El cereal acumula un año y medio de descensos de precios y de rendimiento

Explica que en 2021 se produjo una reducción de la oferta escala mundial y en 2022 la amenaza de la pérdida de suministro de Ucrania. Estas dos situaciones provocaron el incremento de los precios de los cereales.

Según indica la publicación, a las pocas semanas del inicio de la cosecha de 2022 (entre los meses de abril y junio) las cotizaciones de lonja alcanzaron un nivel máximo histórico. «Desde entonces hasta hoy, casi un año y medio después, los precios no han hecho otra cosa que descender», señala el observatorio de precios agrarios de La Rioja.

Por cultivos, cita que al finalizar 2023 la caída del trigo respecto al valor medio de 2020 acumula del 20%. El descenso de la cebada se acerca al 25%.

Supone una importante pérdida de ingresos para los productores riojanos que sufren otros problemas como la merma de rendimientos en un 40% a consecuencia de la sequía.

El sector, como ocurre en otros cultivos, ve cómo los gastos aumentaron en la campaña tanto en los costes de los abonos como en las semillas y carburantes.

En el caso de los fertilizantes, el boletín recoge las subidas de los últimos años. En ese sentido cita que la mayor se registró en los fostatados que se incrementaron en un 57% en 2021 y el 73% en 2022. Después fueron los nitrogenados con un 85% de sobrecoste en 2021 y un 27% en 2022. Los potásicos aumentaron su precio el 21% en 2021 y el 56% en 2022. Las semillas cuestan a los productores un 30% más y el gasóleo agrícola un 43%.

Los almendreros tampoco han tenido un buen 2023. Desde agricultura ponen sobre la mesa que «al resultado negativo de una cosecha disminuida en cantidad y calidad por los efectos de la sequía, se han sumado unos precios con un rumbo descendente desde enero a diciembre».

Pone como ejemplo negativo que el valor de las almendras comunes, después de una reducción del 12 %, ha bajado de forma considerable, hasta el nivel mínimo de los últimos 5 años.

La llegada de las importaciones de almendra californiana a unos precios anormalmente bajos (debido al descenso de la demanda mundial y a la búsqueda de compradores para la abundante cosecha norteamericana) ha sido la causa de este resultado calificado como decepcionante. Para colmo de males, los precios en Europa se redujeron todavía más por la fortaleza del euro frente al dólar.

En el boletín agrícola se especifica que el productor percibe 0,50 euros el kilo por la común con cáscara, 0,87 por la largueta, 1.05 cobra por la marcona, 0.95 por la almendra de floración tardía y 1,10 por la ecológica.