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El curso 2025/26 comienza mañana. Aunque al año educativo actual aún le queda tela por cortar y resta más de medio año hasta que ... los alumnos estrenen sus nuevas clases en septiembre, los plazos arrancan con ese momento marcado en el calendario de tantas familias a punto de dar el paso de la escuela infantil al colegio, y es que desde mañana y hasta el 18 de marzo se abre el proceso de escolarización a primero del Segundo ciclo de Infantil, puerta de entrada en la enseñanza obligatoria. Serán los nacidos en 2022 la promoción menos numerosa desde mediados de los años noventa, y es que la caída de la natalidad se siente en las aulas, dejando libres cada vez más pupitres y reduciendo el alumnado en la gran mayoría de los centros educativos de la región.
La Consejería de Educación aportó hace unos días el dato revelador: son 2.144 los niños nacidos en 2022 para los que se abre el proceso de escolarización. Casi cuarenta menos que el curso anterior, mirando a corto plazo. Tomando más perspectiva, la tendencia a la baja es evidente. Se tratará de la promoción más reducida desde la de 1996, año en el que nacieron 2.100 niños en la región, época de valle antes de que la explosión demográfica de comienzos de siglo XXI llegase al máximo reciente en 2008 (3.518 nacimientos). Desde entonces, un cambio de tendencia hacia este prolongado descenso que tanto está influyendo en la educación Infantil y Primaria.
El número de niños que cruzan por primera vez la puerta del colegio mengua cada curso, siendo especialmente sensible la reducción del alumnado de segundo ciclo de Infantil. En el curso 2014/15, 9.392 pequeños riojanos entre 3 y 5 años llenaban sus clases, sin embargo, en el actual año escolar son 7.202 los estudiantes matriculados en esos mismos tres cursos de Infantil. Más de dos mil menos. Este desplome todavía no se aprecia de forma tan radical en Primaria, ya que el efecto de la natalidad llega con retardo; actualmente la cursan los nacidos entre 2013 y 2018. Pese a ello, también se constata con una reducción de algo más de un millar de estudiantes en este periodo.
Los descensos se están sintiendo de manera pareja tanto en la red pública riojana como en los centros concertados. La proporción es la misma que hace un par de décadas. Dos tercios de los escolares de segundo ciclo de Infantil y Primaria acuden a los colegios públicos, mientras que el tercio restante se encuentra matriculado en los centros concertados. En el caso de Logroño, la diferencia es mucho menor, ya que se incrementa a un 47% los que estudian en escuelas católicas.
La lógica de esta sostenida bajada es que resulta cada vez más complicado encontrar aulas en La Rioja al límite de su capacidad. Además, ese máximo de alumnos por clase empezó a rebajarse con motivo de la pandemia y ahora es de 20 estudiantes para 2º ciclo de Infantil y de 25 en Primaria, cinco menos que años atrás. Sin embargo, más allá de la modificación normativa por parte de Educación, se trata de un proceso natural para gran parte de los colegios de la región. Y es que la ratio media ha caído en una década de 21,3 a los 16,3 alumnos de este curso en Infantil y de 22,2 a 20,2 en Primaria. Esta proporción es algo superior en los centros de la red concertadas: entre uno y dos alumnos más por clase de media.
Pese a toda esta situación, el número de unidades (clases) no se ha reducido en la última década, sigue igual en Infantil y cuenta con 25 más en Primaria. Por ejemplo, en los públicos logroñeses el cierre del colegio San Francisco –que absorbió en buena medida el Caballero de La Rosa– es lo más relevante, mientras que aumentaron aulas los colegios de barrios que lo demandaban por su expansión poblacional como El Arco, La Guindalera o el Gonzalo de Berceo de Cascajos. En cuanto a los concertados, la ampliación de Marianistas es el hecho más relevante, mientras que el intento de supresión de aulas en Escolapias, Alcaste y Salesianos del anterior Ejecutivo quedó en nada, paralizado por la justicia.
Continuando con esa comparativa, es significativo que solamente once colegios riojanos han ganado alumnado en el 2º ciclo de Infantil con respecto a la situación de hace una década: Caballero de La Rosa y Escolapias-Sotillo en Logroño, La Vega (Haro), San Prudencio (Albelda), Villa Patro (Lardero), el CRA Oja-Tirón, Sáenz de Tejada (Quel), San Pelayo (Baños), Ángel Oliván (Calahorra) y el CRA Entreviñas. Tres siguen igual –CRA Alto Cidacos, Villa de Autol y San Agustín (Calahorra)–, mientras que 69 colegios han visto menguar su censo en Infantil. Los que más han perdido: González Gallarza de Lardero (109 alumnos menos), Corazonistas de Haro (-77), y de Logroño el Vuelo Madrid Manila (-76), Las Gaunas (-74), Escolapios (-69), Duquesa de la Victoria (-67), La Enseñanza (-64), Gonzalo de Berceo (-59), Marianistas (-56)... Algunos de estos centros han sido altamente solicitados en procesos recientes, por lo que la merma de estudiantes se justifica en mayor medida por la reducción de las ratios en aquellos que cuentan con tres líneas.
Los últimos procesos de escolarización dejan siempre un altísimo porcentaje de familias aceptadas en el centro que escogen como primera opción en la lista de preferencias; el pasado curso fue un 94,22%. Sin embargo, siempre queda alguien fuera, especialmente en la capital y en esos colegios que cuentan con una alta demanda, sea por criterios pedagógicos –modelo educativo, profesorado, ideario, proyectos...–, o geográficos, al estar ubicados en un entorno en expansión con familias jóvenes. Según la información aportada por los propios centros, el pasado año tuvieron en Logroño más peticiones que plazas disponibles tres colegios de la red pública –Ana María Matute, Doctor Castroviejo y Siete Infantes– y tres de la concertada –Jesuitas, Escolapias y Agustinas–. En cursos previos aparecieron en esta lista de alta solicitud centros como Bretón de los Herreros, La Guindalera, Gonzalo de Berceo, Obispo Blanco Nájera, Milenario de la Lengua, La Enseñanza o Maristas.
El refuerzo de la plantilla de docentes está siendo la tónica en los últimos tiempos, especialmente impulsado por la atención a la diversidad o las incorporaciones consolidadas de la pandemia. De hace cinco cursos a esta parte, los colegios públicos han sumado casi trescientos profesores (de 1.920 a 2.197 en Infantil y Primaria) y en el próximo serán 35 más según el anuncio de Educación de este mismo viernes. Desde ANPE, el sindicato mayoritario, Gustavo Navas, su presidente, valora positivamente esta situación, si bien establece otra serie de reclamaciones de cara al próximo curso: mejora del proceso de oposiciones, definición de los puestos de difícil desempeño para darles estabilidad y hacerlos atractivos, bajada de la carga burocrática, actualización del «desfasado» decreto del año 2000 que regula el pago por desplazamiento a docentes itinerantes, incrementar el número de horas de tutorías, un proceso de sustituciones más flexible y rápido y mejores retribuciones para los equipos directivos –«conlleva una carga de trabajo brutal y una responsabilidad alta para un pago irrisorio, especialmente en secretaria y jefatura de estudios»–.
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