PSOE y Podemos mantienen sus diferencias en unas negociaciones que «van para días»

Que en caso de llegar el acuerdo no será inmediato sino que se hará esperar es una de las pocas conclusiones que han podido extraerse de la cumbre entre los representantes de ambos partidos. Aferrados al mutismo más absoluto –«no vamos a hacer declaraciones», ha sido la declaración más recurrente ante la insistencia de la Prensa–, los protagonistas se limitaban a sugerir que las discrepancias que frustraron el primer intento de investidura de Andreu no se limarán de súbito sino que requerirán aún horas de diálogo. «Va a ser para días», dejaba caer el secretario general del PSOE, Francisco Ocón, a la entrada del Parlamento donde se ha celebrado el encuentro oficial precedido por puntuales llamadas telefónicas a lo largo de este impás.

Lo que sí ha variado respecto a la primera tanda de conversaciones ha sido la imagen que ambas partes se esforzaron por trasladar en público, con un posado conjunto a las puertas del hemiciclo a las 9.30 horas al inicio de una sesión que ha tenido su continuación a las 17.30 de la tarde. Esta sesión de tarde ha finazado a las 21.25 y a la salida ambas partes han rechazado hacer declaraciones. «Mañana seguimos», han confirmado.

Los equipos de negociación de ambas formaciones no han experimentado cambios. Por el PSOE, Andreu llegó acompañada del propio Ocón junto a Nuria del Río y el portavoz del Grupo Parlamentario y ahora senador autonómico, Raúl Díaz ;frente a ellos, la única diputada de Podemos en el hemiciclo, Raquel Romero, además de la integrante de la gestora del partido en La Rioja y secretaria del grupo municipal Unidas Podemos en el Ayuntamiento de Logroño, Nazaret Martín, y uno de los mediadores llegados de Castilla y La Mancha, Mario Herrera. La composición de la fotografía no es baladí, ya que la presencia de Herrera constituía una de las circunstancias más censuradas por el PSOE al sugerir que restaba capacidad decisoria a Podemos extremando las demandas del partido.

La reactivación de las conversaciones mira indefectiblemente más allá de La Rioja. Al igual que en el primer 'asalto', el contexto nacional está llamado si no a condicionar al menos marcar la pauta de lo que suceda en la comunidad autónoma. Como al principio de verano, en el Congreso las diferencias de criterio entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias mantienen en vilo la opción de que el líder socialista siga ocupando La Moncloa. A escala autonómica, sí que se han operado movimientos en las comunidades que también estaban a expensas de cerrar acuerdos de gobierno. Las coyunturas más relevantes por algunas de las analogías compartidas con La Rioja han sido Navarra y Aragón. El concurso de Podemos también era allá determinante para dar el Ejecutivo a un candidato del PSOE y como aquí, entrar en los respectivos gobiernos se planteaba en inicio como uno de los requisitos por la formación morada. El escollo se ha salvado en el primer caso cediendo a Podemos la cartera de Políticas migratorias y Justicia, y en el segundo, el área de Ciencia, universidad y sociedad del conocimiento. Eso sí, conformando en ambos territorios alianzas que implican a más de dos fuerzas.

A falta de conocer si la reunión celebrada este lunes ha girado sobre esta cuestión o aspectos estrictamente programáticos –«cuanto más se hable peor, así que no vamos a decir nada», se ha explicaddo Andreu ante la prensa en uno de los recesos; «hemos hablado de muchas cosas», ha deslizado Romero– las posiciones que malograron el diálogo en julio se ceñían a la pretensión de Podemos de dirigir tres consejerías, mientras que el PSOE sólo estaba dispuesto a otorgarle responsabilidades intermedias en forma de dos viceconsejerías (Reto demográfico e Igualdad) y una dirección general (Vivienda) insistiendo en un Consejo de Gobierno monocolor.