El Banco de Alimentos de La Rioja inicia su XIII Gran Recogida «para luchar contra el hambre»
Participan un total de 65 establecimientos, 40 de ellos en Logroño y 25 en el resto de cabeceras de la comarca
María Aguirre
Logroño
Viernes, 7 de noviembre 2025, 14:20
La Rioja tiene un índice de pobreza que afecta a la nutrición de quienes la padecen y que se eleva ya al 5,4%, lo ... que significa que 10.000 personas en nuestra comunidad autónoma no tienen una alimentación digna». Con estos datos y esta reflexión, Juan Carlos Fernández, presidente del Banco de Alimentos de La Rioja, comenzó a explicar la iniciativa de la Gran Recogida, que inició este viernes, bajo el lema 'Lo damos todo', su decimotercera edición en varios establecimientos y que finalizará el domingo, 9 de noviembre.
Un total de 1.500 voluntarios se han incorporado a los diferentes establecimientos participantes –40 en Logroño y 25 en el resto de la comunidad riojana: Alfaro, Arnedo, Calahorra, Fuenmayor, Haro, Lardero, Nájera y Santo Domingo– para informar a los ciudadanos que se acercan a hacer sus compras y donar alimentos no perecederos, como lácteos, legumbres y aceite, entre otros productos, detalló Fernández. Porque el objetivo de esta iniciativa es «combatir esa lucha contra el hambre, recordar a la gente qué puede comprar y, en definitiva, pensar en hacer la compra para los demás como la hacemos para nuestra propia casa». Un aspecto este último al que se refirió como «la regla de oro».
En ello coinciden también los hermanos Echapresto, padrinos de esta edición, quienes estuvieron presentes en el arranque de la campaña. «Nosotros nos dedicamos a dar de comer y queremos que todo el mundo tenga un plato de comida caliente», señaló Ignacio. Unas palabras que reafirmó su hermano Carlos: «Yo creo que el lema lo deja claro, hay que darlo todo, y que todos nos impliquemos un poco aportando nuestro granito de arena». Porque, como también recordó, «el objetivo de esta iniciativa es que todos sumemos de un modo u otro y que ayudemos a esta gran causa».
En lograr este reto se afanaban este viernes Agustín Peinado, Héctor García y Francisco Javier Galilea, voluntarios en varios establecimientos de la localidad. Agustín es de Castellón y trabaja en ADRA, una fundación que colabora con el Banco de Alimentos. El viernes por la mañana se encontraba en el Carrefour del Berceo de Logroño como voluntario, porque «mi trabajo me hace cambiar de lugar cada cierto tiempo y me motiva porque me gusta ayudar a la gente». Una labor que considera «importante, ya que consiste en ayudar a las personas desfavorecidas, con dinero o con alimentos». En este mismo establecimiento, una ciudadana que se acercó para donar explicó que «aunque la cesta de la compra ha subido y está todo carísimo, hay gente que no tiene para comer y hay que ayudarles un poco».
«La Rioja tiene un índice de pobreza del 5,4, lo que significa que 10.000 personas no tienen una alimentación digna»
Juan Carlos Fernández
Presidente del. Banco de Alimentos
«El objetivo de esta iniciativa es que todos sumemos de un modo u otro y que ayudemos a esta gran causa»
Carlos Echapresto
Padrino
«El objetivo de esta iniciativa es que todos sumemos de un modo u otro y que ayudemos a esta gran causa»
Agustín Peinado
Voluntario
«Es muy útil y positivo. Nosotros siempre venimos con los alumnos y les enseñamos a ser solidarios»
Héctor García
Voluntario
En el Alcampo de La Glorieta colabora Francisco Javier, que es desde hace cinco años coordinador, aunque ha estado una década como voluntario. Su motivación vino cuando dejó de trabajar: «Me jubilé y vi que algo tenía que hacer, entonces me hice voluntario». Una tarea que «por cuestiones de salud, que no puedo coger peso, he tenido que dejar, pero sigo ayudando en lo que puedo como coordinador». Y es que él se encarga de explicar a los voluntarios –que forman parte de Asprodema Rioja– qué tienen que decir a aquellas personas interesadas. «Les comento que pueden donar dinero, que luego cambian por alimentos, o directamente comprando alimentos lo que ellos consideren conveniente, pero que sean no perecederos».
En otro de los supermercados participantes de la capital, Aldi, se encontraba Héctor, que lleva como voluntario diez años, una función que calificó como «muy útil» y de la que se lleva una sensación «positiva». A su lado, había varios chavales. Son alumnos del instituto donde da clase. «Siempre venimos con ellos y les enseñamos a ser solidarios», explicó. Un objetivo, la solidaridad, que constituye la esencia de esta iniciativa desde que arrancó en el año 2013.
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