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Compromisarios del PP riojano, o el arte de esperar

Compromisarios del PP riojano, o el arte de esperar

¿Ceniceros o Gamarra? "Esto no hoy no toca", aseguran desde Génova

Jorge Alacid

Sábado, 11 de febrero 2017, 13:53

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Según la sentencia célebre del añorado Fernando Fernán-Gómez, el oficio de actor consiste en esperar. Una frase pertinente para describir el papel que ejerce un compromisario en el congreso de su partido: esperar. Paciencia y barajar: con esa actitud se distribuyen por sus butacas los delegados del PP riojano desplazados a la Caja Mágica, la postura de quien espera que suceda algo. Aunque no esperan, por supuesto, cualquier cosa: sólo les dejará satisfechos alcanzar el premio a su abnegada contribución al partido.

Lo cual ahora mismo pasa por ver encumbrado al prócer al que apoyan, posibilidad que no suscita tanta emoción como ver caído al rival. Una imagen construida a partir de pequeños gestos que se afanan en interpretar los veteranos de cada congreso: y según coincidencia general, militen en cualquiera de las dos facciones enfrentadas, de momento en ese pulso va ganando el gamarrismo.

Porque la alcaldesa de Logroño, distinguida con la presidencia de una de las ponencias del congreso, se ve también reconocida por la cercanía de los lugartenientes de Rajoy, quienes le ofrecen un trato privilegiado con Pablo Casado como introductor de embajadores. Además, el equipo del aparato que capitanea Pedro Sanz colocó en la mesa de otras de las ponencias, al emergente José Luis Pérez Pastor. Gestos al margen, el lenguaje no verbal que emana del sector oficial desprende el mismo perfume que aquella colina de Vietnam: el perfume de la victoria.

También porque es una facción más organizada que la adversaria, con los peones desplegando su labor oscura por los intersticios de cada pasillo congresual. Mientras José Ignacio Ceniceros siente próximo el aliento de sus fieles, se ignora quién de ellos asume la necesidad de propinar las zancadillas propias de cada defensa central. También se desconoce quién de ellos ejerce la labor de intermediación con Génova, esa tarea de engranaje con la maquinaria del partido que permita sopesar hacia dónde se inclina la balanza del auténtico poder: el que habita en la dirección nacional.

Así que mientras Gamarra ocupaba su ración de protagonismo a primera hora de la mañana, al mediodía fue el turno de Ceniceros, llamado al estrado principal en su condición de miembro de la ponencia económica. Al presidente de La Rioja se refirió en términos muy cálidos Javier Arenas, el particular señor Lobo del PP: tan cálidos que resultaban preocupantes para sus intenciones de doblar la voluntad de Sanz y su entorno y convertirse en doble jefe del PP riojano, con mando en el Palacete y también en Duquesa de la Victoria.

Tal vez Ceniceros calibraba si las palmadas en la espalda que le dispensaba Arenas eran el equivalente andaluz del típico abrazo del oso. Tal vez empezaba a sospechar la idea tan extendida en este segundo día de congreso entre la delegación riojana: que este episodio empieza a conocer a sus vencedores. O que tal vez esa batalla no llegue a darse en la Caja Mágica: preguntado este sábado por Diario LA RIOJA un alto dirigente del PP nacional sobre las ambiciones de los contendientes riojanos, demostró estar entre poco y nada preocupado. "¿Lo de Ceniceros? Eso hoy no toca" ha sido su contestación, modelo Pujol.

Así que seguiremos informando. Porque mientras la decisión última siga en manos del enigmático Mariano Rajoy, en el PP nunca se sabe.

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