Paloma Castro Lobera | Delegada de la Aemet en La Rioja
«Las anomalías cálidas aumentan, hay una tendencia que ya no la cambias»«El cambio climático ha movilizado la fecha de comienzo de los veranos y a veces también provoca desajustes en primavera», destaca la responsable de la Agencia Estatal de Meteorología en la comunidad
Vive pegada a los datos vivos, a la meteorología en tiempo real, esa que afecta a la gente en su día a día. Paloma Castro ... Lobera (Madrid, 1961), meteoróloga, licenciada en Físicas y con dos cursos de doctorado en Ciencia e Ingeniería Nuclear, llegó, procedente de la de Castilla-La Mancha, a la Delegación de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en La Rioja en 2023, un destino que compatibiliza desde el pasado año con la de Navarra. Con la cautela científica como coraza, huye de alarmismos sin ocultar su inquietud. «Estamos con una tendencia clara al incremento de temperatura, sobre todo en primavera y en verano; las anomalías cálidas están aumentando», advierte la experta.
– Junio ha sido intenso en lo térmico. ¿Es el futuro preocupante hacia el que vamos?
– La elevación de temperatura a lo largo del mes ha sido con máximas que partieron de 25 grados el día 1, después bajamos a los 20 y luego hubo un ascenso no lineal pero sí pronunciado sobre todo a final de mes. Episodios cálidos sí tuvimos, pero no llegaron a ser olas de calor. Hemos estado a punto, pero, insisto, para declarar una ola de calor tiene que analizar Aemet 131 estaciones completas, porque mirar solo La Rioja o Logroño no nos da luces suficientes. La ola de calor se declaró en la comunidad desde el 28 de junio hasta el 1 de julio. Que haya una ola de calor en verano no es para aterrarse, lo único que ésta ha sido inoportuna, porque ha llegado un poquito antes de lo previsto. Simplemente se adelanta el verano, pero también ha habido otros veranos en los que se han adelantado los episodios cálidos. Así que de momento no nos vamos a aterrar, pero sí que el cambio climático ha movilizado la fecha de comienzo de los veranos y a veces también provoca desajustes en la primavera. Que en un verano haya seis episodios de calor es muy normal, pero que haya cinco olas de calor, como en 2019, es más llamativo.
– Hay negacionistas del cambio climático, ¿qué les diría?
– Me parece que lo que tiene que hacer la gente es mirar la vida con un poquito de perspectiva científica. Cuando se habla de cambio climático se están estudiando las anomalías térmicas, en el caso de España se analiza, por ejemplo, en verano, qué años las temperaturas medias han tenido anomalía fría y desde 2007 ya no tenemos. Desde 2015 llevamos ya diez veranos en los que las anomalías son cálidas. Por lo tanto, estamos con una tendencia clara al aumento de temperatura, sobre todo en primavera y en verano, porque puede ser más discutible en invierno y otoño. Pero en el verano, como lo entendemos tradicionalmente, junio, julio y agosto, evidentemente estamos teniendo anomalías cálidas y eso demuestra una tendencia en temperatura que ya no la cambias, las anomalías cálidas están aumentando.
El Mediterráneo, en «modo caldera»
– También da la sensación de que cada año tenemos menos otoño y primaveras más cortas.
– No, no es que tengamos menos otoño. Lo que estamos teniendo es, por ejemplo, situaciones de sistemas convectivos de mesoscala y de danas más habituales en el otoño y más tardías. Nos acordamos ahora del 29 de octubre del año pasado en Valencia. En septiembre suele haber danas, pero que lleguen hasta prácticamente casi noviembre es llamativo. Los otoños no se hacen más cortos, lo que se hacen es más peligrosos los impactos de los fenómenos meteorológicos adversos que van asociados. No podemos confundir el que haya cambio climático y aumento de anomalías cálidas en verano con que luego haya un otoño que culmine con un calentamiento en el Mediterráneo, que en junio ya está cerca de los 30 grados en algunos puntos y en otros a 29 o 28, cuando lo normal es que esto ocurra avanzados los meses de julio y agosto. El Mediterráneo es una máquina de combustible que la tenemos ya en modo caldera y eso hace que de alguna manera el peligro esté desde el comienzo del verano hasta octubre, no hasta principios de mes sino hasta finales.


«No se hacen más cortos, se hacen más peligrosos los impactos de los fenómenos meteorológicos adversos que van asociados»
Paloma Castro Lobera
Delegada de la Aemet en La Rioja
«Estudiamos que era imposible para el hombre cambiar el clima, pero ahora estamos constatando que no era verdad»
– ¿Son ahora los fenómenos más extremos, más inesperados?
– No se puede generalizar tanto. Igual que estamos siendo muy cuidadosos para hablar de anomalías cálidas positivas, todavía no hemos podido documentar un aumento de las precipitaciones por ejemplo en el modo de las borrascas y en el de los frentes. Eso no está constatado. Incluso digamos que hay quizá una tendencia a la disminución ligera de las borrascas atlánticas, mientras que últimamente están predominando los temporales de Levante. Lo que sí está documentado es que la frecuencia de las precipitaciones es un poco menor, si acaso, aunque habrá que estudiarlo todavía muchos años más, y con esa frecuencia menor lo que hay es una mayor torrencialidad. Hay dos conceptos importantes en las precipitaciones: uno, las acumulaciones, la suma de litros por metro cuadrado; y luego, las intensidades. Pero insisto, no podemos generalizar, hay que afinar mucho más los estudios. Lo único que sí se puede decir es que al aumentar los temporales de Levante hay zonas de España que están mucho más castigadas y donde, aunque la frecuencia sea un poco menor, sí que la torrencialidad es un poco mayor. Hablo de la zona de Levante, desde Cataluña a Murcia y Almería y toda Andalucía y, de rebote, a nosotros porque el Valle del Ebro tiene una entrada muy importante a Aragón y a La Rioja.
Cuidar el planeta
– ¿Cómo afecta el cambio climático a La Rioja?
– El cambio climático afecta a la Rioja de una manera notable, como al resto de España. ¿Por qué? Porque España está en las latitudes subtropicales y muy próxima a las latitudes tropicales. Tenemos al sur África y su influencia no solamente es para Andalucía y para Extremadura, sino que todo lo que pasa allí y en Castilla-La Mancha y en Madrid también se nota en La Rioja. En las primeras aproximaciones de los estudios de la Universidad de La Rioja se ve que las partes más afectadas por el cambio climático están siendo en La Rioja Media. Así que a lo mejor tenemos un efecto de 0,7 grados en La Rioja Baja, de 0,9 grados en la Media y a lo mejor de 0,7 en la Alta. Aunque son series que no están homologadas con las de la Aemet, en cualquier caso son tendencias suficientes para demostrar que, por ejemplo, los cultivos de la vid están siendo afectados y por lo tanto muchos de nuestros agricultores ya han empezado a plantar cultivos en laderas cada vez más altas.
– El planeta ha vivido muchos cambios climáticos a lo largo de sus millones de años de historia. Pero este...
– Probablemente aquí habría que hacer una clase muy interesante sobre lo que son los cambios climáticos físicos, por razones astronómicas, que no tienen que ver con este, que es por causas antropogénicas, porque el hombre está metiendo CO2 en la atmósfera. Esto es un muelle que se ha dado demasiado de sí. Antes estudiábamos y nos decían que el balance energético global de la Tierra siempre lo amortigua todo y que era imposible para el hombre cambiar el clima. Hace 40 años te lo decían y tú te lo creías, pero ahora estamos constatando que no es verdad y que no se puede indefinidamente llevar una vida como la actual sin cuidar el planeta.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.