Conservas Cabezón entra en liquidación por una deuda de 5,3 millones de euros
La centenaria firma rinconera llevaba desde el pasado marzo en un concurso de acreedores del que no ha logrado salir
Desde 1918, Conservas Cabezón se había convertido en una de las firmas históricas y más reconocidas de la industria agroalimentaria riojana por la calidad de ... sus productos. Con sede en Rincón de Soto, había logrado sobreponerse al mazazo de la pandemia y recuperar números negros en los balances de 2021 y 2022, pero 2023 supuso un mazazo con unas pérdidas de más de 3,3 millones de euros debidas al «deterioro de mercaderías» y al aumento de gasto en materias primas que han resultado letales.
Esa compleja situación en la que se mezclan los efectos de la crisis del covid, la necesidad de crédito, la guerra de Ucrania, el aumento de costes o la ruptura con un cliente italiano que comercializaba más del 40% de su producción se sustanció el pasado mes de marzo con la declaración de concurso de acreedores para tratar de subsanar sus deudas. Once meses después, la firma no ha podido superar el profundo bache y se ha visto inmersa en un proceso de liquidación.
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Un sector «muy atractivo», pero con problemas
Un proveedor fue el primero en denunciar los impagos. Ganó en los juzgados e instó al concurso, que se materializó hace ya casi un año. Ese concurso de continuidad buscaba que la empresa prosiguiese con su trabajo y que pudiese hacer frente a los pagos en un plazo de diez años sin quitas. Para lograrlo, necesitaba convencer a los acreedores, que debían apoyar el plan con una amplia mayoría, lo que no se logró. Esta situación ha desencadenado el proceso de liquidación por una deuda que en julio superaba los 5,3 millones de euros y que afecta a decenas de proveedores. El principal acreedor es el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, a causa de unos créditos ICO que la compañía no ha podido devolver y que superaban los 1,5 millones (aunque en estos meses la deuda ha crecido). Eso sí, sus haberes ascendían en julio a 3,8 millones.
La plantilla, que en uno de sus mejores momentos en 2022 llegó a contar con 49 empleados, se ha visto mermada hasta quedarse en apenas cinco y sin producción. Estos cinco trabajadores recientemente recibían su nómina de enero. Pero ahora es el momento de abonar las deudas a todos los demás y ahí entra en juego el proceso de liquidación.
Actualmente se está realizando un inventario de bienes con el objeto de enajenarlos y pagar lo que alcance. «Se va a seguir un proceso de liquidación conforme a las reglas concursales», explica Manuel María de Miguel, administrador concursal de la firma. Pero en casos tan especiales como los de una conservera, existen productos perecederos que deben sacarse al mercado de manera rápida, puesto que si no se comercializan no solo pierden su valor, sino que su eliminación tendría un coste que repercutiría en las cuentas empresariales.
En 2023 la empresa perdió más de 3,3 millones a los que se suma la devolución de unos créditos ICO
Más allá de las existencias, la joya de la corona es la fábrica de Rincón de Soto. En ella destaca una línea de conservas de pescado que permite trabajar con material refrigerado. Esta se había convertido en la principal actividad de la compañía, por encima de las tradicionales conservas de vegetales o sus preparados de perdiz, codorniz o carrilleras .
La planta saldrá a subasta pública y hay muchas compañías interesadas en su compra, especialmente en un momento de concentración en el sector y de entradas de fondos de inversión en la industria conservera.
Pero eso es el futuro. A día de hoy, la situación causa desasosiego en Rincón de Soto. «Es una empresa familiar de toda la vida. No conozco todos los detalles, más allá de que llevan un tiempo tratando de arreglar la situación, pero es una pena. Esperemos que la empresa no se pierda por el bien del pueblo», explica Javier Martínez, alcalde de Rincón de Soto.
La alargada sombra de Plaza Chica
El informe de la administración concursal de Conservas Cabezón analiza las causas del declive de la firma rinconera. Los motivos son variados: crisis económica del covid, créditos ICO, un negocio en principio brillante pero finalmente roto con una distribuidora italiana... Y, curiosamente, una quinta causa «sin mayor desarrollo» que habla de las «prácticas comercialmente irregulares de su competencia (Conservas Plaza Chica)». Ese apunte recuerda el caso de la conservera cuyas dos plantas en Alfaro y Cervera fueron 'tomadas' por la Guardia Civil en diciembre de 2023 a causa de una denuncia por fraude alimentario. La investigación acabó con cuatro detenidos, 120.000 botes de atún incautados y, posteriormente, sendos ERTE y un proceso judicial aún no concluido.
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