El 30% de las explotaciones agrarias de La Rioja están gestionadas por mujeres

Por poner un ejemplo, en el caso de fincas menores de una hectárea, actualmente hay 2.109 en La Rioja, según los últimos datos del Censo Agrario del INE (del 2020). De ellas, 1.520 están dirigidas por hombres y 589 por mujeres, lo que significa el 72 y 28% respectivamente. Si tomamos las explotaciones de entre 30 y 50 hectáreas, las cifras son de un total de 534. Y los porcentajes se disparan, en este caso, al 88% las gestionadas por hombres y 12% por mujeres.

Para tratar de salvar estas distancias, el Gobierno de La Rioja cuenta con varias medidas, entre ellas alguna específicamente dirigida a la incorporación de la mujer al campo. «Es el caso de una ayuda destinada a promover la afiliación a la Seguridad Social de los cónyuges de las personas titulares de las explotaciones agrarias de La Rioja. Los beneficiarios de esta ayuda son 100% mujeres», asegura el director general de Desarrollo Rural, David Martín.

Con la intención de revertir la situación surgió en 2011 una ley con la figura de la 'titularidad compartida', que trata de dar mayor visibilidad a las mujeres. «Aunque, efectivamente, el número de explotaciones de titularidad compartida va creciendo, la mujer se enfrenta de manera más acentuada a las dificultades del mundo rural y del sector agroganadero: falta de reconocimiento de su labor, dificultades en la conciliación de la vida laboral y familiar, inestabilidad y rentabilidades escasas, dificultad de acceso a los servicios básicos... Aun así, las explotaciones de titularidad compartida, en general, destacan como proyectos estables y fijadores de población», hace hincapié Martín.

Como opciones para favorecer el paso al frente de las mujeres en la agricultura, desde la consejería defienden que «además de tratar de solucionar los recurrentes problemas del mundo rural en cuanto al acceso a servicios básicos, vivienda, transporte y educación, es fundamental colaborar, en la medida de lo posible, por mejorar la rentabilidad de las explotaciones en las que las mujeres pueden desarrollar su actividad».

Desde otro vértice, asociaciones como Afammer-La Rioja ponen su grano de arena para facilitar una mayor igualdad en el campo. «Para nada estamos todavía aquí en cifras como las de País Vasco o Galicia, pero vamos mejorando. Este aún es un mundo muy masculinizado, aunque lo ideal sería llegar a una paridad. Nuestra labor es la de informar. Por ejemplo, hacemos ciclos de conferencias para que las mujeres conozcan todas sus opciones y que sepan que el trabajo en el campo no se debe convertir en una prolongación de las tareas domésticas, porque hasta hace poco se ha visto como normal», afirma Rosa Fernández, presidenta de la entidad en La Rioja. Recuerda cómo hasta hace poco muchas de ellas no estaban reconocidas con altas en la Seguridad Social, por eso Afammer-La Rioja defiende el poder de la información y la digitalización como herramienta fundamental para dar el paso a la incorporación cada vez mayor a las explotaciones agrarias.

A la vez, señalan la conciliación familiar como uno de los principales problemas. «Cuidar de niños y mayores es complicado porque el mundo rural no dispone de facilidades para compaginar estas dos tareas y tenemos que darnos cuenta de que la mujer es la esencia del mundo rural. Como dice la presidenta de Afammer nacional: Sin mujer no hay pueblo», asegura Rosa Fernández.

Por su parte, Mila Díez, de Fademur Rioja, confirma que desde la entidad, desde hace casi 9 años, se ha defendido la eficacia de la titularidad compartida, que poco a poco va dando frutos en la región. «Según datos de mayo, en La Rioja ya hay 49 explotaciones agrarias con titularidad compartida. Y aunque parezca una cifra pequeña, en proporción con el número de habitantes y explotaciones, nos parece una buena cifra», asegura. «En municipios como Navarrete, Daroca, Aldeanueva, Alfaro, San Asensio, Canillas, Ausejo, Autol... una serie de municipios que hablan de esa radiografía de la comunidad, se ha decidido crear esas explotaciones compartidas, lo que habla de derechos, de igualdad en el trabajo. Esta ley conlleva que los dos trabajen en la explotación, que nadie les cuestione lo que tenga que hacer cada uno y que la Seguridad Social cubra a ambos para que puedan cotizar en el momento de la jubilación», declara Díez.

Por último, desde Fademur se insta a que cada vez se tengan más ayudas, que no sólo llegue la ayuda directa del Estado cuando creas la titularidad compartida, sino también de la Comunidad Autónoma, y que la edad a la que pueda solicitarse sea cada vez más amplia. Todo ello, de la mano del aumento de formación que sirva para avanzar, como los cursos para mujeres de uso de drones como herramienta agrícola y ganadero ofrecidos por la entidad.