El lobo se deja ver en las Viniegras
Una loba apareció muerta el pasado mes de febrero en el acebal de Valgañón, según ha informado el Gobierno de La Rioja, sin síntomas de envenenamiento ni disparos pero con heridas producidas por «mordeduras de otros cánidos»
A principios de febrero de 2020 una loba fue cazada en Villavelayo durante una batida autorizada dentro de la Reserva Regional de Caza Cameros-Demanda. ... Fue el último ejemplar de lobo de cuya muerte se tenía constancia en La Rioja. Dos años después, con toda la polémica sobre los daños de este depredador sobre la ganadería en La Rioja, se ha tenido constancia de la muerte de otro ejemplar, en este caso, al parecer, sin mediar caza, pues ya está prohibida.
El pasado mes de febrero unos senderistas encontraron a un cánido muerto en el acebal de Valgañón. Pensando en un primer momento que podría ser un perro, informaron del hallazgo y la Guardería Forestal confirmó que era un lobo. El animal se fue encontrado cerca de la senda de la Cueva de los Moros, uno de los accesos más frecuentados al acebal desde Valgañón. Según ha informado la Consejería de Transición Ecológica y Sostenibilidad del Gobierno de La Rioja, la muerte se produjo por «mordeduras de otros cánidos» puesto que, una vez examinado el cadáver en laboratorio, «no se encontró ningún síntoma de veneno ni disparo». Si fue una manada de lobos o una jauría de perros los que atacaron a la loba, no se sabe.
Desde septiembre de 2021 el lobo está incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, por lo que está prohibida su caza. No obstante, la aparición del lobo en esa zona es algo extraño porque los problemas que ha habido hasta ahora con la ganadería han sido puntuales o provocados por perros asilvestrados, como el que atacó al rebaño de cabras de Tondeluna. Sin embargo, el lobo cada vez se mueve más, se expande de su lugar más habitual, que es el Alto Najerilla.
En Villoslada de Cameros, por ejemplo, ya han sufrido ataques muy cerca del pueblo, en el cercado El Prado del Toro, junto a la ermita de San Roque, a cuyas puertas dejó alguna oveja muerta el pasado verano. Y el pasado mes de noviembre, en plena nevada, una vecina de Urdanta (Ezcaray) pudo grabar a un lobo cruzando la carretera. Cada vez se dejan ver más. Sin ir más lejos, José Manuel Fernández, expresidente de la Federación Riojana de Pesca, logró grabar a dos lobos a punto de atacar a un rebaño de ovejas el pasado 8 de abril en Viniegra de Arriba, en el paraje San Pelayo, a más de 1.200 metros de altitud pero a apenas 500 metros del pueblo. Eran las 11.30 horas.
«Vi que bajaban las ovejas a prisa y que detrás venía un perro, que creí que era un mastín, pero al comprobar que corría mucho entendí que era un lobo, así que paré el coche e intenté grabar la escena», cuenta José Manuel Fernández. Al detectar la presencia humana, las ovejas y el lobo huyó. Solo después de vivir la escena, al repasar la grabación, José Manuel comprobó que, en realidad, había dos lobos. Es la tercera vez que este riojano, que vive entre Baños de Río Tobía y Anguiano, amante de la naturaleza, pescador, cazador y senderista, se encuentra con un lobo. Antes ya pudo grabar a otro entre Villavelayo y las lagunas de Neila (Burgos). «No me gusta verlos, pero he tenido suerte, cada vez los veo con más frecuencia. Se ve que cada vez tienen menos miedo del hombre», cree José Manuel Fernández.
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