Sergio Toribio se querella contra Netanyahu por crímenes de guerra en el «asalto» al Madleen
El activista Logroñés, que este viernes regresa a la capital riojana, ha interpuesto la querella en la Audiencia Nacional por los delitos contra la comunidad internacional y crímenes de lesa humanidad
El activista logroñés Sergio Toribio se ha querellado en la Audiencia Nacional por crímenes de guerra contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu; el ministro de Defensa, Israel Katz; David Saar Salama, vicealmirante y comandante de la Armada israelí; los altos mandos de la unidad de élite Shayetet 13, y Daniel Hagari, excomandante de Shayetet 13 y actual portavoz delejército israelí, por el abordaje a la Flotilla de la Libertad cuando intentaba llevar ayuda a Gaza.
En la querella, presentada por los delitos contra la comunidad internacional y crímenes de lesa humanidad, según ha explicado este viernes el propio Toribio desde el tren de regreso a Logroño, detallan la detención del barco humanitario Madleen, integrada en la misión civil internacional Flotilla de la Libertad, que el 1 de junio de 2025 zarpó desde Catania (Italia) para transportar alimentos, medicinas y material básico a la población palestina «víctima de un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo impuesto por el Estado de Israel y declarado ilegal por múltiples resoluciones internacionales»
En la querella relatan la interceptación «violenta» y «en ausencia absoluta de hostilidad o amenaza por parte de la tripulación» de ese barco civil que zarpó el pasado 1 de junio desde Catania (Italia) con ayuda humanitaria para la Franja de Gaza. Una semana después, en alta mar y a más de 100 millas náuticas de Gaza, la embarcación fue interceptada y abordada violentamente por fuerzas israelíes. Se emplearon drones, gases lacrimógenos, armas no letales y medios coactivos. «Los 12 tripulantes fueron detenidos arbitrariamente».
En un primer momento, recuerda Toribio, estuvieron retenidos en el propio barco 24 horas «custodiados por 12 militares de una unidad de élite del ejército israelí, la Shayetet 13». Allí estuvieron hasta que les trasladaron a Tel Aviv y «nosotros no teníamos esa ruta, ni teníamos intención de entrar en ese país, ni teníamos ese destino».
«Fue un secuestro en toda regla a 100 millas náuticas de la costa en aguas internacionales. Esta gente nos secuestró y en contra de nuestra voluntad nos llevaron a un país al que no queríamos ir y en el que luego no nos permitieron la entrada porque decían que habíamos intentado entrar en una zona militar», relata. Todo ellos estaban custodiados por una quincena de soldados «armados hasta los dientes con armas automáticas» y «nosotros éramos un grupo de 12 personas que somos activistas, que somos voluntarios y pacifistas, así que te puedes hacer una idea de lo estresante que fue».
En tierra intentaron que firmaran una serie de papeles, cuenta, «pero no se firmó nada». Del puerto de Tel Aviv les llevaron al aeropuerto de Ben Gurión y en las oficinas de la Policía de Inmigración, donde estaban los diplomáticos españoles, varios de ellos firmaron la deportación. Días después, Sergio Toribio llegó a Logroño.