David A. Pérez, director de Estudio 22, y Rafa Pérez, artista multidisciplinar, componen una formidable collera artística. Si he escrito los Péreces, no los Pérez, ... es porque no son familia. Aunque dicho espacio expositivo es la casa de ambos. El primero, que es fotógrafo, exige que cualquier artista, sea cual fuere la disciplina que cultive, exponga su obra bajo el tamiz de lo fotográfico. Y el segundo, que ante todo es ceramista, ha encontrado en Múgica 22 el sitio donde más ha jugado a combinar disciplinas, donde más se ha salido del tiesto, dónde más ha arriesgado conjugando quehaceres artísticos.
La muestra 'Offerenda' se compone de 22 cajas (lararias) de cerámica que sostienen los tarjetones de las 80 exposiciones que se llevan hechas en el precitado espacio. Un remedo de la costumbre romana de ofrecer tributos a los dioses domésticos, a los lares (deidades) del lugar que se representaban en forma de pequeñas estatuas. Para la ocasión, Rafa ha hecho nueve, combinando materiales diversos.
Se trata de un lujoso e imaginativo memorativo del vigésimo segundo aniversario de la apertura del estudio, para poner de relieve que allí se han colgado ora obras fotográficas, ora obras vinculadas a la imagen, siempre «con un criterio de calidad, independencia y riesgo, firmadas por grandes nombres de la fotografía y otras artes».
Vengo siguiendo en Internet a Rafa Pérez, jarrero nacido en 1967, porque admiro su obra dibujística y cerámica, realizada como un juego en el que busca la belleza, la emoción y la sorpresa. Todos llevamos un alfarero inédito. Él improvisa, arrancando sin una idea preconcebida, por puro divertimento, por la satisfacción de la creación, que ve potenciada al poder trabajar con materiales comunes, barro rojo, refractario, y fabricar sus pastas. Porque encuentra en la cerámica lo que no le proporcionaron otras disciplinas (de ahí los resultados sorprendentes). Y porque el fuego, que torna casi todo irreconocible hace que la pieza que introdujo sea alumbrada como abstracta, geométrica, vasija, cuenco, bloque en capas, ambigua, orgánica... Algunas me parecen deconstrucciones de golmajería.
Se entiende que eso sea suficiente para que el artista esté 'enamorado' de la arcilla. Pero no queda ahí la cosa. Es confesión de parte que le produce «excitación y placer a un tiempo». ¡Como para no estar enamorado! No me extraña que haya sido nombrado miembro de la Academia Internacional de la Cerámica y realizado exposiciones por todo el mundo. Reconoce, lo mismo que su 'primo' David A., que hay personas poco cultas que tienen intuición y capacidad de crear belleza. Qué generosa forma de darnos ánimos.
A ambos, congratulaciones por la mancuerna y por no ser, a beneficio propio, plañideros ante las instituciones. Y al primero, alientos por su pertinacia duradera.
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