Salud atenderá cada año a 120 pacientes con adicciones y trastornos psicóticos
El perfil mayoritario en la nueva Unidad de Patología Dual de La Rioja es el de un varón de 25 años, con patología mental y consumidor habitual de cannabis, estimulantes y alcohol
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 25% de la población sufrirá algún trastorno mental en su vida y más de la mitad ... de ellos, patología dual, la confluencia de una enfermedad psiquiátrica y consumo de tóxicos. El infradiagnóstico hace imposible fijar cifras de incidencia más allá de amplias horquillas de estimación en un colectivo casi invisible, estigmatizado y que no suele pedir ayuda. El que llegaba al sistema sanitario era atendido en circuitos distintos en los que se abordaba por separado su enfermedad mental y su adicción.
La atención integral era una asignatura pendiente –en la comunidad, en España y en el mundo– y Salud lo había subrayado como uno de los ejes prioritarios, junto al suicidio, en la Estrategia de Salud Mental de La Rioja. Tras unos meses de funcionamiento en modo piloto, la Unidad de Patología Dual empezará en unas semanas a trabajar a pleno rendimiento, con la ocupación de las 20 plazas de centro de día creadas en una sede anexa al Hospital de La Rioja. Trabajo no le va a faltar, como admite la psiquiatra del nuevo recurso, Diana Crespo.
«Hemos calculado 20 pacientes con un tiempo de estancia de más o menos unos tres meses y un año de seguimiento posterior, con lo que la previsión es atender a una media de 120 cada año», detalla la especialista, quien señala que, de momento, se ha decidido prestar atención a un colectivo muy concreto. «Estamos viendo al paciente que tiene un consumo perjudicial de tóxicos y que presente no un trastorno mental, sino un trastorno psicótico, pacientes que van a presentar ya sea desorganización del pensamiento, ya sea alucinaciones, ya sea ideación delirante... Hablamos de cualquier tipo de psicosis, esquizofrenia, trastorno psicótico agudo, trastorno por ideas delirantes, trastorno esquizoafectivo....», explica para admitir la dificultad de poner cifras al problema.
«Por dar algún dato, en España, el 60% de los pacientes que presentan una patología psiquiátrica van a tener consumo de sustancias tóxicas. Es un poco el aproximado, en La Rioja no podría decir algo más exacto porque, insisto, nos estamos centrando en el paciente consumidor de tóxicos y con patología psicótica», incide, para aclarar que «son pacientes que van a tener muchísimo más deterioro, van a tener mayor hospitalización y distanciados socialmente».
«Pensábamos que iban a ser pacientes muy deteriorados y con mucho tiempo con la enfermedad, pero la mayoría son veinteañeros»
Diana Crespo
Psiquiatra de la Unidad de Patología Dual
«Por fin se le está empezando a dar la importancia que tiene a la salud mental y está rompiéndose el estigma»
Carlos Piserra
Subdirector general de Estrategia de Salud Mental y Emocional
Tras destacar que «el consumo puede dar lugar a un trastorno psicótico, eso es muy frecuente», también aclara que «el trastorno psicótico va a dar lugar al consumo. Muchas veces se consume como automedicación, hay pacientes que por la necesidad de paliar los síntomas de un trastorno mental que no se ha diagnosticado consumen, pero lo que hay de base es un trastorno mental. Por ejemplo pacientes con TDAH que están consumiendo anfetaminas, pero al final lo que hay debajo es un TDAH». No obstante, la psiquiatra también alerta de que «está demostrado que el consumo de ciertas sustancias puede llevar a un trastorno mental que en ese caso sería evitable. Hay consumos de sustancias con las que sabemos que hay muchísima probabilidad de que finalmente se llegue a una sintomatología de trastorno mental, algunas a la orden del día y consumidas habitualmente, como el cannabis, estimulantes, el alcohol mezclado con los cuadros depresivos…».
Cannabis y estimulantes
Con una plantilla integrada por ella misma, dos psicólogas, una enfermera, una terapeuta ocupacional, una administrativa y una trabajadora social, la unidad atiende hoy a 10 pacientes, para, a partir del 1 de octubre, acoger a 15 y poco después completar el cupo de 20 plazas para abordar un problema que presenta ya una radiografía muy clara. «El perfil mayoritario de patología dual es el de hombres, ahora en la unidad de hecho son el 100% aunque tenemos ya alguna derivación de mujeres, pero el perfil del paciente mayoritario es el masculino, yo diría que nueve de cada diez, porque a la mujer, por el estigma, le cuesta más tiempo acudir a consulta cuando hay consumos».
Por edad, veinteañeros. «No lo esperábamos, pensábamos que al priorizar la atención de pacientes con patología psicótica más consumo de adicciones iban a ser pacientes muy deteriorados y que llevan mucho tiempo con la enfermedad, pero no ha sido así. Aunque tenemos alguno de cuarenta y pico, el 80% de los pacientes que tenemos son de 22, 24, 25 años, aunque se sabe que hay de menos edad y que de más años también hay muchos», resume la doctora Crespo, quien cita entre los consumos más habituales el cannabis y los estimulantes. «Anfetaminas, cocaína y cannabis es lo que más se ve en los usuarios de la unidad», concreta para admitir lo complejo de la labor en este perfil. «Con la unidad de patología dual no se busca que todos dejen de consumir y ya está, porque hay pacientes que tenemos que tener claro que no lo van a conseguir y no debemos frustrarnos. Con muchos a lo mejor solo llegamos a disminuir el consumo, que no le afecte tanto, y que a nivel social pueda salir un poco más, que pueda tener amistades, que pueda tener un trabajo, relacionarse con la familia…».
Proceso completo
Con un horario de atención como hospital de día de 09.00 a 14.00 horas de lunes a viernes, el recurso ofrece una atención integral, multidisciplinar y personalizada, con trabajo terapéutico grupal e individualizado. «Es un proceso completo con el fin de que el paciente pueda lograr integrarse a la comunidad, porque son pacientes que suelen estar aislados», resalta la psiquiatra.
Tras la derivación por parte de los psiquiatras de Salud Mental del Servicio Riojano de Salud, el paciente es valorado en la unidad y, si cumple los criterios, se le ofrece entrar, una decisión que debe tomar el propio afectado, que es incluido en un programa que mantiene la colaboración de ARAD y Proyecto Hombre. «Eso es lo importante, que ese circuito que antes estaba disgregado, se atendía la patología mental por el psiquiatra y los consumos por esas entidades, ahora es uno y con una atención integral a la patología dual», insiste la doctora.
85.000 euros
se han invertido en la adecuación de los espacios que ocupa la Unidad de Patología Dual, en su mayor parte con cargo a fondos del Ministerio de Sanidad de apoyo al Plan de Salud Mental.
Nueve pacientes
de cada diez atendidos son varones. La media de edad de los usuarios del centro ronda los 25 años. Las sustancias más consumidas son cannabis (marihuana y hachís) y estimulantes, sobre todo cocaína y anfetaminas.
20 plazas
de hospital de día tiene el nuevo recurso, ubicado en el Hospital de La Rioja, pero con entrada independiente por la calle San Francisco. Atenderá a los pacientes de 09.00 a 14.00 horas de lunes a viernes.
«La fortaleza y la diferenciación de esta unidad es que se trabaja de manera conjunta y coordinada con el objetivo de ir más allá de estabilizar clínicamente al paciente. Lo que se pretende es que tenga una mejor integración social, incluso ocupacional, y mejorar su calidad de vida, reducir los ingresos hospitalarios y, sobre todo, devolverle la esperanza de que es posible una recuperación real y una vida plena en la sociedad», defiende, por su parte, Carlos Piserra, subdirector general de Estrategia de Salud Mental y Emocional, quien se felicita por el hecho de que «estemos en un momento en el que por fin se le está empezando a dar la importancia que tiene la salud mental, de que esté rompiéndose el estigma y de lograr que la salud mental esté en el mismo nivel que ha estado siempre la salud física».
Con él coincide Diana Crespo, quien, tras asegurar que «se está hablando mucho de la salud mental, y es muy positivo», advierte de que «se habla mucho del trastorno mental leve, pero hay pacientes con trastorno mental grave a los que hay que darles muchísima voz porque son los pacientes de los que nadie se acuerda y ellos no suelen pedir ayuda tampoco. Por eso son tan importantes unidades como esta o el Equipo de Terapia Asertiva Comunitaria. Y más cuando, aunque van cayendo muros, todavía queda estigma y rechazo».
«No somos magas, si el paciente no quiere no hay nada que hacer», asegura la psicóloga Marta Gentico
Marta Gentico, junto a su también compañera en ARAD María Milagro, son las dos psicólogas de la Unidad de Patología Dual.
Mientras María se encarga de las familias, Marta trabaja con los usuarios en las sesiones grupales y en el abordaje individual y personalizado. «Ambas son necesarias, porque la parte grupal tiene mucho peso para ellos a nivel de tener unos objetivos en común, que se sientan identificados con otras personas que vienen por lo mismo y con los mismos objetivos, remando un poco todos a la vez. Eso para ellos es muy potente», explica la psicóloga, quien defiende que «el hecho de que tengan que venir varios días a la semana es un gran avance porque se puede abordar mejor y podemos ir mucho más allá con los pacientes».
Ademas del trabajo en la unidad, los usuarios se llevan tareas a casa para poner en práctica las herramientas. «Ellos nos trasladan que están súper implicados», asegura Marta Gentico quien, no obstante, aclara que «nosotras no somos magas que cambiamos la vida con una varita. Si el paciente no quiere no hay nada que hacer. Una vez que aceptan estar, les enseñamos herramientas, les motivamos, les ayudamos y les acompañamos, pero el camino lo tienen que hacer ellos».
«Trabajamos la adherencia a los tratamientos y los hábitos de vida saludable», explica la enfermera Carlota Campos
Carlota Campos Angulo es enfermera y una de sus misiones es encargarse del estado de salud de los pacientes y controlar su medicación.
«En cuanto a la parte sanitaria lo que hago es administrar a los pacientes la medicación que decide la psiquiatra y trabajar la adherencia a esos tratamientos y que no los dejen. Trato de que conozcan qué están tomando, las dosis, cuándo se la pueden tomar mejor... También me encargo de su exploración física –talla, peso, electros, analíticas...– para comprobar que el consumo no les haya perjudicado, existan enfermedades de transmisión, efectos por la toma de los medicamentos…», detalla.
Además, en sesiones grupales, intenta involucrarles aún más a través del taller de educación para la salud. «Muchas veces son los que menos información tienen y les explico el proceso que están viviendo, qué es la enfermedad mental y cómo les afecta a la base emocional, pero también a la fisiológica y la física. Trabajamos también la influencia de los hábitos de vida saludable y, además, preparamos el fin de semana, desde los miedos a quedar con compañeros o amigos a los ejercicios que hemos hecho en los talleres, relajación, educación para la salud, psicoterapia, estimulación cognitiva...
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