explicó Valdivia, que añadió que «la Iglesia Católica no tendría ningún problema en poder aceptar» la fecha que se proponga. «Plantearía cuestiones difíciles pero no hay un sentido de hostilidad hacia ese punto ni muchísimo menos», aseveró.
Actualmente, la Pascua se calcula según lo establecido tras Nicea: se celebra el primer domingo después de la primera luna llena de Primavera. El problema es cuándo empieza la primavera en el calendario juliano y cuándo en el gregoriano. Por eso desde la CEE plantean "o nosotros acogemos el calendario juliano o ellos el gregoriano. O con fecha fija. Cómo sería, es el tema de diálogo".
Y es que el condicionante lunar provoca que la Semana Santa pueda caer en un intervalo muy amplio, desde finales de marzo hasta la segunda quincena de abril, como ha ocurrido este 2025, en que el Domingo de Resurrección cayó el 20 de abril. Además, la diferencia entre el calendario gregoriano (católico desde 1582) y el juliano (usado por los ortodoxos) explica que ambos ritos celebren la Pascua en fechas distintas, a veces con semanas de separación.
La idea de una fecha estable y común ya se planteó en 2015, pero quedó descartada. Se trataba de fijar la Pascua siempre el segundo domingo de abril, lo que situaría el Domingo de Ramos en el primero de ese mes, lo que eliminaría los amplios márgenes actuales, que pueden oscilar entre el 22 de marzo y el 25 de abril. La próxima Semana Santa de 2026 se celebrará entre el domingo, 29 de marzo y el domingo, 5 de abril.
Con todo, lo primero en lo que la Iglesia católica y ortodoxa se tienen que poner de acuerdo es si prefieren una fecha fija para la Pascua todos los años o una fecha que vaya cambiando cada año. A este respecto Rafael Vázquez, secretario de la Subcomisión de Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso de la CEE, ha dicho que están abiertos "a que nos den una fecha", si bien, él aboga por una fecha que varíe cada año porque "una fija restaría importancia al aspecto novedoso de la Resurrección".
En todo caso, Vázquez ha destacado que el hecho de que este jueves se vaya a hacer la celebración ecuménica en la Catedral de la Almudena ya es "un signo de esperanza para ser una única Iglesia".
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