Profeta en su tierra, el catedrático de Estudios de Seguridad de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y director del programa sobre Terrorismo Global del Real Instituto Elcano, Fernando Reinares, protagonizó este jueves la segunda jornada del IV curso de verano de la Universidad ... de La Rioja sobre Inteligencia y Seguridad. El experto riojano, una de las autoridades mundiales en terrorismo internacional, impartió la conferencia 'Radicalización violenta y movilización yihadista en España' y moderó la mesa redonda 'Desradicalización y reinserción'.
- Se va a cumplir en menos de un mes el primer aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils. ¿Qué análisis se puede realizar de cómo se gestionó la seguridad y la coordinación antiterrorista?
- Los atentados de Barcelona y Cambrils, que no resultaron ser el plan ambicioso de terrorismo que tenían quienes los llevaron a cabo, fueron exponente del modo en que a España le ha afectado la movilización yihadista sin precedentes que se inició en el año 2012 con motivo de la guerra de Siria. Es cierto que está movilización no ha afectado a España tanto como a otros países europeos, como Francia, Gran Bretaña, Bélgica y Países Bajos porque, a pesar de tener una población musulmana que está entre las cinco más grandes de Europa, está principalmente compuesta por primera generación de inmigrantes, pero desde el 2013 los niveles de radicalización y reclutamiento yihadista en España son extraordinarios y se calcula que hay unos 5.000 individuos que han hecho suyas las actitudes y creencias fundamentalistas y rigoristas del Islam. De esos 5.000 afines al yihadismo, unos 250 se han convertido en combatientes terroristas extranjeros, 117 han sido condenados y en ocho casos han muerto por su participación en actividades terroristas en los últimos años en este país. Menos de una cuarta parte de la población de origen musulmán que vive en España es de segunda generación y, sin embargo, estas segundas generaciones son más de la mitad del total de yihadistas condenados o muertos en España desde 2013. Esto plantea a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a los servicios de inteligencia unas exigencias que han ido más allá de lo previsto con anterioridad. Entre esas exigencias está la de mejorar los mecanismos de coordinación, en especial en el intercambio de información. El hecho de que el líder de la célula de Ripoll fuese un individuo que más de una década antes hubiese estado en círculos yihadistas suscita desde luego interrogantes acerca de la razón por la cual no existía sobre él y sobre lo que hacía una mayor vigilancia. Es muy importante que la opinión pública conozca que los yihadistas recurren con frecuencia a una fórmula religiosamente legitimada de disimulo o engaño que se llama taqiyya, y él no solo fue capaz de engañar a los jóvenes que radicalizó, sino también a la comunidad musulmana de Ripoll y a las autoridades locales.
- ¿Qué influencia puede tener la llegada masiva de inmigrantes a España y Europa en un posible recrudecimiento del terrorismo yihadista?
- El fenómeno yihadista en Europa Occidental estuvo, hasta mediados de la pasada década, básicamente asociado con extranjeros que eran inmigrantes en nuestras sociedades por razones económicas o políticas, entre otras, aunque hay que aclarar que la inmensa mayoría de inmigrantes procedentes de los países islámicos nada tenían que ver con los yihadistas. En la actualidad, sin embargo, y esto vale también para España, ya no estamos hablando de un yihadismo asociado con extranjeros y que venga de fuera, sino con un yihadismo muy relacionado con individuos que han nacido o crecido en España. En el conjunto de Europa Occidental, también en España, el yihadismo es un fenómeno asociado a las llamadas segundas generaciones, individuos nacidos o crecidos en Europa, pero descendientes de inmigrantes procedentes de países mayoritariamente musulmanes. La composición del yihadismo en España nos está diciendo que es un fenómeno que se proyecta desde fuera, pero en buena parte procede desde dentro, del mal acomodo en nuestras sociedades de los descendientes de los inmigrantes, un mal acomodo que tiene mucho más que ver con lo cultural que con lo socioeconómico, no son personas que están en situación de marginación o de exclusión social. Esas situaciones de desapego no son tanto el resultado de deficientes políticas locales, regionales o nacionales en materias sociales, sanitarias o educativas, sino el resultado de dinámicas inherentes a las propias congregaciones musulmanas, especialmente allí donde es notable la presencia de las corrientes salafistas, fundamentalistas. Esto conviene tenerlo muy en cuanta, sobre todo cuando van en aumento esas segundas generaciones afectadas por una crisis de identidad, porque no sienten que su nación de referencia sea la de sus padres, pero tampoco se sienten parte de España y en un contexto vulnerable, por su edad o sus circunstancias vitales, en ocasiones se encuentran expuestos a la actividad de agentes de radicalización que les convencen de que la nación a la que ellos pertenecen es la nación del Islam, la umma, cuyos principales actores son Estado islámico y Al qaeda.
- ¿En todo atentado yihadista hay un fallo de seguridad o de los servicios de inteligencia? Usted siempre ha defendido que el 11-M fue evitable. ¿También atentados como el de Barcelona?
- La seguridad completa frente al terrorismo es imposible, es impensable. Los terroristas dedican enormes esfuerzos a pasar desapercibidos, a articularse de una manera que resulte invisible. Los terroristas son fanáticos, pero también calculadores e introducen continuas innovaciones. Por eso es inapropiado hablar de fallo de seguridad o de inteligencia cuando ocurre uno de estos atentados; ahora bien, yo estoy entre quienes piensan que hay razones fundadas para pensar que el 11-M se pudo evitar y que los atentados de Barcelona y Cambrils, también por los antecedentes de las personas implicadas y de hechos que de haber sido compartidos, tanto dentro de cada fuerza policial como entre ellas, podrían haber permitido conectar datos y tener una visión más amplia para adoptar una posición preventiva.
- ¿Son el mayor peligro los denominados lobos solitarios?
- El número de atentados yihadistas perpetrados por actores solitarios exceden a los realizados por células o redes, pero estos últimos suelen ser mucho más complejos, más efectivos y mucho más letales, especialmente si esas células o redes tienen en su seno algún individuo experimentado y entrenado. Dicho esto, los atentados perpetrados por actores solitarios también pueden ser extraordinariamente letales, como el de Niza, que por cierto pudo también ser evitado sencillamente habiendo establecido los controles de acceso para camiones e instalando bolardos y el resto de medidas de protección para las que ya había sobrados motivos por las informaciones que se manejaban.
- La sociedad occidental no confía en una derrota a corto o medio plazo de ese terrorismo que retroalimenta de distorsiones de las creencias religiosas. Usted, como un de los expertos mundiales, ¿es optimista?
- En este momento soy optimista respecto a los niveles de concienciación social y respecto a las capacidades y los avances en materia de lucha contra el terrorismo; moderadamente optimista, pero mucho menos, acerca del éxito de los programas de prevención de la radicalización; y decididamente pesimista respecto a la evolución a corto plazo del yihadismo global. El desafío a corto plazo es impedir que los yihadistas cometan atentados, se financien y establezcan bases logísticas y eso requiere de la acción policial, de la cooperación entre los países y, en ocasiones, de intervenciones militares proporcionadas. Sin embargo, a medio y largo plazo, de lo que se trata es de evitar que el yihadismo global se reproduzca y para eso hace falta que se sepa qué hacer en las escuelas, en las prisiones y en el ámbito de las comunidades religiosas a la hora de detectar focos de radicalización y actuar frente a ellos de forma colectiva.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.