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La versatilidad de los drones les ha permitido hacerse un hueco en cuerpos de seguridad, estudios topográficos y hasta inmobiliarias. R. C.
Una industria con todo el cielo por delante

Una industria con todo el cielo por delante

Los drones han dejado de ser un juguete para convertirse en una herramienta profesional que tiene múltiples aplicaciones, un mercado que atrea ayudas europeas y en el que España está bien posicionada

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Domingo, 11 de abril 2021, 00:19

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La escena tiene lugar en el valle de Garcipollera, en el Pirineo oscense; el agua descendiendo de las cumbres en burbujeantes torrenteras y las bordas de piedra gris recortándose, severas, sobre prados de un verde jugoso. El rebaño avanza unido hacia el refugio, pero hay algo que no cuadra. No se ven pastores ni perros que agrupen las ovejas que han pasado cuatro meses en el puerto pastando a su aire. En su lugar se escucha un zumbido y una tenue polvareda se levanta allá donde una cordera se ha propuesto traicionar el espíritu gregario de sus compañeras. Si se mira con atención, comprobamos que quien tira de ellas no es un mastín, sino un dron. Y no se le escapa ni una.

Francisco Yuste es fundador de Delsat International Group y artífice, en colaboración con el Centro de Investigación de Tecnología Agroalimentaria de Aragón, de este particular modo de entender el pastoreo, un mundo con el que ya entró en contacto cuando empezó a suministrar equipos de posicionamiento GPS para la ganadería extensiva. «Lo que lleva día y medio a cuatro o cinco personas con sus perros, nosotros lo hacemos en 30 minutos, con cuestas o sin ellas».

  • 7.850 operadores, ya sean empresas o pilotos que trabajan para varias compañías, se han registrado en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea entre el 31 de diciembre y el 1 de febrero. A diferencia de lo que ocurría hasta ahora, la nueva norma europea obliga a cumplir el trámite tanto a los que tienen un fin recreativo como profesional.

  • Revolución logística. La implantación de los drones será gradual, comenzando por el reparto de paquetería. El objetivo es revolucionar la logística y movilidad urbanas, para lo que es imprescindible solucionar retos tecnológicos que van desde garantizar la cobertura de la señal o la autonomía de las baterías hasta el diseño de 'autopistas' en el cielo en condiciones de seguridad.

  • 160 millones es la cantidad que gestionará el CDTI los próximos tres años en el marco del Programa Tecnológico Aeronáutico de Ayudas, del que se beneficiará el sector de los drones y que este año reserva 7,5 millones a pymes. Los fondos son con cargo al plan europeo Next Generation.

No es la única aportación de Delsat, aunque sí una de las más pintorescas. Entre sus encargos más recientes está el desarrollo de un sistema para transportar medicamentos utilizando vehículos aéreos no tripulados (UAS/drones), un proyecto en el que la Xunta de Galicia se ha mostrado muy interesado ante el desafío logístico que supone abastecer a núcleos rurales aislados. «Imagine el coste de movilizar cuatro horas una furgoneta cada vez que tienes que llevar a una aldea un paquete con Sintrom, antibióticos o antiinflamatorios».

La de Yuste es una más de las 5.000 empresas que han surgido en los últimos años al calor de una industria con infinitas aplicaciones y sin otro límite que el cielo donde se mueve. Le ocurre a Esteban Guerrero, de DroneVision, un ingeniero de Dos Hermanas (Sevilla) que empezó censando rinocerontes en Sudáfrica y localizando a furtivos, y que ahora lo mismo fabrica drones por encargo –algunos incluso para Defensa «y de los que no puedo hablar»– que hace anuncios (el último, del Range Rover Evoque descapotable) o colabora en películas, como el documental de James Cameron 'El resurgir de la Atlántida'.

Hablamos, en suma, de un sector que echó a andar de la mano de la fotografía, las filmaciones o los levantamientos topográficos, pero cuyo catálogo de usos es ahora inabarcable. Desde la minería (cálculo de acopios, rescates o inspecciones en zonas de difícil acceso), la construcción (recreación de alzados y plantas, revisión de fachadas, inspecciones de eficiencia energética) o el transporte de materiales, hasta misiones de defensa, como la vigilancia de fronteras, y de seguridad ciudadana.

Raro es la empresa que no pueda entrar en su radio de acción. Ingenierías, inmobiliarias, cooperativas agrícolas (cálculo de costes y de producción de hectáreas de cultivo) o industriales, inspecciones con cámaras termográficas, lo mismo de campos de placas fotovoltaicas que en centrales nucleares. El dron se está haciendo imprescindible y, como el 'Gran Hermano', omnipresente.

Apuesta estratégica

El de los drones es un sector que lleva años despertando la atención de las autoridades europeas y en el que España está bien posicionada ­–el último censo de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) habla de 7.850 operadores–, lo que ha animado a la Administración a hacer una apuesta por impulsar iniciativas que, pese a sonar a ciencia ficción, están cada vez más al alcance de la mano. «Además del prestigio de sus ingenieros y de la experiencia que acumula, la Península ofrece excelentes condiciones meteorológicas, orográficas y grandes zonas despobladas», apunta Fernando Gómez, secretario general de Adventia, escuela de vuelo de Salamanca. Argumentos que facultan a nuestro país para convertirse en el banco de pruebas de proyectos nacionales y extranjeros. Galicia, Andalucía y Aragón son las comunidades donde se está destinando más espacio y recursos a esta industria.

«La paquetería de 'última milla' es el futuro, pero que se pueda cargar medicinas no significa que te lleven la pizza a la ventana del 7º A»

Francisco YusteDelsat International. Aeronautics

«Esto no es ciencia-ficción, creo que es realista pensar que para 2030 los drones estarán integrados en el espacio aéreo»

Isabel Boatas. Directora de Expodrónica

Bajo el nombre de Programa Tecnológico Aeronáutico (PTA), el Ministerio de Ciencia e Innovación comprometerá 160 millones de euros a ejecutar de aquí a 2023 a líneas de I+D en campos como los aviones 0 emisiones, las aeronaves multipropósito o los sistemas de aviónica. También los UAS o drones, que van más allá del juguete que sacar a volar el fin de semana y que se han convertido en «una herramienta profesional de fuerte potencial económico», explica Roberto Trigo, jefe del departamento de Grandes Instalaciones Científicas y Programas Duales del CDTI, que gestionará el plan de ayudas con cargo a los fondos Next Generation de recuperación y resiliencia de la UE.

Subvenciones que no estarán dirigidas sólo a gigantes como Indra –proveedor de la industria armamentística, entre otras– o Hemav. También a pymes, que representan el 85% del sector, la mayoría negocios con menos de diez trabajadores. Unos y otros deberán competir por las ayudas, concurrir en consorcios de hasta seis empresas y dispondrán de entre 2 y 4 años para desarrollar sus proyectos. Muchos ojos están puestos ahí.

Las trabas burocráticas que caracterizaban el anterior marco legal –que se remonta a 2014­– dieron al traste con muchos de estos negocios, adelantados para su tiempo y quizá alumbrados cuando el mercado no estaba lo bastante maduro. Lo certifica Esteban Guerrero, quien no pierde la oportunidad de denunciar el intrusismo que ha campado en el sector y advierte de la dificultad de mantenerse al pie del cañón con vídeos de bodas y fotografías, «como empezaron haciendo muchos para acabar estrellándose».

Los que han sobrevivido gozan, sin embargo, de relativa robustez y «lo que necesitan ahora es personal cualificado y financiación rápida, porque si algo caracteriza a este sector es que está continuamente reinventándose y las ideas de hoy dentro de seis meses ya no valen nada», sostiene, rotunda, Isabel Boatas, directora de Expodrónica, la Feria de Muestras que suma ya seis ediciones y que el año pasado concitó la atención de más de 2.000 empresas de medio centenar de países.

El campo donde se mueven los profesionales es vastísimo, detalla Boatas, «tenga en cuenta que un dron no es más que una herramienta que se equipa con lo que quieras, lo mismo una cámara que un software de reconocimiento facial, y que es capaz de captar datos o realizar tareas, y hacerlo siempre más rápido, a un coste menor y con más seguridad para las personas».

También más respetuoso con el medio ambiente, lo que fundamenta que los mayores crecimientos que se esperan en próximos años vengan del lado del transporte, tanto de mercancías como de pasajeros, aunque este último tardará un poco más. «Hablamos de un horizonte de diez años, la primera mitad para que se extienda el reparto de pequeña paquetería y fórmulas como la de 'última milla'». ¿Significa eso que nos acabará llegando la pizza por la ventana de un séptimo piso? No, coinciden Yuste y Boatas. «Pero sí paquetería entre empresas, material sensible como medicamentos o análisis de laboratorio, recambios para la automoción...».

Autopistas en el aire

Un marco, ese de 2030, al que tampoco serán ajenos los aerotaxis no tripulados, orientados por ejemplo al turismo. ¿Un brindis al sol? No se lo parece, al menos, a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), donde confían en que la nueva regulación europea que ha entrado en vigor el pasado diciembre, despeje el camino para contar en 2023 con un marco regulatorio que permita a los drones realizar operaciones comerciales de transporte de pasajeros en ciudades.

«Nos hallamos ante una auténtica revolución del transporte», vaticina Boatas, una que obligará a crear auténticas «autopistas en el aire». Sabe de lo que habla. Acaba de presentar en Zaragoza el primer espacio de pruebas y experimentación de vehículos no tripulados en entorno urbano y dentro de un aeropuerto que se ensaya en Europa. «Asistimos a una transformación de nuestros cielos y la UE es muy consciente de que esa es una oportunidad que no se debe dejar pasar».

Ahora bien, si se aspira a que los drones compartan espacio con otras soluciones aéreas –avionetas, helicópteros–, habrá que establecer estrictas medidas de seguridad que garanticen esa convivencia. En eso trabaja el Urban Air Mobility (UAM), un mercado emergente formado por plataformas innovadoras que se proponen acelerar la transición hacia un tráfico aéreo que sea sostenible, bajo demanda, de pasajeros y carga. En el CDTI dicen que no tienen un bola de cristal para saber lo que nos deparará el futuro, pero coinciden en que contar ovejas en el Pirineo es sólo el principio.

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