Todos contra el fuego... bacteriano
La enfermedad que se ceba en perales y manzanos cuenta ya con un protocolo de actuación en La Rioja
En el verano de 1988, España tarareaba un estribillo 'Todos contra el fuego, todos contra el fuego...' que acabó convirtiéndose en un clásico estival. La ... campaña del entonces Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación fue una de las principales armas contra una lacra que asolaba año tras año los montes españoles. Esa llamada de unión es la misma que ahora se lanza en La Rioja, aunque el enemigo no sean las llamas, sino una enfermedad vegetal que provoca idénticos estragos que los incendios, aunque solo a los frutales de pepita. Es el fuego bacteriano, una enfermedad que se detectó a principios del siglo XXI en focos muy concretos del Valle del Iregua y que ya en 2012 se consideró que se encontraba establecida en la comunidad.
Desde entonces los esfuerzos por erradicarla han sido muchos, pero la bacteria Erwinia amylovora continúa dando pasos adelante frente a un sector cada vez más preocupado. Porque, además, se da la circunstancia de que el peral se había convertido en el 'refugio' de muchos agricultores, que en los últimos lustros y amparados por la DOP Peras de Rincón, han logrado capear las tormentas del siempre precario sector agrícola gracias a la estabilidad de los precios de esta fruta.
La pasada semana esas preocupaciones se plasmaron en Rincón de Soto, donde la Consejería de Agricultura, ARAG-Asaja, UAGR, UPA y la DOP Peras de Rincón se reunieron junto al Ministerio para aunar esfuerzos y diseñar un protocolo de actuación.
Las sanciones por no combatir esta bacteria son consideradas graves o muy graves y pueden acarrear multas millonarias
Esas líneas maestras pasan por la intervención inmediata ante cualquier alerta. Por ejemplo, el arranque completo del árbol en cuanto se perciba la presencia de la enfermedad en el tronco, podas drásticas e inmediata desinfección de la herramienta de corte (no con alcohol sino con lejía o amonios cuaternarios), eliminación de inflorescencias afectadas... Además, los árboles afectados o los restos de poda con infección deben ser quemados inmediatamente en la misma parcela para evitar la propagación. También pueden arrancarse fincas de frutales en desuso que muestren síntomas.
Cabe recordar que estas medidas son obligatorias y que cuando la Administración tenga conocimiento de una mala praxis, acudirá a la parcela indicada y, si confirma esa dejadez, obligará en un plazo de diez días a actuar (si no cumple el requerimiento lo hará la Consejería subsidiariamente).
Por otra parte, esa inacción puede acarrear costes muy altos, ya que el incumplimiento de las medidas fitosanitarias para combatir una plaga se consideran graves (con multas de 3.001 a 120.000 euros) o muy graves en el caso de que la enfermedad tenga un carácter extraordinariamente nocivo, cuyas sanciones se elevan hasta los tres millones. «El éxito en el control de la enfermedad depende de la reducción de inóculo y para ello es necesario la colaboración de todos los agricultores, ya que la mala actuación de uno solo repercute en los demás», recalca la Consejería en el protocolo.
Tratamientos excepcionales
Además, en la jornada celebrada en Rincón de Soto, ARAG-Asaja también propuso al Ministerio de Agricultura una autorización excepcional para aplicar tratamientos eficaces contra la Erwinya amylovora, además proponer unas líneas de ayuda para compensar a los fruticultores por los gastos de los tratamientos o por los eventuales arranques de árboles.
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