Apuesta por la agricultura
Finca Señorío de Rioja obtuvo 4 millones de kilos de fruta en la campaña 2019 | El empresario igeano Raúl Sanz aprovecha los recursos del Alhama-Linares y destaca en el cultivo de manzanas para el mercado 'gourmet'
Hace quince años el empresario igeano Raúl Sanz tuvo la idea de invertir en el cultivo de manzanas en su tierra. En 2007 la materializó ... con una campaña de prueba en la que cosechó 100.000 kilos. En la última de 2019 ha obtenido más de 4 millones, convirtiéndose en un claro ejemplo de apuesta por los recursos de la zona y la agricultura, adaptada a los tiempos modernos.
«Un ingeniero me comentó que la manzana Fuji podía resultar buena aquí. Siempre ha tenido buen sabor, otra cosa es que fuese pequeña porque no se cultivaba como ahora. Probamos en una finca que tengo en Igea junto a una casa de recreo de fines de semana. Las primeras manzanas fueron tan extraordinarias que me animé hasta las 135 hectáreas actuales», comenta Sanz.
Cuenta con 85 hectáreas en el valle del Linares, desde el polígono de La Rate, en Cervera, hasta las inmediaciones de Rincón de Olivedo, Igea y Cornago. En 2015 puso en marcha otras 50 en Valverde de Ágreda y en 2016 se expandió creando una central hortofrutícola en Fitero (Navarra).
Las claves de la viabilidad, según Raúl Sanz: altitud, concentración parcelaria, regadío, modernización y variedades adecuadas
«Me instalé en Navarra porque no pude hacerlo en Igea por culpa del alcalde. Quise comprar la fábrica de Hersanz, se metió por medio el Ayuntamiento y hoy en día es un basurero municipal. Ahora en la central de Fitero trabajan veinticinco personas pero mantengo la compañía en Igea y la fiscalidad en La Rioja», explica el empresario que destaca la buena cosecha de la última campaña que ha llenado los almacenes y cámaras de Fitero e Igea.
La manzana Fuji es uno de sus productos estrella, además de variedades como la Royal Gala y diferentes Golden. Cultiva también pera, cereza, ciruela Claudia y tomate, y comercializa espárrago.
«La altitud de nuestra zona y los grandes cambios de temperaturas que hay en verano entre la noche y el día favorecen la dureza y el azúcar de la fruta. Aparte de ser tierras pobres ideales para estos cultivos. Normalmente pensamos que en las parcelas de huerta podría cultivarse mejor pero está más que comprobado que las manzanas más exquisitas están en lo que consideramos las peores fincas de montaña. Lo que pasa es que debemos disponer de agua y sobre todo administrar bien la tierra con los goteos y los abonos correspondientes», indica Raúl Sanz.
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Su producción se destina principalmente al mercado 'gourmet', tanto a tiendas especializadas como a grandes cadenas. En ese sentido este emprendedor comenta que «este año lo tendremos de prueba importante para saber hasta que punto la fruta 'gourmet', de precio alto, se consume del todo o estamos llegando al techo de unos determinados kilos que no se pueden sobrepasar».
Por otro lado, Finca Señorío de Rioja exporta entre el 80 y el 90% de su cereza y ciruela. Y el 20% de manzana al norte de Europa.
Cuando comenzó con esta aventura la agricultura llevaba décadas en declive en la comarca, con fincas de autoconsumo, extensiones reducidas y deficiencias en el regadío. Su iniciativa ha resultado un éxito.
«La clave es creer en tu zona, en su potencial y aprovechar que en Igea y en esta comarca del Alhama-Linares la fruta tiene un sabor especial. Se pueden realizar muchas más cosas y así lo intento hacer ver a los agricultores. En Cornago ya hay cinco o seis que han apostado por las manzanas y en Cabretón otros dos. Estamos abiertos a explicar y ayudar en cuanto a las plantaciones, aunque esperaba que la gente apostase más porque la productividad es mayor que incluso las viñas», afirma y añade: «Hay que buscar extensiones, regadío en condiciones, la máxima altitud posible y con variedades adecuadas y plantaciones modernas el éxito está asegurado».
El empresario no tiene pelos en la lengua: «Nos quejamos de que los pueblos se vacían pero la administración hace muy poco. Cuando llegan las elecciones todos los partidos prometen hasta fábricas de barcos, pero realmente no se meten en harina. La gente tampoco. El mayor problema que veo es la apatía para hacerse uno un futuro mejor. Esto depende de lo que considere cada persona. Si se quiere trabajar lo mínimo y conformarse con cobrar el paro y no se aspira a más, ni arriesgarse a invertir en nada... Entonces no hay futuro».
Sanz extrapola esta situación a cualquier lugar del mundo rural y piensa que «ahí debería entrar la administración pública a la hora de analizar lo que favorece a cada sitio y apoyar los proyectos que surjan sin miramientos y sin trabas, que es otro de los problemas actuales, la cantidad de trabas burocráticas».
En estos momentos, Finca Señorío de Rioja lleva a cabo labores de poda. Entre los que se dedican a estas tareas y los que están en la central la plantilla cuenta con unas setenta y cinco personas. En temporada alta de cosecha puede llegar a los ciento veinticinco empleados.
Para lograr mano de obra recurre a Rumanía. A través de una ETT o de forma directa contrata personal de dicho país al que proporciona alojamiento. «La agricultura es como la hostelería, parece que es del tercer mundo, tenemos trabajadores españoles pero la gente no quiere ir al campo. Esto no es lo de antes, aquello de la azada, hay días de frío pero no se sufre la dureza de antaño. Resulta mejor que una fábrica y los salarios son dignos», incide Sanz.
El empresario, de 70 años, tiene en mente otras iniciativas pero dice que «en casa me ponen límites cuando propongo hacer algo más (risas). Hay un par de variedades de manzanas y peras que querría introducir...», y a modo de conclusión señala: «Estos pueblos o viven de la agricultura y un poco del turismo o no tienen futuro. Disponemos de la materia prima pero se debe promover la concentración parcelaria y ha de ser un político valiente el que lo haga».
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