Hay muchos tipos y fines a los que sirve el silencio como mecanismo de comunicación cuando se utiliza de manera deliberada, tanto en el espacio ... personal como administrativo.
Según los expertos hay diversos tipos de silencio: desde el curativo y reparador, hasta el engañoso utilizado para transmitir compromiso cuando la verdadera intención es otra, el cortés para no expresar algo molesto, el cauteloso para evitar la confrontación intentando ganar aliados y evitar detractores en la búsqueda de un logro, el evasivo como comunicación calculada que transmite estratégicamente parte de la información aunque se erosione la realidad, o el de ocultación como instrumento de manipulación más dañino, si cabe, que las mentiras. Además, expresa diversas emociones y motivos positivos o negativos, desde la hostilidad, desdén, miedo, cinismo, disgusto, respeto o empatía, hasta culpa o ignorancia, y es utilizado tanto en nuestra vida personal como administrativamente.
En la vida cotidiana convivimos con silencios a veces protectores y adaptativos, o dañinos cuando alguien pretende manipularnos o hacer mal taimadamente. Y en algunas ocasiones, hay silencios atronadores más contundentes que las palabras, como el que utiliza Mazón como respuesta a la dejación de responsabilidad que tuvo en la tragedia de la dana en Valencia que este miércoles cumplirá un año y que causó más de 200 muertos, múltiples consecuencias económicas personales, comerciales o empresariales todavía no resarcidas como muestran las cifras actuales.
Un año después de la tragedia, quedan las cicatrices de lo sucedido y continúan las manifestaciones reclamando que Mazón asuma la responsabilidad política que intenta evadir y explique la razón de la tardanza de su respuesta ante lo que sucedía. La investigación judicial está demostrando que esta tardanza fue el origen del fallo en el sistema de alertas al que Mazón, aún reconociendo que recibió noticias de la tragedia, no dio órdenes hasta que ya se había cobrado vidas.
Es difícil imaginar que un gobernante ético y responsable pueda evadir una responsabilidad que no asumió adecuadamente, dilatando una toma decisiones crucial mientras los ciudadanos mueren o intentan sobrevivir al caos, y se mantenga en el poder arropado por pactos de dudoso alcance. ¿Dónde estuvo el Estado? Es difícil creer que una democracia permita tamaño despropósito, la negligencia e irresponsabilidad política e incluso penal de quién sea, en contra de la seguridad de los ciudadanos; sería una mofa para todas las personas afectadas. Según Unamuno, «a veces, el silencio es la peor mentira».
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