«Pensaba que no iba a salir de allí», relata el joven rescatado en el San Lorenzo
El alicantino auxiliado por la Guardia Civil ha publicado un vídeo en redes sociales en el que cuenta su irresponsable peripecia, expone que «en principio estaba controlado» pero «estaba sin batería»
El pasado lunes el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil rescató a un joven a 1.800 metros de desnivel que pretendía coronar el San Lorenzo ... , después de haber pasado la noche a la intemperie. Unos esquiadores le habían recomendado bajar junto a ellos la tarde anterior y no les hizo caso. Fueron esos mismos esquiadores quienes advirtieron de la imprudencia a la Guardia Civil, cuyo GREIM tiene base en Ezcaray. Al día siguiente, de madrugada, los agentes salieron en su búsqueda y se lo encontraron en plena pista Campos Blancos, con el calzado congelado.
La Guardia Civil informó el miércoles del rescate y señaló que el joven auxiliado, de 24 años, nacionalidad española y vecino de Benidorm (Alicante), «intentaba alcanzar la cima del pico San Lorenzo sin experiencia en montaña, sin equipamiento ni material de escalada adecuados y con calzado deportivo». Richard Nevado, que paradójicamente así se llama el rescatado, ha publicado un vídeo en redes sociales en el que cuenta su versión de lo sucedido. En su testimonio no se atisba ni arrepentimiento ni autocrítica, casi más parece orgulloso y satisfecho de su imprudencia.
«En principio estaba controlado. Sabía que había nevado, pero no contaba con que la nieve me llegara por los huevos», cuenta Richard Nevado, que había partido su ruta a pie desde San Millán de la Cogolla, lo que hizo que recorriera 16 kilómetros en 8 horas. Confiesa, eso sí: «Soy un puto cabezón y un gilipollas»; porque admite que unos esquiadores le recomendaron abandonar su objetivo, pero él no hizo caso. Su idea era pasar la noche en el refugio. El San Lorenzo cuenta con un refugio de montaña cerca de la cima pero son cuatro chapas que apenas sirven para sobrevivir a una ventisca, que no es poco, porque no está acondicionado, no se puede hacer fuego y apenas protege del frío. Para colmo, Richard reconoce que «estaba sin batería» en el teléfono móvil. No le faltaba de nada a la innecesariamente arriesgada aventura de un montañero cuya más reciente heroicidad ha sido completar el Camino de Santiago desde Benidorm en 41 días y presumir de que «en cuatro días no me he cruzado con nadie».
Llegado un punto en que la noche se cernió sobre la Sierra de la Demanda y Richard «no sabía cómo de cerca estaba» de la ansiada cima, el protagonista confiesa: «Me encuentro en la peor situación en la que me he encontrado en mi vida». «Hice un agujero en la nieve para protegerme del viento y pasé la noche ahí. Las primeras horas fueron horribles, pensaba que no iba a salir de allí», explica. Pero salió, en gran parte gracias a la Guardia Civil. Y Richard Nevado, sin dar las gracias a los agentes en público ni reconociendo la imprudencia, concluye, orgulloso, que «esa es la historia de cómo casi me quedo tirado en la nieve». Fin. Publicación en redes sociales y más de un millar de 'likes'. También más de 150 comentarios, muchos de ellos achacándole una injustificada irresponsabilidad y un forzado protagonismo. Otros van más allá y exponen: «Luego que suben los precios para federarse en montaña por imprudencias como esta».
«Posible accidente grave»
La Guardia Civil, que le alcanzó en Campos Blancos con moto de nieve y esquís de montaña, se lo encontró descongelando su calzado deportivo para poder continuar la marcha y todavía los agentes tuvieron que convencerle de desistir en su empeño. «Ante la nieve helada, la ausencia total de material invernal y los riesgos evidentes, los agentes le aconsejaron no continuar, proporcionándole bebida y abrigo. Tras varios minutos, accedió a descender al ser consciente del riesgo que conllevaba seguir adelante», expuso la Guardia Civil en la nota de prensa en la que informó de lo ocurrido. El helicóptero de la Guardia Civil lo trasladó hasta el aparcamiento de Valdezcaray, donde se le proporcionó abrigo, calcetines y bebida caliente.
«Esta intervención del GREIM evitó un posible accidente grave e incluso una muerte por congelación o despeñamiento, ya que el joven planeaba alcanzar la cima y descender sin piolets, sin crampones y sin experiencia en montañismo invernal, en unas condiciones que exigían equipamiento específico», advierte la Guardia Civil, y recuerda la importancia de planificar adecuadamente las actividades en montaña, consultando la previsión meteorológica, valorando la propia experiencia y llevando el equipo necesario para prevenir riesgos innecesarios. Como los que corrió Richard, por muy «controlado» que, en principio, tuviera su reto, para, al final, ser rescatado a regañadientes por la Guardia Civil.
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