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La vida a través de Cáritas

La necesidad de apoyo al alquiler, luz y gas se lleva ya el 60% de las ayudas de la organización

Roberto G. Lastra

Domingo, 22 de febrero 2015, 19:37

La dramática y cruel realidad de muchas familias riojanas se estampa cada día frente al optimismo político y los esperanzadores augurios macroeconómicos que anuncian la triunfal llegada de la recuperación económica. La salida de la crisis está demasiado lejana todavía para una legión de personas que, sin recursos económicos, debe recurrir a la suma de ayudas sociales y la caridad de diversas entidades para tratar de sobrevivir hasta que puedan volver a confiar en los dulces sones de la prosperidad prometida.

Y no son pocos. Los últimos estudios hechos públicos -el VII Informe de la Fundación Foessa y el IV Informe sobre El Estado de la Pobreza en España presentado hace dos semanas por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN)- alertan de que 28.000 hogares de la región y casi 71.500 habitantes de La Rioja se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. Y aunque, efectivamente, La Rioja disfruta de un lugar privilegiado entre las comunidades con menor tasa de pobreza, 26.793 personas se encuentran en una situación de necesidad severa, con serias dificultades para afrontar los pagos del alquiler o la hipoteca y los recibos de la luz, el gas, el agua...

Pero más allá de informes y encuestas, el drama económico de hoy tiene nombres y rostros, identidades que conocen bien en Cáritas y en sus parroquias. A falta aún de algunos meses para que la memoria de la entidad permita conocer la radiografía de la necesidad en La Rioja, algunos de los indicadores ya confirman las sospechas de que la caridad y la beneficencia han tenido que redoblar sus esfuerzos. Es el caso del Fondo Común Diocesano de atención primaria, la partida económica que aportan una treintena de parroquias riojanas -las 27 de Logroño y siete de los municipios del entorno metropolitano (Lardero, Villamediana, Alberite, Albelda, Agoncillo, Ribafrecha...)- y que es gestionada por Cáritas Diocesana.

Sin cambio de tendencia

«El fondo crece cada año en torno al 3% respecto al ejercicio anterior y, aunque para el 2014 se aprobó una partida de sesenta y tantos mil euros, las circunstancias y las necesidades elevaron el gasto hasta los 109.663 euros, una suma que Cáritas ha podido afrontar sobre todo por la generosidad y la solidaridad de muchas personas y sus donaciones», explica Julián Rello, responsable del Área de Acción Social de la entidad.

Aunque el fondo volvió a contemplar ayudas tradicionalmente claves como alimentación (11.103 euros), ropa y calzado (810), medicamentos (1.012) o material escolar (15.620), volvió a crecer el porcentaje destinado a apoyar los pagos a la vivienda (alquiler e hipotecas) y de los recibos energéticos (luz, gas, agua...), un apartado que el pasado año ya se llevó casi el 60% del total. De hecho, las ayudas al pago de alquileres sumaron 29.942 euros; las de electricidad, 22.681; las del gas, 5.866... Y así hasta 436 intervenciones sólo en la capital riojana y su entorno. Con dicho panorama, y a falta de computar el resto de partidas parroquiales o el fondo de solidaridad, que en el 2013 sumó otros 184.776,25 euros a una ayuda total de 401.559 para atender a 14.926 seres humanos, no es fácil el optimismo.

«Aunque todas las noticias hablan de visos de cambio y de recuperación, desde Cáritas no se aprecia el final de la crisis. Trabajamos con la esperanza, pero hay muchísima gente necesitada», alerta Rello, quien da un indicador más de la situación: «En este 2015, aunque acabamos de empezar, la tendencia parece la misma. Yo, en mi Cáritas parroquial -San Francisco Javier, San Ezequiel Moreno y Santa Margarita-, he tenido ya ocho o nueve casos de nuevos usuarios, personas que jamás habían recurrido a Cáritas».

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