«El Ministerio nos dice que los plazos se cumplen sobre lo establecido, pero no nos dicen cuáles son»
Los ayuntamientos de Grañón y Belorado son críticos con una demora que «ya no se entiende tanto»
Ni siquiera los pueblos afectados por las obras del último de los tramos riojanos de la Autovía del Camino que discurre a medias entre esta ... comunidad y la vecina Burgos saben cuándo entrará en servicio una vía que confían acabe con el denso tráfico que circula a diario por sus travesías y, sobre todo, impulse el desarrollo económico de la zona.
César Sáez de Quejana Villar, alcalde de Grañón, asegura que nadie les da fechas. «Ya se sabe el retraso que lleva, más de dos años, y que las obras finalicen en 2026 lo veo difícil», explica. Un invierno duro, como lo fue el pasado, condicionaría, a su juicio, el desarrollo de los trabajos. «Todavía tienen que mover mucha tierra, así que creo que estaremos más cerca del 27 que del 26». Además, apunta, «nos metemos en año electoral. Hay que verlo así porque en esto, nos guste o no, la política entra en juego». Los retrasos no son nuevos, añade, porque «desde que se licitó este tramo han pasado distintos gobiernos de diferentes colores».
El día a día con las obras «es complicado». Los vecinos de este municipio riojano están cruzándose con maquinaria cada vez que cogen el coche. Ahora el acceso al municipio, cuenta el regidor, «no deja de ser un camino, se asfaltó, está bien, pero con el tránsito que tiene se deteriora».
Sáez de Quejana entiende que se hayan producido los sucesivos retrasos, entre la necrópolis que se halló en Grañón, los restos arqueológicos en tierras burgalesas, pandemia... «pero llega un momento que no se entiende tanto cuando se alarga demasiado en el tiempo».
No es el único molesto con la excesiva demora. Álvaro Eguíluz, alcalde de Belorado (Burgos), Ayuntamiento que promueve las concentraciones semanales para exigir la finalización de la autovía, asegura que no cuentan con ninguna información privilegiada. «El Ministerio nos dice que los plazos se cumplen sobre lo establecido, pero no nos dicen los plazos. No se atreven a decir siquiera si estará lista para el año que viene, así que no sabemos si el acuerdo al que han llegado con la UTE es para que esté operativo en 2027 o a lo largo de 2026». Más allá de los plazos, la sensación que tiene es que los trabajos se han acelerado en los últimos meses.
Las molestias son continuas porque «quien más quien menos suele ir habitualmente a Logroño, aunque dependamos administrativamente de Burgos». Lo que ocurre con la A-12, en su opinión, «refrenda lo que nos pasa desde hace 30 años y es que la Administración se conforma con muy poco en nuestros territorios. Saca unos tramos de autovía cada 'x' tiempo, aunque luego apenas se molestan en que las obras se ejecuten». A nivel económico, el fin de la Autovía del Camino «nos daría otro enfoque a la riojilla burgalesa y nos daría otras oportunidades para el desarrollo industrial y económico de nuestro entorno», señala.
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