Los 200 trabajadores de CMP Sealing y Handling se van a la calle entre el 31 de agosto y el 15 de septiembre

Ese es el plazo que se han dado para despedir a los empleados de forma escalonada, aunque la mayoría de ellos terminarán sus contratos el último día de agosto, sólo una pequeña parte continuará en sus puestos la primera quincena o una parte de esos primeros quince días de septiembre en previsión de que haya que ultimar algunas de las piezas en proceso de elaboración.

La amenaza de cierre de las dos factorías riojanas de la antigua Perteca, dedicada a la fabricación de elementos para la industria de la automoción, se cernía desde los primeros encuentros entre la dirección y los trabajadores en los que se puso sobre la mesa la falta de interés de la multinacional por elaborar un plan de viabilidad que garantizase el futuro de las factorías. De ahí que para Jaime Calvo, responsable de USO Industria, este fin de ciclo es la crónica de un cierre anunciado y, por tanto, que el juez autorizara el cierre «estaba claro», es más «era inminente porque desde el primer momento nos dijeron que no había viabilidad y el cierre era sí o sí».

A primeros del pasado mes de julio, recuerda Calvo, la plantilla de estas dos fábricas del sector de la automoción, después de día y medio de huelga, lograron un incentivo a la producción en los tres últimos meses de actividad, es decir, entre junio y agosto. Una bocanada de aire «transitoria» porque «había que seguir sirviendo piezas a SEAT, si no, se liquidaba antes», de ahí que se acordó continuar suministrando y en contraprestación el grupo Volkswagen –su principal cliente, para el que aún fabrica las juntas de estanqueidad para las puertas de los vehículos– abonaría un bonus a los trabajadores.

La plantilla lleva meses digiriendo una situación a la que se han visto abocados por causas económicas, asegura Elena Berruezo, de CC OO. Para más inri, detalla, al haber un concurso de acreedores los despidos no llevan aparejado un plan de recolocación de la plantilla ni tampoco una aportación al Tesoro Público para mayores de 50 años, requisitos que sí tienen que cumplir otro tipo de ceses. En cualquier caso, desde este sindicato, señala, están intentando buscar salida en otros centros especiales de empleo a las en torno a cien personas con discapacidad que trabajan en CMP Handling.

En principio, detalla, el grueso de la plantilla se irá a la calle el 31 de agosto, aunque algunos de los empleados podrían estar un par de semanas más en función de las piezas pendientes de suministrar. «Si vemos que se alarga más de septiembre habrá que volver a negociar porque teníamos fechado hasta el 31 de agosto», apunta. En cuanto a las condiciones, tal como explica Berruezo, los trabajadores cobrarán 20 días por doce mensualidades con un máximo de una anualidad, al ser el tope que cubre el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), entidad pública a la que tendrán que recurrir teniendo en cuenta la falta de liquidez de la empresa.

Tampoco sorprende el fin de la actividad de estas dos fábricas de CMP en La Rioja a Miguel Miguel Ángel Rello, secretario general de Industrias de CC OO, básicamente porque la empresa «tiene unas pérdidas considerables». Al parecer la compañía debe el alquiler de los terrenos sobre los que se asientan las dos plantas, tanto la de Sealing como la de Handling, y «salvo que consiguiesen algo de liquidez de la venta de las máquinas, entendemos que al final acabarán yendo a cobrar del Fogasa».

La amenaza de cierre sobrevolaba sobre CMP desde que el grupo Volkswagen, que ya ha buscado quién les provea las piezas que hasta ahora se fabricaban en las plantas riojanas, comunicó la pérdida de confianza en Sealing y Handling y «una vez que no tienes cliente no tiene sentido seguir adelante porque o buscas otros productos o no hay nada que sea viable para el mantenimiento».