La multinacional Kusto compra Barpimo y garantiza el empleo y nuevas inversiones

Juan Carlos Berdonces

Logroño

Martes, 6 de mayo 2025 | Actualizado 07/05/2025 16:51h.

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Barpimo Coatings cambia de manos. La familia Ros Vázquez, que fundó la empresa najerina en 1959, ha vendido en estos últimos días sus participaciones en esta compañía líder en el mercado nacional en la fabricación y comercialización de recubrimientos (pinturas y barnices) a la multinacional Kusto, en este caso un referente a nivel mundial en la producción de materiales de construcción civil. La operación se cerró en torno a los 45 millones de euros y abre una nueva etapa en la firma que puso en marcha Juan Ros Montesinos y que desde 1990 ha liderado la segunda generación.

Precisamente, quien ha sido propietario hasta la venta, Juan Manuel Ros, asegura que la decisión «ha sido tomada con la convicción de que es la mejor forma de asegurar el futuro, crecimiento y sostenibilidad del proyecto que iniciamos en 1959». Ahora, 66 años después, pasa a manos de un grupo internacional fundado en 2008 en Kazajistán y con sede actual en Singapur. Y a través de una de sus filiales, la israelí Tambour que está especializada en pinturas, se ha efectuado la operación.

El comité de empresa de Barpimo y los trabajadores de la plantilla –suman, en total, alrededor de 250– conocieron ayer el cambio de propiedad, una noticia que «despierta ilusión porque todo lo que nos han contado suena bien», reconocía el presidente del comité, Óscar Martínez, del sindicato UGT. La empresa ya tiene «una carga de trabajo importante», añadía, pero ahora crecerá porque «tienen nuevos proyectos para Nájera. Nos han dicho que no habrá recortes de persona, al contrario, porque se va a necesitar gente».

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El presidente del grupo Kusto, Yerkin Tatishev, ha señalado en un comunicado que Barpimo Coatings «comparte nuestros valores de excelencia, proximidad al cliente y responsabilidad. Estamos impacientes por ver los excepcionales resultados que podemos lograr juntos». La compra de la firma riojana representa para la multinacional «un enriquecimiento de nuestra cartera y consolida nuestro compromiso con la innovación y el crecimiento en el sector del revestimientos». Los productos 'made in Nájera' «nos han impresionado», reconoce Tatishev, así como «sus avanzadas capacidades de fabricación y la dedicación de su equipo de profesionales». La facturación asciende a 50 millones de euros y podrá crecer al contar con mayor capacidad productiva, de desarrollo tecnológico y músculo financiero.

Crecer dentro y fuera

El gerente de Barpimo, Luis Dueñas, explica que Kusto tiene un doble reto, «crecer desde el punto de vista industrial en España» a través de la compañía najerino; y al mismo tiempo ampliar sus redes empresariales «para tener una mayor presencia en nuestro país». El objetivo estratégico confesado por la multinacional es «identificar el alto potencial de crecimiento de las economías más dinámicas del mundo y construir negocios sostenibles a través de diversas industrias y geografías». Refuerza así su presencia en Europa, que por el momento se limita a Italia y Ucrania.

Las negociaciones entre la familia Ros Vázquez y los máximos dirigentes de Kusto comenzaron hace meses y, de hecho, los nuevos propietarios estaban al corriente de la ampliación que está acometiendo Barpimo con un nuevo almacén que podría estar listo este año. En las instalaciones cuenta también con cuatro laboratorios de I+D+i equipados con la última tecnología.

La proyección internacional de Barpimo también crecerá de la mano de Kusto, aunque ya está presente en más de veinte países y su facturación en el exterior representa más del 30% del total. De hecho, tiene clientes en los cinco continentes y desde 1997 cuenta con una filial estratégica en Polonia (Barpimo Polska) que lidera la comercialización en Europa Central y del Este.