«Los delincuentes han visto un filón para llegar a sus víctimas de forma fácil»

Las estafas más comunes son las compras entre particulares en plataformas de segunda mano, tipo Vinted, Wallapop o Vibbo, que sirven para poner anuncios maliciosos de, por ejemplo, alquiler de apartamentos o venta de artículos de segunda mano, y una vez que obtienen el dinero ya no se sabe nada de ellos. En épocas en las que hay necesidad de comprar regalos, como en Navidad o en black friday aprovechan para poner el típico dos por uno o el 70% de descuento «para que esos reclamos no se vean como sospechosos», explica.

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«Todos aquellos que usen las tecnologías están expuestos a algún tipo de riesgo»

También son habituales las supuestas inversiones en criptomonedas y como se anuncian en plataformas legítimas, como Instagram, «no piensas que esos anuncios puedan ser fraudulentos». Las víctimas, en estos supuestos, suelen ser personas mayores porque son las que tienen unos ahorros y no se manejan fácilmente en el mundo digital. «Les contactan, les ofrecen una oportunidad de rentabilidad y emplean un argumentario muy agresivo». Estas suelen ser estafas de elevada cuantía y las víctimas, además, acaban inmersas en el juego de las propias redes organizadas porque terminan recibiendo ingresos de otras víctimas, con lo cual «son personas que están doblemente victimizadas».

¿Qué falla? «El desconocimiento del usuario porque es muy fácil pensar que no hay operaciones de rentabilidad alta ni grandes oportunidades de empleo, pero hay gente que estas cosas las cree». Los delincuentes hablan de criptomonedas, de plataformas de inversión y «piensas que como es algo relativamente nuevo es una oportunidad, juegan con ese desconocimiento».

En el caso de las personas mayores, precisa Silvia Barrera, sería aconsejable que dejen que alguien de su confianza compruebe sus cuentas, que no haya ningún tipo de práctica de riesgo para ellos. Ya los jóvenes, que todo acceso que venga por WhatsApp, «bloqueo y eliminar» y no dejarse tentar por «ver quién es porque al final son estafadores que contactan de forma aleatoria. Juegan con la curiosidad, a ver si pican, y en el 99,9% de las veces va a ser un estafador».