Un incendio calcina la nave de Sillalfaro y deja sin empleo a sus 20 trabajadores

Una lengua de fuego salió escupida de una de las máquinas de la zona de barnizado. Los trabajadores y el gerente intentaron contenerla vaciando todos los extintores preparados en la nave. También con una manguera propia. Fue imposible. El fuego se propagó voraz y fiero en la primera hora de la mañana de este miércoles por la factoría de la empresa Sillalfaro, dedicada desde hace 31 años al diseño y fabricación de todo tipo de muebles, hasta dejarla en ruina.

En el polígono industrial Tambarría, los trabajadores que se encontraban en la nave sintieron esa bocanada de fuego sobre las 07.05 horas de la mañana. Desconocen las causas, que tendrá que esclarecer la investigación. No pudieron frenarla con sus recursos. Por fortuna, tras intentarlo en varias ocasiones, pudieron salir todos de la nave. Para entonces, las maderas, barnices, disolventes, serrines… eran más que combustible para el fuego, que se extendió por el resto de la nave. Consumió la exposición de muebles inaugurada hacía dos años en la segunda planta, avanzó hacia las oficinas… «Treinta años de trabajo, sacrificio, dedicación… treinta años de nuestras vidas consumidos en cinco minutos», lamentaba uno de sus fundadores.

La veintena de trabajadores contemplaban impotentes el daño. Y lamentaban los 48 minutos que avanzó el fuego hasta que llegaron las dotaciones de bomberos. Se personaron del CEIS-Rioja, de los Bomberos de Navarra… El fuego era implacable y se afanaron en atacarlo hacia el interior, además de humedecer la fachada anexa con la nave de otra empresa. Las empresas vecinas quedaban desalojadas.

Entre los trabajadores, los sanitarios del SERIS atendían a varios poniéndoles oxígeno para frenar la inhalación de humos sufrida. Entre ellos, el gerente fue trasladado por prevención al Hospital de Calahorra para controlar el alto grado de humo aspirado.

«Con lo bien que iba ahora la empresa… Lo que aquí se fabricaba no se fabrica en ningún otro sitio», contaba con impotencia uno de los fundadores. Con máquinas especializadas, la empresa vivía su mejor momento de expansión y ampliación de cartera de clientes, sobre todo en hoteles y restaurantes de prestigio. Como inversión, tenía prevista la llegada de tres nuevas máquinas en unos meses y el crecimiento de su plantilla, que este miércoles se mostró como una piña. Fueron llegando uno a uno, también los familiares, uniéndose en un abrazo frente a la impotencia.

En su trabajo, los bomberos se toparon con la falta de presión que sufre el polígono Tambarría desde hace tres semanas. Buscaron hidrantes en empresas vecinas, llegaron camiones depósito de otras firmas alfareñas para alimentar sus mangueras, su pértiga... Sobre las 12.00, tenían perimetrado el fuego en el interior de la nave y atacaban los tres últimos focos.

Desde la vecina Puertas Venezia, sus trabajadores acogían a los de Sillalfaro, les daban agua, café... cariño. También la alcaldesa Yolanda Preciado y varios de los concejales del Ayuntamiento. Y la consejera de Economía, Innovación, Empresa y Trabajo Autónomo, Belinda León. En sus conversaciones, las ganas de pasar la pesadilla y volver a pelear.

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