«Cerré los ojos y me lancé a cumplir mi sueño»
Propietaria de la tienda de arreglos de ropa 'El Espolón'
IRENE MARTÍNEZ ZAPATA
Lunes, 8 de marzo 2021
Siempre lo tuvo muy claro. Quería montar su propia tienda «y cuando las cosas las tienes claras, todo se va dando». Así lo cree Alba Cambindo, esta colombiana (1961) que a pesar de haber estudiado diseño de moda en su país, se tuvo que venir a España a encontrar trabajo en el año 98. Comenzó su periplo en Zaragoza, donde estuvo tres meses «sin encontrar un puesto decente». Cambió de planes y puso rumbo a Logroño, donde estuvo «mucho tiempo» interna en una casa para cuidar a un niño.
Consiguió legalizar sus papeles y se marchó de vuelta a Colombia para traerse a su hija. «Dejé el trabajo y conseguí un piso». En esos años en los que cuidaba de su niña, se compró una máquina de coser. Empezó a repartir folletos para darse a conocer y así logró empezar a trabajar con los encargos que le mandaban las tiendas de ropa.
«Lo llevo en la sangre», explica cuando habla sobre las tendencias de moda. Alba tenía claro que quería montar su propio negocio, en este caso, su propia tienda de arreglos de ropa. «La gente me decía: ¡cómo se te ocurre ponerte por tu cuenta! Y aquí estoy a punto de cumplir 15 años desde que emprendí».
Fue un despegue difícil, «como en todos los negocios», pero lo fue más aún «por no ser de aquí y no conocer a nadie». Sin embargo, con su lucha y valentía logró superar todos los obstáculos. «Tengo las cosas muy claras. Cuando quiero algo, voy a por ello y lo trabajo», confiesa Alba. «Si me toca currar no me importan las horas que sean pero quiero ofrecer un servicio de calidad. Al trabajo no le tengo miedo».
Tras este último periodo de restricciones, en el que los comercios estaban cerrados, «había gente que pensaba que no iba a volver a abrir». Hasta ella misma lo creyó, pero pensó: «Estoy loca, cómo voy a cerrar. ¡Qué voy a hacer si no con esta edad tan tonta que tengo!. La negrita no se mueve a pesar de que no gane nada pero yo aquí sigo fiel a lo mío, clavadita como las flechas», dice orgullosa.
En esta situación -como indica- «hay que salir adelante de alguna manera». En este sentido, añade, «las mujeres tenemos mucho valor, somos curiosas y tiramos mucho del carro».
Sin duda alguna, Alba, con su esfuerzo y empeño, no solo ha cumplido su sueño, también ha encontrado a muchas personas que han sabido valorarla como mujer emprendedora.