Antonio Maíllo
Actor principal del bloque de izquierdas, el líder de IU reconoce que existe «un narcisismo de época» y urge abrir el debate presupuestario
Antonio Maíllo (Lucena, Córdona, 58 años) es un político optimista. Inalterable a las encuestas defiende que queda legislatura por delante, que su espacio político «está ... mejor que el año pasado». Pero también lanza un aviso a los dirigentes de otras organizaciones:«Si no servimos, que venga otra clase dirigente que refresque».
-Pese al momento que vive la izquierda, usted sigue siendo optimista.
-Sí. Yo creo que estamos mejor que el año pasado. Indudablemente. Eh. Afortunadamente, la sociedad civil, que es la que debe mover conciencia, lo ha estado haciendo y lo está haciendo con con la movilización en torno a Palestina. Y creo que esa movilización, esa movilización de la sociedad civil, han hecho un cambio de rasante en la izquierda española. [00:00:26][21.1]
-¿Como valora el principio de acuerdo de paz para Gaza?
-Exacto, lo acertado es decir un principio de acuerdo, porque faltan detalles. Valoramos que que haya una retirada de las tropas de Israel, un alto el fuego y que entre la ayuda humanitaria, es decir, lo urgente. Pero no hay que olvidar que hay un principal obstáculo que se llama Israel, que se llama Netanyahu. Y tenemos que ser muy cuidadosos en saber que un país que incumple acuerdos permanentemente, que viola el derecho internacional, que se salta la Convención de Ginebra, como se ha demostrado en el secuestro de la flotilla, puede incumplir también estos acuerdos y por tanto hay que estar muy vigilantes.
–¿Le parece suficiente el embargo de armas que su partido apoyó en el Congreso?
Va por el buen camino. Aspiramos a que haya ruptura de relaciones y la siguiente batalla va a ser eliminar todas las excepciones que tiene el decreto. Creo que no hay que parar hasta romper relaciones con Israel. Somos una organización seria que no se mueve por tacticismo y menos en un tema tan trágico como este. Cuando nosotros advertimos de que se abría una crisis de gobierno, si no se cancelaba el contrato de balas del Ministerio del Interior, no tuvimos que decirlo más veces. Y ahora, pues en el debate de Presupuestos Generales también habrá que establecer un relato de de un país que apuesta por la paz y por tanto, también en términos presupuestarios apuesta por ello.
–Ya amagaron con marcharse del Gobierno si no cancelaba un contrato de armas con Israel. ¿La permanencia de IU depende ahora de esto?
–Estamos muy satisfechos de cómo el Gobierno ha ido evolucionando a las posiciones que nosotros defendíamos. Nos sentimos muy útiles siendo gobierno. Porque si usted se da cuenta, posiciones políticas que parecía que no iban a ser abordadas, el reconocimiento del Estado palestino, el embargo de armas, la cancelación de un contrato de adquisición de balas se ha hecho y por tanto, eso que justifica justifica, si cabe, más aún no si en el Gobierno.
«La batalla presupuestaria debe ser grande y nosotros vamos a empujar para que sea muy difícil decir que no a nuestras propuestas»
–¿Cree que Pedro Sánchez está utilizando políticamente el genocidio en Gaza?
–Eso se lo tiene que pregutnar a Pedro Sánchez. Nosotros no negociamos con esto ni decimos que apoyamos un real decreto a cambio de algo. Estamos hablando de las coordenadas morales de un país que se define por este tipo de posiciones.
–¿Le duele entonces cuando Podemos le llama «cómplices» de Netanyahu?
–Si la gente quiere hacer el ridículo no es mi problema.
Aritmética parlamentaria
–¿La legislatura va a llegar hasta 2027?
–Absolutamente. Todo va 'in extremis', pero se aprueban leyes. Eso sí, a costa de un juego de equilibrosque obliga mucho a negociar. Yo, que soy de los politizados en los años 80 y 90, para mí era una pesadilla los tiempos en los que el Partido Socialista tenía mayoría absoluta y no había debate parlamentario. Y entre ese escenario y el actual, sinceramente y aunque esto puede ser no apto para cardíacos, es valorable desde el punto de vista democrático.
-–¿No temen que la tirantez que están provocando Podemos y Junts obligue a Sánchez a un adelanto electoral?
–Lo que hay que hacer ya es abordar el debate presupuestario. Es clave para exponer cuál es el proyecto de país. La batalla del presupuesto debe ser grande y nosotros vamos a empujar para que sea muy difícil decir que no a nuestras propuestas, y por tanto, quien diga que no, esto tenga que suponerle un coste en términos de insolidaridad social.
––La derecha radical está rentabilizando la migración y la derecha tradicional empieza a comprar sus postulados. ¿Necesita la izquierda otro discurso?
–Hay que combatir los bulos, el veneno y los tópicos que no tienen nada que ver la realidad. ¿Conoce la nacionalidad de las peronas que murieron esta semana en el derrumbe del edificio de Madrid?
–Una era española, el resto africanos y sudamericanos...
–Ciudadanos que contribuye a la riqueza de nuestro país y que han dado la vida por ello. Y tenemos que ir a la ofensiva. Me parece un error que se plantee un debate sobre migración con matices y creo que tenemos que conseguir la regularización masiva como forma de darle una respuesta a la extrema derecha y a los y a los discursos de odio.
-¿Seguirán sosteniendo al PSOE si el partido es imputado por corrupción?
–La política se tiene que basar en hechos reales. Hemos sido muy, muy duros con la corrupción, sabemos también distinguir cuando hay operaciones construidas sobre la nada.
–¿Está el bloque de izquierdas preparado para un adelanto electoral?
–Creo que el impulso de la sociedad civil es el que nos puede dar impulso. Estoy convencido que va a llegar una apuesta con voluntad unitaria en la que ofrezcamos esa aspiración y anhelo colectivo traducido en una oferta electoral amplia. Hay mucha que nos votó en julio de 2023 que está esperando a ver lo que hacemos.
–Da la sensación de que siempre esperan hasta el último minuto para negociar.
–Vivimos un momento excepcional donde en términos históricos el fascismo no es una amenaza. Izquierda Unida lo tiene claro hay que acelerar esos procesos y quien lo frene, pues será responsable de ese freno.
–IU habla de no apoyarse en liderazgos «agotados». ¿Se refieren a Yolanda Díaz, a Podemos?
–Nadie, empezando por mí, puede ser un obstáculo por aspiraciones personales legítimas para la confluencia de la construcción de un proyecto colectivo. ¿Y si no servimos para este nuevo ciclo? Pues, oye, se se incorpore y se renueve otra clase dirigente que que refresque, que vaya sin mochila. Yo creo que eso es muy interesante porque damos un mensaje de decir no estamos aquí para ver qué hay de lo mío. Estamos aquí para construir un bien común.
–¿Está siendo Podemos un obstáculo para esa unidad tanto a nivel nacional?
–Un proceso unitario es un proceso al que se adhieren aquellos que quieren hacerlo porque están convencidos de que así se convierten en un instrumento útil para la sociedad. No hay tiempo que perder ni hay que alimentar novelas que están muy bien para la sobremesa de la tarde en televisión, pero no para la política.
–En Andalucía, donde aún no han llegado a un acuerdo, ¿le hará daño al PPel escándalo de los cribados de cáncer de mama?
–La sanidad pública andaluzae s ahora mismo el gran talón de Aquiles de Moreno Bonilla. El PPno aguanta una tercera legislatura en Andalucía.
–Se va a cumplir un año de la dimisión de Íñigo Errejón como portavoz de Sumar. ¿Se ha producido la renovació que pidió?
–No, no la he visto, pero confío en que la veamos. Creo que tiene que darse una mayor audacia para dar un mensaje claro de reconexión con la gente que ahora mismo está esperando qué vamos a hacer.
–¿Hay poca generosidad?
–Hay mucho narcisismo de época, no solo vinculado a nuestro espacio político. Convergen muchas, muchas visiones ególatras y narcisistas que no contribuyen a satisfacer esa lucha por el bien común.
–¿Usted sería candidato de una lista unitaria?
–No es eso a lo que he venido, pero nosotros vamos a presentar candidato y pedimos primarias.
–¿A la candidatura del 23-J le faltó calle?
–Vino muy condicionada por la inmediatez, con la urgencia de un calendario electoral. Por tanto, hay que ser justos, yo creo que fue la mejor respuesta al reto mayúsculo que hubo. Hoy las condiciones son distintas, mejores creo. Por eso soy optimista.
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