«Las familias nos agradecen mucho que estemos pendientes de sus mayores»

– Nosotros tenemos una población muy mayor que en invierno suele irse con los hijos. Si a eso le sumas la bajada del precio de los medicamentos, que es lo que mayormente vendemos en nuestra farmacia, la viabilidad se resiente mucho.

– ¿Qué servicio es el que suele ofrecer una VEC?

– Las farmacias somos un servicio esencial, pero en las zonas rurales somos más esenciales todavía, porque tenemos un horario de mañana y tarde que nos permite ofrecer un servicio fijo cuando en los municipios ya están cerrados todos los demás establecimientos. Somos un sitio de referencia.

– ¿Qué parte de labor social hacen estas farmacias?

– Una parte enorme. Hay muchas familias en las que los hijos viven fuera y tienen aquí a sus mayores. Pues con nosotros tienen una tranquilidad tremenda de saber que están bien atendidos, que tienen la medicación que necesitan y cuando la necesitan, que es alguien que les conoce, que les vamos preguntando, que les hacemos de puente con los médicos, enfermeros y servicios sociales... Es decir, nos agradecen mucho que estemos pendientes de sus mayores, porque tenemos tiempo para tener mucho trato directo con los pacientes.

– ¿Qué futuro tienen las farmacias de los pueblos?

– Dependerá de las ayudas que nos den. Se tocan poco para las necesidades que tenemos las farmacias pequeñas, teníamos que tener otro tipo de ayudas y formar parte de los planes de desarrollo del medio rural, ayudas para los gastos de mantenimiento o distribución. Yo, por ejemplo, tengo cuatro servicios de entrega de medicamentos diarios que tengo que asumir y es una gran inversión.