Óscar Chivite defiende en el Senado la «legalidad» de la adjudicación a la empresa supuestamente propiedad de Cerdán

El también tío paterno de la presidenta de la comunidad foral insistió en sede parlamentaria que esta adjudicación fue auditada por la Cámara de Comptos -tribunal de cuentas de Navarra- y el presidente del órgano fiscalizador explicó que no se había hallado «ninguna ilegalidad».

Esta obra fue adjudicada, entre otros, al empresario vasco Antxon Alonso, amigo de Cerdán y dueño la Servinabar 2000 Obras y Servicios S.L. Esta compañía, pese a su escasa experiencia en grandes proyectos civiles, ganó la adjudicación por 76 millones –en una UTE junto Acciona y Osés Construcciones– del desdoblamiento de los túneles navarros de Belate. La obra, que ha sido objeto de denuncias por las supuestas irregularidades que detectaron los propios técnicos durante la licitación en 2024, es además una de los cincos contratos por los que Cerdán se interesó el pasado 9 de mayo, cuando por primera vez en su trayectoria como diputado (y cuando ya se sabía investigado) preguntó en el Congreso por las adjudicaciones de construcciones civiles en Navarra.

Durante el registro el pasado 10 de junio en el domicilio Antxon Alonso en la calle Nizeto Urkizu de la localidad vizcaína de Elorrio, los agentes de la UCO encontraron un contrato, firmado por los propios Alonso y Cerdán, el 1 de junio de 2016, cuando la trama del exsecretario de Organización socialista supuestamente comenzó a dar sus primeros pasos, por el que Alonso vendía el 45% de su empresa al ahora exdiputado imputado por una cantidad poco importante: apenas 6.000 euros.

Sin embargo, este martes en la cámara alta, Óscar Chivite dijo que «no es cierto» que esa obra se adjudicara a una empresa de Cerdán, tal y como denunció la senadora de UPN, María Caballero, quien insistió en que «la mayor obra de Navarra ha sido adjudicada a una UTE» en la que participaba el exdirigente socialista encarcelado.

Sea como fuere, el familiar de la presidenta navarra, quien insistió en que las obras de Belate no aparecen en el informe de la UCO que sirvió para enviar a la cárcel a Cerdán, se desvinculó por completo del concurso de ese proyecto. «Ni los consejeros ni la presidenta participamos en los procesos de adjudicación», insistió durante su comparecencia.

Chivite hizo en todo momento por poner tierra de por medio con Santos Cerdán, pues, alegó, él «participaba poco de la vida del partido». Pero no obstante, reconoció que, una vez en el Gobierno que preside su sobrina, su relación con el imputado aumentó, hasta el punto de que admitió que Cerdán le ayudó para agilizar la subvención de 40 millones para Belate.

En cualquier caso, insistió, visiblemente nervioso, en que ese proyecto le vino heredado. Adujo que cuando su sobrina le nombró consejero de Cohesión Territorial en agosto de 2023, y por tanto responsable de toda las obras públicas en la comunidad, este concurso ya se había gestionado. La adjudicación, que él sí que firmó, se produjo tres meses después de su llegada. «El inicio de las controversias está en actos de la mesa de contratación, que es autónoma y fueron antes de mi nombramiento», insistió el compareciente, quien no obstante reiteró que «no me consta que existiera una adjudicación a dedo».