Una casa de dinamita
Procuro no pensar en lo que pueda pasar. Eso es algo que solía decir un viejo profesor, que era mejor mantener la mente ocupada
José Enrique Cabrero
Domingo, 2 de noviembre 2025, 00:04
Procuro no pensar en lo que pueda pasar. Eso es algo que solía decir un viejo profesor, que era mejor mantener la mente ocupada con ... lo que sucede ahora mismo y no en lo que pueda o no venir, porque eso es incontrolable. Imaginad, decía, que os toca la lotería, un premio gordo, gordísimo, vuestra vida será otra desde ese instante. O imaginad, cambiaba el tono, que un coche os atropella, pum, se acabó. Todo eso puede pasar y nada está en vuestras -nuestras- manos. Nada.
Al terminar 'Una casa llena de dinamita' recordé a mi profesor. La película, dirigida por Kathryn Bigelow ('La noche más oscura', 'En tierra hostil'), es una montaña rusa de emociones. Una tipa empieza preparándose una taza de café y, veinte minutos después, cierra los ojos por si el mundo está a punto de estallar. Literalmente. La cinta narra los mismos 20 minutos desde cuatro puntos de vista. Cuatro historias que empiezan y terminan a la misma hora, pero en distintos espacios: la sala de emergencias de la Casa Blanca, el despacho de Defensa, una base militar secreta, un avión...
La idea es tan sencilla que resulta terrorífica: ¿Qué pasaría si un misil despega desde un punto indeterminado del mapa hacia Estados Unidos? ¿Y si ese misil se acerca peligrosamente a una ciudad? ¿Y si es nuclear? ¿Y si no se puede parar de ninguna manera...? ¿Qué harías en esos veinte minutos que hay entre un punto rojo parpadeando en el mapa y la incertidumbre del cielo que se cae sobre nuestras cabezas?
Me gustó mucho la película, en Netflix. Además, el reparto coral (con Rebecca Ferguson, Gabriel Basso, Jared Harris, Tracy Letts y Idris Elba, entre otros) está fantástico. Aunque no les niego que después, pensando, se te corta el cuerpo. Me jor pensar en el ahora.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión