Un SOS ante el Logroño vacío

«En todo el barrio de Yagüe no hay un cajero para sacar dinero» | «Las calles están vacías, lo que más hay son funerales»

fernado ramírez | yagüe

Desde El Cortijo hace mucho que llega el grito mudo de sus 40 vecinos. Un síntoma es que ya no hay ni tiendas, pero las hubo. Arancha Bargo, la portavoz de los vecinos de este barrio con alma de pueblo, conoció dos. Fue en los tiempos dorados, «cuando todo el mundo trabajaba para Iberdrola o Renfe». Aquello terminó y hubo un abandono general para instalarse en el centro de la ciudad, donde sí había servicios. «Si hablamos de España vacía, el Cortijo es la mejor prueba y lo digo con mucha pena». Llegaron a tener sus propias escuelas, hasta que llegaron las concentraciones a comienzos de los 70. «Nuestros hijos iban en autobús al Batalla de Clavijo como se va desde cualquier pueblo. Fue la puntilla, los vecinos se bajaron definitivamente». Arancha nació en 1958 y sus recuerdos son los de un Cortijo bullicioso, puntual con las celebraciones agrícolas, los 'quintos', las Candelas, las romerías... Pero eso ya es el pasado. «Hoy nos quedan las vistas, pero de esto no comemos..., pero podríamos si Turismo hiciera algo», envida Bargo. También compara: «A Varea el polígono le dio mucha vida».

«El Cortijo ha llegado a tener mil vecinos, ahora somos 40» | «Somos 'la España vacía' tal cual, pero a 7 kilómetros de Logroño»

arancha bargo | el cortijo

En Yagüe tuvieron la central de Cajarioja a un paso, pero ahora no tienen ni un cajero en el que sacar dinero. No es lo único que les han «arrebatado», según Fernando Ramírez, de 71 años y, desde los seis, vecino de un barrio en el que ha sido «muy feliz»: «Nos han quitado el campo de fútbol, el colegio..., hasta la iglesia se ha quedado pequeña para todos los funerales que hay. Los hijos se van a Valdegastea, a El Arco... En Yagüe, a excepción de los unifamiliares que quedan retirados, lo único que queda es gente de mucha edad». Fernando describe las calles del barrio como lugares vacíos, con un punto de encuentro muy frecuentado, que es el bar, «pero a las nueve en punto se va cada uno a su casa y adiós». Sus esperanzas están puestas en un futuro instituto, «que aunaría a los tres barrios».

«No tenemos casas con piscinas, pero sí mucho calor humano» | «El Sagasta ha dado mucha vida al barrio, no queremos que se vaya»

pilar corral | madre de dios-san josé- universidad

Pilar Corral, presidenta de Madre de Dios-San José, se refiere a su zona como un barrio en coma que se resisten a morir. «En cuestión de servicios estamos muy bien, pero es difícil competir con viviendas con habitaciones amplias, con piscina, trastero... Aunque nuestras casas sean viejitas, sin ascensor y muchas no tengan posibilidad de instalarlo, hay algo a lo que nadie nos gana: y es que hay mucho cariño entre los vecinos. Somos como una familia». Por su parte, Fernando Cortezón, presidente de la Federación de Empresas de Comercio y vecino de la Plaza del Mercado desde hace dos años, dice que ha llegado al casco antiguo para quedarse... pese a los inconvenientes de una zona sin garajes y ruidosa los fines de semana. «Me encanta vivir aquí. Es cierto que este entorno no ha evolucionado mucho y que convivimos con cierta marginalidad, pero a mí me gusta convivir con ella y nunca me he sentido inseguro». «Sí que hay una línea psicológica, de Portales al Norte, a partir de ahí la gente no cruza, no hay tiendas, no hay absolutamente nada y esto tendría que cambiar», concluye.