Una de cada diez consultas de Atención Primaria es atendida por teléfono en La Rioja

Este servicio, el de la atención telefónica para atender al paciente, eclosionó durante la pandemia, por un lado, por las restricciones más duras vividas en los primeros meses de covid y, por otro, para descongestionar un sistema sanitario que sufría una presión asistencial inédita hasta el momento. A finales de septiembre de 2021 y tras unos meses de rodaje, el modelo pasó a ser híbrido, es decir, a combinar la asistencia telemática y presencial. El paciente podía elegir entre las dos opciones cuando escogía su cita, aunque era el profesional el que valoraba si era necesario que el ciudadano acudiera al centro. Aquel modelo llegó para quedarse y desde entonces hasta el pasado mes de noviembre, en Atención Primaria en La Rioja, se han atendido por teléfono más de un millón y medio de consultas, más de 41.500 al mes, según los datos facilitados por la Consejería de Salud.

En el primer año de vigencia de este modelo mixto, es decir, de octubre a diciembre de 2021, los profesionales de Atención Primaria –incluidos médicos, enfermería y pediatras– atendieron 205.677 consultas telefónicas de las 3,6 millones de citas registradas en todo el año. Entonces supusieron el 5,7% del total, un porcentaje que los años siguientes se elevó hasta el 15,4% en 2022, el 13% un año después, y el 10,2% de enero a noviembre de este 2024.

Este sistema tiene tantos defensores como detractores. Una parte del personal sanitario le atribuye ventajas porque considera que es un eficaz triaje previo a la consulta presencial y descarga de visitas para trámites burocráticos. Otro grupo de profesionales teme que pueda mermar la confianza entre el médico y el paciente.

En cualquier caso, una de las finalidades de este nuevo modelo era desahogar la creciente demanda asistencial que unida a la casi endémica falta de profesiones forman un nocivo cóctel que agita los cimientos del sistema sanitario.La situación no es exclusiva de este territorio, de hecho, el mandatario riojano, Gonzalo Capellán, en la Conferencia de Presidentes del pasado viernes en Santander, se refirió a este déficit de profesionales y reclamó en ese mismo foro que las plazas MIR se amplíen con 2.000 más al año en el conjunto del país «para que las comunidades podamos prestar un servicio óptimo a los ciudadanos y contribuyamos a mantener el estado de bienestar», dijo.

Si la presión sanitaria se mide por el número de consultas atendidas exclusivamente por el personal médico del primer nivel asistencial, de acuerdo con los datos del Ministerio de Sanidad que se pueden observar en el gráfico que acompaña a esta información, 2023 cerró con un descenso. Se contabilizaron 46.325 citas menos que un año antes, 1.588.258 en total, una cifra muy similar a las atendidas en 2019, el año previo a la pandemia.

La acusada bajada tiene su efecto lógico en la caída de lo que se denomina frecuentación general, que no es más que el número de veces que cada ciudadano acude al médico en un año. El año pasado, cada usuario de la sanidad pública visitó al facultativo de Atención Primaria 5,65 veces, la cifra más baja desde 2010, cuando, según los mismos datos del departamento de Mónica García, cada riojano asistió 3,2 veces a su centro de salud.

Pero el descenso de la frecuentación en 2023 no estuvo acompañado de una bajada en el número de consultas atendidas por día y profesional médico, porque de media cada galeno atendió al día 29,6 consultas, una cifra muy similar a la de 2019.

El por qué de este descenso tiene que ver con varios factores, por un lado, con las dificultades para conseguir una cita con el médico de cabecera en un tiempo razonable, y por otro, con que cada vez los ciudadanos demandan una atención más inmediata para dolencias que no la requieren. Esto explicaría otro de los datos que ofrece el Ministerio de Sanidad, el incremento que, al contrario de lo que ha ocurrido en Atención Primaria, se ha producido en Urgencias y que reflejaría el trasvase de pacientes de un servicio a otro.

Así las cosas, a 31 de diciembre pasado, 240.911 personas habían acudido a Urgencias, 16.445 más que un año antes (7,3%), e incluso más que en 2019. Ese año 240.488 hicieron uso de este servicio. A partir de entonces, el covid provocó un descenso de las asistencias que cayeron a 154.440 en 2020. Un año después, empezarían a repuntar.

Por edades, la población de entre 35 y 64 años es la que más acude a Urgencias, en concreto, casi cuatro de cada diez riojanos que reclaman este tipo de atención están incluidos en esta franja de edad, aunque no son estos los que más asistencia domiciliaria solicitan.

Los riojanos mayores de 65 años son los segundos en necesitar asistencia de Urgencias, aunque en este caso, uno de cada cuatro precisa atención domiciliaria.