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Más de 11.000 kilómetros separan Singapur, donde tiene la sede el grupo Kusto, de España. Desde este país asiático se han fijado en La ... Rioja para acometer una inversión millonaria con la compra de Barpimo Coatings, la empresa de barnices y pinturas de Nájera que esta semana ha cambiado de manos. La propiedad sale de la comunidad autónoma a una multinacional con negocios diversos y presencia en una decena de países.
Este cambio de dueños y el trasvase de acciones a empresarios internacionales es habitual en nuestra región y, de hecho, cinco de las diez compañías con mayor facturación –según datos recogidos en publicaciones como El Economista o Actualidad Económica– están bajo control de capital estadounidense, en cuatro casos, y mexicano en el de Envases Universales Ibérica, ubicada en Agoncillo.
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En un mundo cada vez más global, la región con menos población de España y que también es la segunda de menor tamaño sigue despertando el interés en otros países e incluso continentes. Y en manos norteamericanas están ContourGlobal, que explota la central de turbina de gas de ciclo combinado de Arrúbal; el grupo Garnica Plywood con oficinas en Logroño y plantas productivas en Baños de Río Tobía en Fuenmayor; Constantia Tobepal, cuyo germen fue, hace más de un siglo, la empresa Tobepal que fundaron Eladio Bezares y Moisés Torrealba en Logroño; así como la factoría de Heinz en Alfaro, la antigua Orlando.
Precisamente, The Kraft Heinz Company, el actual nombre de la fábrica ubicada en el polígono de La Llanada y dedicada a producir mahonesa, tomate o crema para ensaladas, atraviesa ahora por un momento especialmente dulce tras la mayor inversión realizada por la multinacional fuera de Estados Unidos en las dos últimas décadas, 70 millones de euros. La capacidad de producción crecerá en un 50%.
También las expectativas son altas en Barpimo Coatings, porque con la llegada del capital asiático del grupo Kusto «vamos a poder llegar con nuestros productos a países hasta ahora impensables», reconocía esta semana en una entrevista a Diario LA RIOJA el director general de la factoría najerina de barnices y pinturas, Luis Dueñas. «Y si ya se habla de crecer en producción y comercialización , hará falta aumentar la plantilla», añadía.
En el grupo Garnica reconocen, igualmente, que desde que el fondo de inversión Carlyle –el mismo dueño que Bodegas Bilbaínas– participa mayoritariamente en la empresa «hemos experimentado una transformación significativa en varios aspectos. Nos ha aportado la experiencia de trabajar con compañías industriales líderes de diferentes sectores a nivel mundial». Esto ha repercutido «en una mayor profesionalización de nuestros equipos y procesos, así como en la implementación de una estrategia de fusiones y adquisiciones con proyección global».
El músculo económico de Carlyle también se aprecia en las «inversiones importantes en nuestra mejora de procesos y la ampliación de la producción», destacan portavoces oficiales de Garnica, «así como en tecnología avanzada que añade valor a nuestros productos». El fondo de inversión «nos ayudará a impulsar el crecimiento de la compañía en mercados premium» pero «seguimos manteniendo el espíritu de empresa familiar».
Grupo Garnica Plywood
En manos de un fondo norteamericano, KKR en este caso, también se encuentra ContourGlobal, mientras que Palacios Alimentación cambió a final de año de propietarios, también de un fondo a otro, aunque ambos han sido españoles –entre 2015 y 2019 estuvo bajo control del norteamericano Carlyle, conocido en La Rioja–. JB Capital, firma inversora fundada por Javier Botín –el hermano de la presidenta del Banco Santander–, compró a MCH Private Equity y Ardian la compañía de alimentación con sede en Albelda.
La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) sigue teniendo en Miguel Arrufat a su máximo accionista, a través de la sociedad Proeduca, pero ahora ya con el 51% de participación cuando hasta principios de este año controlaba el 75%. Pero dos fondos, el belga Sofina y el español Portobello –este segundo ha estado en negociaciones con Barpimo Coatings para su adquisición–, compraron hace meses el 16% y el 8% respectivamente.
Alejandro Miguel, séptima empresa por orden de facturación en la comunidad, forma parte desde hace tres años del grupo de alimentación navarro-riojano GAM Family mientras que las empresas de conservas Cidacos –líder con 377 millones de euros– y Compre y Compare-Celorrio se mantienen bajo el control de las sagas familiares fundadoras.
En el sector de las bodegas de la Denominación de Origen Rioja también se ha convertido en habitual, en los últimos tiempos, la entrada de capital extranjero. Hace menos de un año el consorcio Australian Wine Holdco Limited compraba Pernod Ricard Winemakers Spain, dueño de Campo Viejo.
Y en la pasada década el grupo chino Changyu adquiría una participación mayoritaria de la compañía familiar arnedana Faustino Rivero Ulecia –con Marqués de Atrio entre sus marcas–, Bodegas LAN de Fuenmayor pasaba a manos de la compañía vitivinícola portuguesa Sogrape o la centenaria firma jarrera Gómez Cruzado era comprada por la familia mexicana Baños Carrera, con orígenes en Badarán.
Y fuera del mundo del vino también hay empresas con amplia trayectoria en La Rioja que están en manos de capital internacional. Es el caso del fabricante de prensas metálicas Arisa (Navarrete), cuyo dueño es el grupo japonés Nidec Minster Corporation, o la galletera Arluy (Arrúbal), propiedad de la compañía francesa Biscuit International.
millones de euros facturan las diez mayores empresas de La Rioja, según datos recogidos por El Economista y Actualidad Económica. La cifra es superior a los 2.084 millones del Presupuesto General de la Comunidad Autónoma de La Rioja, el más alto de su historia.
La «flexibilidad» tiene que ser una característica inherente a cualquier empresa, sobre todo en un mundo «cada vez más global y competitivo», considera el decano del Colegio de Economistas de La Rioja, Ernesto Gómez Tarragona. Y en este escenario, «la capacidad de adaptarse a las circunstancias» puede ser una garantía a futuro. La llegada de capital extranjero forma parte del nuevo escenario empresarial, apunta Gómez Tarragona, «y en La Rioja no somos ajenos a pesar de que nuestro tejido mayoritariamente está compuesto por pymes».
Pero aunque sean pequeñas o medianas empresas, lejos de las grandes multinacionales, «están adquiriendo un grado de profesionalización muy importante». Y este hecho no pasa desapercibido para los fondos de inversión o para grandes grupos como el caso de Kusto –mil millones de dólares de facturación y 8.000 trabajadores– que esta semana ha cerrado la compra de Barpimo Coatings.
«Hay que mirar con luces largas», recomienda Gómez Tarragona, «cuando hablamos de economía y empresa». El relevo generacional es una de las grandes preocupaciones y «una persona, por el mero hecho de ser hijo, nieto o familiar de los propietarios de una empresa, no tiene que ser el sucesor» si no está preparador. A veces hay que buscar fuera, incorporar profesionales externos «para asegurar el futuro de la compañía y de los trabajadores».
La llegada de capital extranjero a La Rioja, a través de fondos de inversión o de grupos empresariales, tiene el consabido riesgo de poder perder el centro de decisión. «Pero si las compañías son capaces de retener aquí la sede social», señala el decano de los economistas, la entrada de músculo financiero «siempre será positivo para la producción y para los trabajadores».
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