Cabeza de ratón
Me llamaron unos amigos ingleses para preguntarme qué pasaba en España, pero no por si el nuevo Gobierno va a castigarnos con una subida de ... impuestos, no por la mesa de negociación con los independentistas, no por el paro, no por si nos estamos preparando para el Brexit que se consuma a la vuelta de año nuevo. No preguntaban por nada de esto, no. Me preguntaban por una noticia que habían leído en The Telegraph titulada «Una provincia española aprueba una moción para separarse de una región ficticia», referido a la moción aprobada en el Ayuntamiento de León para que León, Zamora y Salamanca se constituyan como Comunidad Autónoma independiente de Castilla y que se está aprobando como la pólvora en más ayuntamientos leoneses. Y eso que el Telegraph es muy beligerante contra los intentos de Escocia de salirse del Reino Unido.
No tenemos suficientes problemas en nuestro país como para que ahora empleemos nuestras energías y nuestro tiempo en este debate estéril, porque no tiene ningún sentido ni justificación que León se separe de Castilla. Aunque a los independentistas y a los que quieren cargarse la Constitución les viene de perlas, porque cuantos más problemas tenga España, mejor para ellos. Ya se sabe, a río español revuelto, ganancia de pescadores independentistas.
Este viaje a ninguna parte revela dos problemas que tenemos, pero problemas de los de verdad. Por un lado, la España vacía que es, sobre todo, Castilla y León vacía. Como escribía Lorenzo Silva en este nuestro periódico hace unos días, la antigua Castilla la Vieja ha sido la gran perdedora del Estado de las autonomías. Siendo la más histórica pinta mucho menos que Euzkadi, menos histórica y con menos población (pero no vaciada).
Pero el otro problema es el propio estado de las autonomías, que se nos ha ido de las manos, y en lugar de servir para gestionar mejor lo público con más cercanía, se han convertido en reinos de taifas, en pequeños estados que duplican la estructura del gobierno nacional, con lo caro que es, y que nos termina haciendo, encima, más ineficaces y más desiguales. Empiezo y no acabo, pero por mencionar lo más urgente hay que unificar cuanto antes el contenido de las asignaturas que se imparten, da igual en qué región estudie el alumno y tiene que haber una convocatoria nacional de las oposiciones para ser maestro, de la misma manera que son nacionales las que se hacen para ser médico o juez.
En fin, lo único bueno de que León se independizara de Castilla -espero que no- es que no habría ni que hacer elecciones para elegir al primer presidente. Por aclamación sería Oscar Campillo, que es león, leonés y cabeza de León. Pero me temo que en el ánimo de los que han prendido esta mecha surrealista y peligrosa está, en cambio, ser cabeza de ratón.
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