Luis Ángel González
González defiende que los tiempos de espera en la región figuran entre las más bajos del país e insiste en que usará «todos los recursos», incluida la colaboración con la sanidad privada, para lograr «demoras aceptables y asumibles»
Discrepa de los «análisis simplistas» y, aunque entiende las quejas, insiste en que La Rioja figura a la cabeza del país en calidad asistencial, con ... demoras mucho más bajas que la media nacional tanto en Primaria como en actividad quirúrgica. Luis Ángel González (León, 1964), gerente del Seris desde hace casi año y medio, anuncia un futuro inmediato «ilusionante» para la sanidad pública riojana, con nuevas infraestructuras, proyectos, servicios e innovaciones tecnológicas con el objetivo irrenunciable de «dar la mejor calidad asistencial a mis pacientes, con unas demoras aceptables y asumibles», un reto frente al que insiste rotundo en su hoja de ruta. «No voy a renunciar a ninguno de los recursos en mi mano», alerta para admitir entre ellos la colaboración con la sanidad privada.
– Estamos a las puertas del comienzo de un nuevo curso tras el descanso estival y en lo sanitario parece que volvemos con muchos deberes pendientes. ¿Lo ve así también el gerente del Servicio Riojano de Salud?
– Pues sí, como en todas las organizaciones donde existe un trabajo permanente tenemos nuestros deberes, pero diría que como estudiantes bien aplicados, con los objetivos claros, las actividades programadas y definidas de forma previa, con un cronograma descrito al detalle y con unos órganos de control que se encargan de que esos deberes se vayan cumpliendo en tiempo y forma. Estamos, además, a las puertas de un curso especialmente ilusionante para el Seris, porque hay proyectos en los que llevamos tiempo trabajando y que van a experimentar importantes avances. Hemos abierto la Unidad de Ensayos Clínicos que va a contribuir a ofrecer esperanza a muchos pacientes oncológicos, estamos a punto de adjudicar las obras del nuevo Centro de Especialidades Adoración Sáenz, la ampliación del centro de salud de Calahorra va a un ritmo estupendo y estamos también inmersos en la ampliación de las urgencias del Hospital de San Pedro y en el nuevo servicio de Neurocirugía. Pero es que además vamos a tener pronto novedades en materia tecnológica con las incorporaciones en determinados aspectos asistenciales de la inteligencia artificial que va a incidir en especialidades claves. En el Hospital de Calahorra vamos a conseguir dar un salto cualitativo en la prestación y la calidad asistencial. Su oferta se ha incrementado en doce especialidades, se ha transformado en hospital universitario, hemos implantado servicios que están haciendo reducir las listas de espera y detectar tempranamente tumores, como la Teledermatología, que en breve esperamos poder trasladar a Oftalmología, y sus Urgencias acaban de sumar recientemente a cuatro especialistas. Seguimos trabajando y, de hecho, frente a los 700.000 euros de 2024 y los 700.000 de este año tenemos una previsión presupuestaria en inversiones para 2026 de 3 millones en el Hospital de Calahorra, destinada a la renovación de equipamiento electromédico y diagnóstico por imagen, adquisiciones de TAC, mamógrafos de última generación y la ampliación de sus consultas externas, con una superficie construida de 550 metros cuadrados y un crecimiento previsto de entre 10 y 12 consultas más. Estamos muy orgullosos del trabajo realizado e ilusionados ante los grandes retos que nos quedan por delante.
– Ha sido un verano tradicional, sin grandes sorpresas salvo las olas de calor, pero con las mismas quejas de siempre por parte de los pacientes. En este caso, ¿el 'cliente' no tiene siempre la razón?
– Nuestros pacientes son personas con un problema de salud que acuden a un centro sanitario para satisfacer una necesidad y donde nosotros debemos atender lógicamente esa necesidad, pero teniendo en cuenta dos aspectos muy importantes: su situación clínica y patología, pero también los aspectos psicológicos y la situación funcional, porque todo de forma conjunta contribuye a su curación y favorece el trato y la humanización. Dicho esto, discrepo de que haya sido un verano igual y no solo por las olas de calor que hemos tenido. En Primaria hemos mantenido abiertos, igual que hicimos el año pasado, todos los centros de salud con los mismos horarios, además de reforzar aquellos municipios con mayor afluencia por causa turística. Esto que puede parecer lo normal no lo es y, de hecho, son muy pocas las comunidades que lo consiguen. No podemos olvidar tampoco que los profesionales también cogen vacaciones y esto obliga a un esfuerzo en la gestión y por parte de los profesionales que quiero agradecer.
– Si le parece, vamos por partes. En Primaria, algunas citas médicas presenciales salían para dos semanas después e incluso más y parece que el sistema de alternativas de la App de Rioja Salud no funciona del todo.
– Yo aquí creo que partimos de un concepto equivocado de lo que es la demora, el tiempo que un paciente espera para recibir una consulta desde que la solicita. Ese tiempo puede verse influenciado por varios factores, desde la prioridad o la urgencia clínica, la especialidad y las fechas, como en verano, donde no es igual la disponibilidad de recursos materiales y humanos. La App de Rioja Salud es una herramienta para facilitar las citas y ofrecer información de gran utilidad al paciente, pero no es un indicador de demora, que un usuario busque una cita con su médico y no le salga en los siguientes 15 días o más no quiere decir que es que la demora sea esa. Tenemos estimado en uno o tres días el tiempo de espera aunque es verdad que en verano puede llegar a cuatro. Pero es que además si un paciente necesita ser atendido con más urgencia, tiene la posibilidad de rellenar un formulario y que nuestros servicios de la UCA, pasadas unas horas, le llamen para programarle una cita. Pero incluso en las agendas de los profesionales se dejan huecos para aquellos imprevistos de las personas que no han podido coger cita. No podemos negar que en momentos concretos donde coinciden varias incidencias, como son las vacaciones, las bajas imprevistas y la elevada demanda asistencial, esa demora, como en todos los servicios de salud, aumente, pero lo que sí que garantizo es que nuestra demanda media estructural analizada y estudiada con el procedimiento adecuado es de uno a tres días cuando la demora media en el país es de 9, así que podemos estar satisfechos.
– Los sindicatos han denunciado también hace unos días ambulancias retenidas en Urgencias del San Pedro, esperas de hasta doce horas para ser atendidos y demoras en las hospitalizaciones. ¿Entiende las quejas, la impaciencia y la incomprensión ciudadana?
– Entendemos y escuchamos las reclamaciones de nuestros pacientes y quiero aprovechar para lamentar sinceramente las molestias que estas esperas pueden ocasionar y que a veces yo sé que se producen. Pero dicho esto, yo creo que es bueno explicar a los usuarios de los servicios públicos de salud el funcionamiento de determinados servicios. Las urgencias hospitalarias, por el desarrollo de su proceso asistencial, tiene unas características muy especiales que en nada se parece a las consultas externas. Cuando un paciente llega a urgencias, lo primero que hace y de forma inmediata es pasar por el sistema de triaje, donde se clasifica a los pacientes, según la gravedad de la dolencia, en cinco niveles, desde el uno, el de riesgo vital en el que la asistencia es inmediata, hasta el cinco, que suelen ser patologías leves y su tratamiento no es tiempodependiente. Pero una vez que se realiza el triaje, se continúa el proceso asistencial mediante la solicitud de pruebas diagnósticas, la valoración en consulta médica, la petición de pruebas más específicas por parte del médico, la implantación de las medidas terapéuticas y después en el box la observación o seguimiento que puede concluir en alta o ingreso hospitalario. Si a este largo proceso asistencial añadimos el tipo de pacientes que acuden, muchos de ellos con mayor carga asistencial por la complejidad de su patología, puede ser que determinados días los tiempos de espera excedan de las medias, del tiempo que el paciente estima razonable. Si se junta que el porcentaje más amplio de pacientes son pacientes crónicos, pluripatológicos y polimedicados que exigen una carga asistencial lógicamente los del nivel 4 y 5 pues tienen que esperar más. Aún así somos conocedores de que la asistencia en urgencias, que es un problema que arrastramos desde hace años, puede y debe mejorar y le aseguro que seguimos trabajando en la optimización de los circuitos, en mejorar las infraestructuras y en ampliar los recursos materiales y humanos.
«Nuestra demanda media estructural es de uno a tres días cuando la media en el país es de nueve»
Luis Ángel González
Gerente del Seris
«Somos conocedores de que la asistencia en urgencias puede y debe mejorar y trabajamos en ello»
«Son necesarias y nos va a ayudar a retroalimentar la captación de profesionales»
«La recuperación de las cifras precovid va a ser muy compleja, pero estamos en el buen camino»
– Hay quien vincula esa saturación de Urgencias con los problemas que arrastra Primaria. ¿Coincide con ese diagnóstico?
– Yo creo que es demasiado simple. Normalmente el origen siempre suele ser multifactorial. Es cierto que si existe una demora alta en la asistencia a nivel de Primaria, pues lógicamente los pacientes tienen que acudir a las urgencias de Primaria u hospitalarias. Pero es importante resaltar que existen también otros elementos en los que la ciudadanía ahora no piensa que contribuyen al aumento de la presión en las urgencias y es el envejecimiento de la población, con una prevalencia alta de enfermedades crónicas y con descompensaciones que exigen mucha carga y mucho recurso asistencial, con necesidad de más pruebas diagnósticas, estudios, análisis y valoraciones. Sin olvidar las epidemias estacionales de enfermedades respiratorias y las condiciones climáticas extremas, como pueden ser las olas de calor y las olas de frío, que es verdad que afectan en la salud y sobre todo de los pacientes crónicos pluripatológicos que se descompensan. Por eso hablar de una sola causa conllevaría a caer en el error de centrarnos en la adopción de medidas correctoras de forma parcial, sin atajar el problema común.
– ¿Hay también un mal uso por parte de algunos pacientes de las urgencias hospitalarias?
– Pues antes le citaba los cinco niveles de gravedad tras el triaje y la mayoría de los del nivel cinco, no digo todos, podrían ser atendidos perfectamente en un centro de salud. El problema es que hay pacientes que de forma individual confieren a su sintomatología una gravedad u otra y ante esa situación pues deciden utilizar un recurso u otro y el hospitalario pues tiene sus demoras, pero te vas con una exploración completa. Los sanitarios tenemos que educar a los pacientes en el uso racional de los recursos sanitarios para evitar una gestión inadecuada y poco eficiente de los recursos con la saturación o congestión de unos y la infrautilización de otros.
Infraestructuras y personal
– Destacaba varias de las nuevas infraestructuras que ayudarán a solucionar algunos de los problemas enquistados, sin embargo, los sindicatos y los profesionales advierten de que esas apuestas no servirán de mucho si no hay personal suficiente como denuncian que ocurre ahora.
– Todos conocemos y reconocemos que sufrimos una escasez de personal en determinadas áreas y especialidades que dificulta lógicamente la labor asistencial en muchas ocasiones. Pero yo le vuelvo la pregunta: ¿Porque tenemos ese déficit de profesionales debemos realizar o no realizar esas infraestructuras y que, tras estudios profundos y pormenorizados, hemos considerado necesarias e imprescindibles para la mejora asistencial como servicio de salud? Son infraestructuras necesarias, bien estudiadas y planificadas en su necesidad y ejecución y después veremos. Estamos convencidos de que la captación de personal sanitario va ligada al proyecto profesional, es verdad, pero también a la calidad de la organización en su parte asistencial y de forma muy íntima con la tecnología sanitaria de última generación que exista en ese servicio de salud, así como la apuesta por proyectos de infraestructuras punteras en el servicio. Vamos a seguir trabajando sin descanso por la captación de profesionales de otras comunidades y para que nuestros residentes se queden en el Seris mejorando y profundizando en el plan de retención y captación del talento. Y en este escenario consideramos que las infraestructuras son imprescindibles, no solamente para que en un futuro podamos dar una prestación asistencial de calidad, sino porque nos va a ayudar a retroalimentar la captación de profesionales que después van a estar en esas infraestructuras.
3.000 médicos y enfermeras
– ¿Podemos poner cifras a ese talón de Aquiles sanitario? ¿Cuántos profesionales tiene en nómina el Seris? ¿Cuántos médicos y enfermeras? Y lo más importante, ¿cuál es el déficit actual?
– Dar cifras es complejo sobre todo en una organización como la nuestra. Tenemos plantillas de los distintos hospitales y centros de salud, pero también todos los trabajadores ejecutivos en nómina, donde se incluyen todos aquellos profesionales que por diversas causas, como bajas, excedencias o reducciones de jornada están contratados por el servicio público. Para un puesto de plantilla, a lo mejor hay tres profesionales, porque está el que ocupa el puesto, el que le sustituye porque a lo mejor está en excedencia y el que sustituye al que sustituye porque este a lo mejor está en reducción de jornada. Le puedo decir que tenemos más de 3.000 profesionales en nómina entre médicos y enfermeras, casi 900 en Atención Primaria y unos 2.200 en Atención Hospitalaria. Pero insisto, ese es un dato que dice poco porque en salud habitualmente no hay jornadas de 8 horas de lunes a viernes, sino que hay turnos, guardias, acúmulos de tarea, bajas que cubrir, facultativos con contratos programa, facultativos que tienen parte asistencial y parte investigadora... La realidad de los recursos humanos en una organización sanitaria es muy compleja y no puede entenderse por los parámetros utilizados en otras áreas de actividad propia de otros sectores. Con respecto al déficit, si difícil es establecer los recursos que tenemos, imagínese establecer el déficit. Pero bueno, lo que es evidente es que existe un déficit de profesionales, aunque no por igual en todas las especialidades, y que ahora mismo es, entre otros problemas, una verdadera emergencia en este país y sobre todo por las jubilaciones que se prevén en un plazo de 5 años. Por eso debemos formar y captar a todos los profesionales que sean necesarios, pero con cabeza, con un estudio previo y detallado de las necesidades reales y una planificación adecuada a corto y medio plazo. También debemos incorporar las nuevas tecnologías de sistemas de la información, no para suplir a los profesionales que tenemos, sino para ayudarles en la toma de decisiones y liberarles de cargas burocráticas que les permitan incrementar otras áreas de actividad más asistenciales y productivas.
– Una de las satisfacciones estivales fue precisamente poder completar este año el cupo de plazas MIR, 58, incluidas las 25 de Medicina Familiar, y la continuidad de una gran porcentaje de los facultativos que acababan su formación. ¿Es suficiente?
– La verdad es que tengo que reconocer que estamos muy satisfechos por, sobre todo, de donde veníamos. Hemos cubierto todas las plazas y también hemos logrando que más de un 70% de los que han acabado la formación con nosotros se hayan querido quedar. ¿Debemos conformarnos? No, tenemos que seguir avanzando y tenemos que seguir trabajando en la mejora de los procesos de captación y retención. ¿Por qué? Porque nos va a ser necesario.
– El mal es nacional y este verano hemos asistido a una especie de subasta, una partida en la que las comunidades han jugado una partida con pujas cada vez más elevadas. ¿Tiene buenas cartas La Rioja? ¿Puede competir el Seris frente al resto, incluidos servicios tan potentes como los cercanos de País Vasco y Navarra?
– Somos una comunidad pequeña, muy bien acompañada y rodeada por Navarra, País Vasco, Aragón, Castilla y León… comunidades con mucha potencia, pero, y lo he hablado con alguno de mis compañeros gerentes porque mantenemos una relación cordial, yo creo que sería un error centrarnos en la competencia muchas veces malentendida por los recursos. Lo que debemos hacer es mirarnos a nosotros y no a los demás y mejorar nuestro plan de fidelización y captación del talento con propuestas innovadoras y llamativas que atraigan y le voy a poner varios ejemplos: tenemos que hacer atractivo el desarrollo de la carrera profesional mediante una formación continuada de calidad unida a la posibilidad de una labor docente, con nuestro futuro grado de Medicina, e investigadora, con el Cibir. Pero además tenemos que buscar un equilibrio entre vida, trabajo y bienestar de los futuros profesionales de nuestro servicio público de salud mediante la promoción entre otras medidas de la conciliación entre la vida profesional y familiar. Públicamente, en el ámbito de la compensación económica se manejan datos llamativos desde el punta de vista de un titular que no son exactos. No es cierto que en una comunidad se paga más que en la de al lado, aunque puede haber pequeñas diferencias. Las nóminas de los residentes y de los facultativos son complejas en su diseño porque tienen muchos conceptos retributivos. Evidentemente que hay que ofrecer unos sueldos adecuados, pero se lo digo sinceramente, aunque a lo mejor no me cree, no es el dinero el elemento primordial que motiva al profesional sanitario, sino que existen otros muchos factores como es la carrera profesional, la entrega al paciente, la promoción técnica y el mejorar día a día el abordaje de todos los problemas sanitarios y todas las patologías.
– Olvidada ya casi la pandemia, las listas de espera quirúrgicas no han vuelto tampoco a la normalidad. Según el último dato disponible, a diciembre del pasado año, había 6.442 pacientes riojanos a la espera de quirófano frente a los 4.672 de finales de 2019 y la demora media era de 64 días, 11 por encima de la época precovid. ¿Cómo estamos hoy? Intuyo que los meses de verano no habrán ayudado?
– La pandemia paralizó prácticamente la actividad asistencial limitando los recursos casi exclusivamente a las urgencias y a los pacientes con covid. El impacto que tuvo esta circunstancia en las listas de espera fue brutal y la recuperación de esas cifras previas va a ser, se lo adelanto, muy compleja, aunque también le digo que estamos en el buen camino. Citaba datos de 2019, pero yo le hablo de la realidad que nos encontramos cuando llegamos en 2023, un verano en el que teníamos 120 días de demora media y más de 9.000 pacientes en lista de espera estructural. Pues bien, en apenas un año, gracias al plan de choque, la lista de espera estructural bajó en más de 4.000 pacientes y la demora pasó de 120 a 64 días. Es verdad que el verano afecta, pero, insisto, estamos en dos o tres días de media en Atención Primaria cuando la del país es de nueve, y en la demora quirúrgica estamos en 60 días, somos la tercera mejor comunidad cuando en el verano de 2023 éramos una de las peores. Esto son datos y son hechos, se puede decir lo que se estime oportuno, pero insisto, esta es la realidad de las listas de espera. Este verano hemos mantenido una actividad quirúrgica razonable, incluida la actividad extraordinaria, pero no le voy a negar que ha habido una subida, como ocurre en el resto de los ciclos vacacionales del año, Semana Santa y Navidad, pero gracias al mantenimiento del plan de choque volveremos otra vez a recuperar unos números asumibles por la ciudadanía.
– Desde que llegó al puesto hace casi año y medio defendió la necesidad de echar mano de todas las herramientas, incluidas las horas extraordinarias y la externalización de servicios en forma de convenios con la privada. ¿Qué peso ha tenido cada una de esas medidas en la mejora que se pregona desde Salud?
– Voy a ser muy escueto. Me remito a los datos antes señalados gracias al plan de choque que todavía sigue en marcha con las medidas apuntadas: optimización de la actividad ordinaria, actividad extraordinaria de tardes y conciertos externos. ¿Cuál es el peso? Pues yo le diría, sin riesgo a equivocarme, que el peso principal del abordaje de la lista de espera lo tiene la actividad en jornada ordinaria, en el horario normal de los profesionales; a continuación, la actividad extraordinaria, con la apertura de quirófanos por la tarde; y por último, aunque nos acusen de que estamos privatizando la sanidad, el menor peso de impacto en las listas de espera de nuestra comunidad lo tienen los conciertos externos, pero además a una diferencia con la ordinaria y extraordinaria muy importante.
Colaboración beneficiosa
– ¿Sería imposible mantener esa mejora que defiende sin apoyarse en la sanidad privada?
– Si queremos llegar a los objetivos precovid que usted me mencionaba tenemos que seguir utilizando todas esas herramientas, porque la experiencia contraria también la hemos visto. En la legislatura anterior teníamos los datos que usted me comentaba en 2019, se tomaron decisiones como dejar la actividad extraordinaria y los conciertos con la privada y lo que hubo fue una subida a 130 días de demora. Eso no es asumible en ningún servicio público de salud. Nosotros como gestores de un servicio público de salud nos debemos a nuestros ciudadanos a nuestros pacientes y yo no voy en ningún momento a desaprovechar los recursos que se pongan en mis manos, ordinarios, extraordinarios y conciertos externos, todo con el objetivo de dar la mejor calidad asistencial a mis pacientes y con unas demoras aceptables y asumibles.
– Los seguros médicos privados siguen al alza en España y en La Rioja. ¿Le duele como responsable de la sanidad pública?
– Le diría que sí. Pero también creo que el origen de ese incremento es multifactorial, me parece demasiado simplista decir que los seguros médicos privados están aumentando porque la sanidad pública es de mala calidad. No es cierto. Los seguros médicos privados están aumentando por dinámicas culturales de los ciudadanos, no porque la sanidad pública esté mal, aunque efectivamente puede tener sus defectos reconocidos. Dicho esto, considero que la sanidad pública y la sanidad privada son dos sistemas asistenciales que es positivo que coexistan y que, además, deben colaborar potenciándose mutuamente con el objetivo de satisfacer las necesidades de los pacientes. Nosotros ahora mismo estamos colaborando con la sanidad privada y nos está viniendo muy bien para conseguir optimizar esos resultados de listas de espera y de demoras en los procesos quirúrgicos.
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